A pesar de la gran competencia presente en el mercado, Fitbit sigue renovando su catálogo. Tras presentarnos el año pasado la Fitbit Charge 2, ahora le ha tocado el turno a su nuevo modelo de wearable, la Fitbit Alta HR, de la que la compañía presume haber puesto toda la carne en el asador para conseguir su mejor dispositivo hasta el momento.
Nosotros hemos pasado una temporada con ella, exprimiéndola al máximo desde el punto de vista de un usuario estándar que busca mejorar su condición física en diferentes aspectos, y bajo esa premisa, o vamos a contar qué resultado nos ha dado este wearable de la compañía californiana.
Especificaciones técnicas
PANTALLA | OLED táctil |
DIMENSIONES | 15 milímetros de ancho |
SENSORES Y COMPONENTES | Acelerómetro de tres ejes y motor de vibración |
MEMORIA | Guarda 7 días de datos de movimiento en detalle, minuto a minuto. Guarda los totales diarios de los últimos 30 días. |
CONECTIVIDAD | Bluetooth |
RESISTENCIA AL AGUA | Resistente al sudor, la lluvia y las salpicaduras |
AUTONOMÍA | Una semana con dos horas de carga |
PRECIO |
Tamaño equilibrado, diseño discreto
Lo primero que percibimos nada más sacar la Alta HR de la caja es lo mucho que ha reducido el tamaño respecto a modelos anteriores. En el caso de la Fitbit Charge 2, el tamaño se hacía algo grande si tienes la muñeca (como en mi caso) pequeña. Esto es debido a que el sensor del ritmo cardíaco es bastante grueso, sin embargo, en este nuevo wearable han mantenido un sensor seguimiento igual de eficaz (diferente al del modelo anterior) pero consiguiendo que la pulsera sea un 40% más delgada.
En ese sentido, la experiencia de uso, físicamente hablando, ha sido muy agradable, inclusive a la hora de dormir con ella, pues al tratarse de un cuantificador que va a monitorizar todo lo que hacemos durante el día y también el sueño, si nos resulta incómoda acabaríamos quitándonosla para dormir y al final perdería todo el sentido hacernos con ella.
¿Pantalla más estrecha? Sin problemas
Lógicamente la reducción de tamaño conlleva una reducción de la pantalla del wereable. ¿Nos ha afectado esto en el día a día? Realmente no, no nos ha costado más consultar los datos que en otros modelos que hemos probado. Desde la aplicación de Fitbit podemos gestionar qué es lo que queremos que nos muestre la pantalla (ritmo cardíaco, recuento de pasos diarios, distancia recorrida...) y también podemos personalizar el modo en que se muestra el reloj.
En cuanto al tamaño no tenemos problemas, los datos se muestran en su pantalla AMOLED con nitidez y se consultan perfectamente en cualquier situación lumínica. Al igual que en la Fitbit Charge 2, el control de la pulsera se realiza mediante ligeros toques en la pantalla táctil que responde bastante bien.
La pantalla de la Fitbit Alta HR no está todo el tiempo activa y para que nos muestre lo que queremos, podemos dar un toque sobre ella, o simplemente girar la muñeca. La detección del giro es bastante precisa y al tratarse de una pantalla más pequeña que emite menos luz, no tenemos problema en que nos despierte si la giramos en mitad de la noche mientras estamos dormidos.
Puesta en marcha sencilla
Para poder sacarle todo el partido a la Fitbit Alta HR, lo primero que debemos hacer es ponerla en marcha, y para ello tenemos que descargarnos la aplicación de Fitbit y sincronizarla. La aplicación está disponible de forma totalmente gratuita tanto en iOS como Android y es compatible con teléfonos iPhone desde el modelo 4S y posteriores, en iPad de tercera generación y posteriores, además de terminales con Android 4.3 en adelante.
Una vez hemos descargado la aplicación, tenemos que registramos en ella, y aquí es de agradecer que el proceso de registro sea corto y sencillo, y que con tan solo aportar algunos da personales y fisionómicos (peso, altura y género) podamos comenzar a funcionar con el dispositivo. En el mismo momento en que nos registramos en la aplicación tenemos la posibilidad de marcarnos objetivos, deportivos, de descanso o alimenticios, pero también podemos hacerlo más adelante.
Autonomía de 10, cargador de 5
En el momento en que sacamos de la caja la Fitbit Alta HR nos la encontraremos con la batería descargada, o a punto de hacerlo. La carga es muy sencilla, pues el cargador tiene forma de pinza, y basta con abrirlo para dejar a la vista los pines conectores y acoplarla hasta que símbolo de carga completada aparezca en pantalla.
El proceso de carga completa dura aproximadamente dos horas, y la propia aplicación nos avisa cuando se ha realizado al 100%. La autonomía ya era algo destacable el la Fitbit Charge 2 y en ésta incluso ha mejorado. Con carga completa tenemos hasta siete días sin necesidad de conectar la pulsera a la corriente, que es precisamente uno de sus puntos flacos.
Por un lado, que el cargador sea específico nos puede dar problemas si por ejemplo nos vamos de viaje y lo olvidamos, por otro, se trata de un cargador con cable USB muy corto, que si queremos conectar a la corriente con un cabezal, nos vemos obligados a buscar un enchufe cercano de algo donde se pueda apoyar o directamente dejarlo en el suelo o colgando.
Utilizando la Fitbit Alta HR
Al igual que la Charge 2, esta pulsera no está tan enfocada en el deporte profesional, sino más bien al usuario medio que busca mejorar sus hábitos y ganar calidad de vida. Pese a esto, es capaz de reconocer automáticamente qué tipo de ejercicio estamos realizando, si es andar, correr, aeróbico o ciclismo, para después registrarlo en nuestro panel y que podamos comprobar cuál ha sido nuestro rendimiento.
En la propia aplicación también podemos configurar las notificaciones que queremos recibir en la pulsera, ya sean llamadas, mensajería (solo SMS), o también podemos recibir avisos motivadores cada cierto tiempo que nos recuerden que debemos movernos. Esto último, aunque parezca un tontería, es una de las cosas que más se agradecen, pues en ocasiones no somos conscientes de la cantidad de horas que pasamos sentados trabajando y con cada aviso que nos da el wearable, nos motivos a movernos, aunque sean unos pasos.
Yo por ejemplo, programé la pulsera para que me avisase cada vez que llevase más de una hora sin moverme -la vida del redactor-, y así la pulsera me mandaba mensajes en la pantalla acompañados de una sutil vibración, para indicarme que debería levantarme y dejar a un lado el sedentarismo.
Datos físicos y alimentación
Uno de los motivos que nos suele empujar a comprar un dispositivo como éste es la búsqueda de mejoría en nuestra forma física y en consecuencia, nuestra salud. El medidor continuo de ritmo cardíaco nos permite conocer en todo momento cuál es nuestra frecuencia cardíaca y además nos permite conocer cuál es nuestra media en reposo.
Otra parte importante que no debemos pasar por alto si queremos tener una vida saludable, es la alimentación. Dentro de la aplicación Fitbit tenemos la posibilidad de añadir un diario de comidas. Podemos introducirlas manualmente, encontrarlas a través del buscador e incluso escanear el código de barras para que la app pueda registrar las calorías y nutrientes de cada alimento que vayamos añadiendo.
Al final del día podremos comparar si las calorías ingeridas son iguales, menores o inferiores a las que hemos quemado con nuestra actividad física más nuestro metabolismo basal (el gasto que el organismo realiza con las funciones vitales). Muy útil esta función si buscamos controlar nuestro peso y la ingesta de calorías.
Monitorización del sueño
Durante la presentación de la nueva pulsera hace algunas semanas, la gente de Fitbit nos contaba que habían incidido mucho en esta nueva pulsera en todo lo relativo a la monitorización del sueño y el descanso. Y así es, no solo controla las horas que permanecemos descansando, sino también cuánto tiempo pasamos en las diferentes fases del sueño.
¿Es esto útil? Bueno, realmente conocer cuánto tiempo hemos estado en fase REM o en sueño ligero no es más que eso, datos, pero lejos de la capacidad de interpretación que podrías tener si eres un experto en la materia, tampoco es algo que nos sirva demasiado. Eso sí, en la aplicación podemos verlo bien explicado para que entendamos qué significa cada fase y cuánto es el tiempo medio y óptimo que nos conviene estar en cada una, aunque, es algo que no depende de nosotros directamente.
Fitbit Alta HR, la opinión de Xataka
Después de estos días con la Fitbit Alta HR en la muñeca, podemos decir que es un dispositivo muy completo y que en diseño, comodidad y autonomía merece la pena invertir los 150 euros que cuesta actualmente. Si tenemos que ponerle pegas serían, por un lado, que el cargador sigue siendo un punto en contra y por otro, que quizás la monitorización del sueño es una función menos interesante que por ejemplo, la de respiración guiada que encontrábamos en la Fitbit Charge 2, pero en rasgos generales, hablamos de un cuantificador muy completo apoyado en un software de sobresaliente.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Fibit. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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