Muchos de los que hemos seguido el devenir del mercado electrónico estamos curados ante los nuevos productos. Poco competido, con apenas dos o tres actores destacados, la ausencia de innovaciones disruptoras ha provocado que el libro electrónico sufra de una versión potenciada del síndrome de los tablets: aún más, sus propietarios encuentran muy pocas razones para renovarlos a no ser que pierdan o rompan el suyo.
Es más, lo que muchos se andan preguntando es si tiene sentido volver a comprar un lector de libros electrónico y apostar por leer en papel y móvil o tablet, simplificando su vida con un dispositivo menos que llevar encima.
Así que cuando ha llegado Kindle Oasis con su diseño asimétrico, su tamaño reducido, su pantalla táctil pero con botones físicos y su precio bastante más alto de lo que Amazon nos tiene acostumbrados, nos hemos preguntado ¿es lo que necesitaba la categoría para que volvamos a hablar de ella como un espacio innovador en la que se crean dispositivos destacables? Veamos.
Kindle Oasis, características técnicas
KINDLE OASIS, PRINCIPALES ESPECIFICACIONES | |
---|---|
Dimensiones físicas | 143 x 122 x 3,4 - 8,5 mm, 131 gramos y 238 gramos total con funda (wifi) o 133 gramos y 240 gramos total con funda (3G) |
Pantalla | 6,0 pulgadas Táctil E-Ink Carta |
Resolución | 1440 x 1080 px (300 ppp) |
Memoria Interna | 4 GB |
Compatibilidad | Formato 8 Kindle (AZW3), Kindle (AZW), TXT, PDF, MOBI sin protección, PRC de forma nativa; HTML, DOC, DOCX, JPEG, GIF, PNG, BMP por conversión. |
Conectividad | Wifi n |
Precio | 289,99 euros (wifi), 349,99 euros (3G) |
El diseño para la lectura
A fuerza de ser sincero, uno no encuentra otra manera mejor de hacer un análisis de un lector de libros electrónico que contar la experiencia: cómo es leer con él.
Con el Kindle Oasis, sin embargo, las elecciones de diseño que ha hecho Amazon hace que tenga sentido detenernos en el momento de antes de empezar a pasar páginas.
Lo que sitúa a Oasis como un lector rupturista de la línea Kindle es su apuesta por la asimetría, una rareza en el mundo diseño que juega a la contra de todo lo que la neurobiología predica de nuestro gusto por la belleza: el ser humano encuentra la armonía y lo bello en lo simétrico.
Sin embargo el Kindle Oasis viene al rescate del lector de libros digitales hasta el punto a que, sospecho, la mayoría estaremos más que dispuestos a pasar de lo simétrico para abrazar lo que este lector nos ofrece: la sujeción con una mano es una delicia y esto nos abre nuevos momentos de lectura.
El lateral grueso del Kindle Oasis permite que parte de la mano descanse con él y se pueda sujetar el dispositivo con vigor. A que esta experiencia mejore respecto a cualquier otro libro ayudan el peso y el tamaño del Oasis, que mejoran de forma muy apreciable todo lo anterior de Amazon y de sus competidores.
A ello suman una nueva decisión a aplaudir en términos de diseño, el regreso de los botones físicos. Tras varios años con Paperwhite como lector - soy de los que se mantienen en la apuesta de leer en digital con cacharro ad-hoc - había acabado de convencerme de que la pantalla táctil podía ofrecer una experiencia solvente, pero nunca mejor que los botones físicos.
No es el único rasgo personalista en el Oasis. Al tenerlo en la mano es muy apreciable la joroba con la que la han dotado. En este aspecto es difícil discernir si quisieron compensar todo el espacio perdido por la batería por su tamaño menor que sus antecesores y añadirle grosor era una solución o, pensando en la sujeción con una sola mano, aprovecharon para añadir esta irregularidad que mejora el agarre.
Sea como fuere el Kindle Oasis si de algo puede presumir es de ligero y delgado. El proceso de empequeñecimiento del lector hace del Oasis el tercer gran salto en la línea de los Kindle: la primera partió con el original, la segunda nación de la mano de Paperwhite con la pantalla retroiluminada. Oasis inaugura el camino hacia la “invisibilización” del lector… y en este punto entra en juego la batería que lo acompaña.
Este apartado del tamaño, el peso y el grosor no es baladí. Con un lector la misión de alcanzar la experiencia de lectura de un libro, sino aprovechar aquellos aspectos en los que el dispositivo puede ser mejor que un libro. Tenemos el apartado clásico de cuántos podemos llevar encima con él (Oasis con sus cuatro gigas no ampliables nos lleva a los miles, no se necesita más), pero en la sujeción durante horas tenemos otro punto de posible mejora: Oasis con sus 3.4mm de grosor y su peso de 133 gramos (240 gramos con funda) no es que pueda competir con un libro de bolsillo de 300 páginas, es que resulta todavía más ligero. Si pensamos en novelones decimonónicos o en entregas de 'Juego de tronos' la mejora es abrumadora.
En otro sentido podemos hablar de sacrificio en tamaño y, por tanto, en autonomía respecto a Paperwhite. Amazon lo ha querido compensar haciendo al Oasis inseparable de la funda con forma inversa a la joroba del lector. La funda no sólo tienen una función estética y protectora, tiene su propia batería que podemos cargar junto al Oasis a través del microUSB de éste (sin el Oasis la funda no se puede cargar sola).
Sin la funda ella el nuevo Kindle pierde autonomía respecto a Paperwhite. Amazon sigue apuntando a dos semanas, pero en mi caso ha estado alrededor de diez días de uso con un par de horas o tres y brillo medio. El modelo es el 3g y he mantenido la conexión: con menor brillo y utilizando el modo avión (algo que mucho usuario de Kindle prefiere, hasta el compartir puede distraer), se aumenta de forma apreciable. Con la funda llega a estar por encima de la media en la categoría, de hecho Amazon señala que son ¡nueve semanas!. En el tiempo de duración de esta prueba no hemos sido capaces de agotarla después de haber agotado una vez el Kindle Oasis sin funda, así que sólo podemos asegurar que como mínimo va a dar cuatro semanas con el anterior patrón de uso.
En todo caso, la inclusión de la funda es también un síntoma de los compromisos a los que Amazon llega con Oasis. Con la tecnología actual no son capaces de mantener los estándares de autonomía previos, cuando el nuevo Kindle se usa con ella pierde esa ligereza extrema aunque se siga pudiendo utilizar con una sola mano.
Antes de ponernos a leer en serio, un último debe en el lado de los Kindle de Amazon: seguimos sin resistencia al agua y al polvo. Aquí Kobo dio un pase adelante a favor de los lectores playeros y piscineros que cargamos con un Kindle temerosos de su supervivencia en terrno hostil para él.
Leyendo con el Kindle Oasis
Comentábamos en el apartado de diseño que el regreso del botón físico era un elemento a aplaudir. Amazon hace un viaje al pasado para rescatar los botones previos a que se impusiera la línea del Kindle Touch.
Esta vez los botones no se sitúan en el borde como hace años, ni son falsos botones capacitivos como en Voyage, sino que sobresalen destacados del lado ancho del Oasis. Su regreso consigue que la experiencia con una mano sea redonda y, sobre todo, rompe con ese momento que te “saca de la lectura”, que no es otro que el no acertar con el gesto y movimiento adecuado en la pantalla táctil que provoca que no te lleve a la página adecuada.
En esto algunos podemos parecer maniáticos, pero no hay nada más importante que uno pida a un lector de libros electrónicos. Somos usuarios que compramos un gadget que hace sólo una cosa y esperamos que en ese caso de uso tengan un comportamiento irreprochable.
Es más, la gran virtud del lector de libros es todo lo que no hace. No te interrumpe con notificaciones, no te tienta ofreciéndote añadir vídeos o música (podríamos discutir si fue buena decisión abandonar el soporte de audio y con ello los audiolibros), no tiene juegos ni mensajería ni nada. Un lector ideal es el que menos te estorba a la hora de leer.
Amazon en su momento cayó presa del marco dictado por los teléfonos de pantalla táctil y su auge como gadget hegemónico de la industria. En ese camino mejoró mucho varias experiencias clave, desde la selección y el subrayado hasta el compartir fragmentos de libros. Sin embargo se añadía una complejidad adicional mezclándolos en el mismo elemento de interacción que el caso de uso crítico, el de paso de página.
El regreso del botón físico, por mucho que parezca un paso atrás, es una estupenda noticia a la hora de intentar conseguir esa inmersión en el libro que los usuarios de este tipo de cacharros demandamos.
Algo a destacar es que el botón superior sirve para pasar página adelante y el inferior para volver a la anterior… agarremos como agarremos el Kindle Oasis. Gracias al acelerómetro incorporado, el lector detecta con que mano lo estamos sujetando y se autoconfigura tanto para el uso de los botones como para la pantalla, ofreciendo idéntica experiencia a zurdos y diestros.
Volviendo la vista hacia la pantalla tenemos el aspecto en el que mayor continuidad hay respecto a los previo Paperwhite y Voyage. Se mantienen los 300 PPI de tinta electrónica retroiluminada - ya saben, ese efecto por el que se puede leer sin luz pero a la vez no se emite esta directamente a los ojos del lector - y para un usuario de Paperwhite se produce un efecto curioso: al comparar juntas su pantalla y la de Oasis es cierto que la de este último es más clara, contrastada y luminosa, pero como usuario hasta ese momento no sentía una gran necesidad de mejora.
Un aspecto en lo que la mejora sí que era demandada es en el de la uniformidad en la luminosidad. En Paperwhite esto no se conseguía del todo y en Oasis la mejora es notable. Amazon afirma que se debe al incremento de LEDs, sea como sea, es el punto en que todavía su pantalla tenía una asignatura pendiente a la hora de aproximarse a la lectura en papel.
Un punto importante es que algo que Amazon incorporó a la línea de Voyage se ha perdido, el sensor de luz ambiente con la opción de que la pantalla ajuste de forma automática su brillo en función de la misma. Volvemos al punto de Paperwhite de tener que ajustar cada vez si queremos optimizar la experiencia. En mi caso, después de años de uso mi impresión es que ajustando el brillo a un nivel medio se obtiene una experiencia sobresaliente en casi cualquier ambiente, por lo que es algo de lo que me olvido en cuanto llevo un tiempo con cada nuevo Kindle.
Además de todas las bondades señaladas, hay algunos puntos que oscurecen todavía la experiencia Kindle. Uno es recurrente, la pantalla táctil (por cierto, menos rugosa con Oasis, más suave que en otros lectores) sigue ofreciendo una experiencia de uso que apenas podemos catalogar como aceptable: seleccionar y pasar página todavía, escribir no tanto y ambos lejos de lo que tenemos hoy día con un tablet.
A eso sumaría un paso atrás con el Oasis. Si dejamos de leer y retomamos pronto, en menos de una hora, la “vuelta a la página por la que iba” sucede de forma rápida; si pasa más de una hora el dispositivo pasa a un estado de “hibernación” (de nuevo tenemos la autonomía por la delgadez y el tamaño) que provoca que al querer volver a la lectura pasen dos o tres segundos. Esto puede parecer una “pequeña tontería para buscarle defectos en el análisis”, pero cuando un dispositivo tiene la misión de el objetivo de acercarse a la lectura en papel, esto es lo que hay que exigirle. Y hasta ahora ningún libro en papel me ha exigido tres segundos desde que lo abro hasta que veo las palabras delante.
Negocio y precio
Hasta ahora el negocio de los Kindle parecía un “no negocio” para Amazon. El precio de cada lector era tan bajo que acabaron echando a casi cualquier otro actor del sector. Alta calidad, tan buenos como los mejores de la competencia (y aquí pienso con nostalgia en los lectores de Sony)
Al igual que con sus tablets o con su “consola / set top box”, la estrategia de Amazon siempre ha quedado dentro del marco “no hacemos negocio con el hardware, hacemos barato el hardware para hacer negocio con los contenidos”.
Viendo el precio de Oasis podemos contemplar dos escenarios. Uno es que Amazon viéndose casi solo en el mercado empieza a flirtear con la idea de ganar dinero con los lectores de libros; el otro es que los costes de hacer Oasis han supuesto un nuevo paso hacia arriba, algo que ya empezaron de forma más tímida con Paperwhite y sobre todo con Voyage.
Hay un tercer escenario que no descartaría de la maquinaria “marketiniana” de Amazon. Es un clásico de la psicología de precios que si delante tenemos dos opciones, los clientes optarán mucho más por la más barata respecto a un escenario en el que hay tres opciones, en el que la del medio (anterior más cara) ya no lo parece tanto. En el terreno Kindle esto se traduce que ofrecer el Oasis puede conseguir que los clientes elijan más Paperwhite que el modelo más barato y básico y, por tanto, el precio medio de venta mejore para Amazon.
Sea como fuere el Oasis está en otra liga de precio. Es un dispositivo sobresaliente, con un gran diseño (recordatorio: no entendiendo el diseño como mera estética) a pesar de que la asimetría y la joroba le otorguen una personalidad muy marcada que no a todos va a gustar. Con él Amazon está pidiendo que para un único caso de uso - la lectura de libros y contenidos bien formateados, ni siquiera de documentos PDF - paguemos mucho más de lo que nos lleva diciendo años que vale un lector de libros electrónico.
Al menos en esta ocasión hay más aciertos y pasos adelante que en el anterior intento, Voyage, que Amazon, inteligentemente, ya apenas muestra.
Kindle Oasis, la opinión de Xataka
Hay un aspecto en el que Oasis nos resulta enormemente seductor. Su reducción de tamaño, su ligereza, su mejora de la experiencia en varios aspectos (desde los botones físicos para pasar página hasta la calidad de la pantalla) le convierten en un paso, un hito hacia esa quimera de la desaparición del cacharro que intermedia entre el contenido y nosotros.
En el plano de la decisión de compra tenemos un par de dilemas. Por un lado es difícil no recomendar el Oasis para un usuario de libros electrónicos, es el mejor que hemos probado nunca; por otro tenemos un racional de compra “complicado”: nos vamos a la horquilla de los 300 euros para un dispositivo que hace sólo una cosa. Y por mucho que seas el mejor, cuando tienes al lado uno que es el 70% de bueno a la mitad de precio, la decisión se torna complicada.
En todo caso, este nuevo Kindle ha resultado un oasis dentro de la categoría. Cuando la falta de competencia parecía condenarnos a la ausencia de innovación en la categoría, ha llegado Amazon con un pequeño soplo de aire fresco.
El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de Amazon. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
Ver 10 comentarios