Desde el éxito de la primera Playstation, Sony ha querido cultivar con sus consolas un concepto que, a priori, casa bien con un dispositivo de entretenimiento familiar: el legado. Ninguna ha sido rupturista con la anterior, ninguna quiso cortar del todo la línea de eso que Ken Kuratagi, padre de PS, llamó “la gran familia Playstation”. Sólo PS3 traicionó aquello con muchas decisiones, la más aparente (pero no la de mayor calado) cuando decidió eliminar la retrocompatibilidad para ahorrar costes (los mismos costes que les llevaron a declarar aquello de que trabajaríamos el doble para comprarlas).
PS4 continúa con la esencia del “legado”, pero con sus decisiones deja claro quién ha sido la oveja negra de la familia. Prácticamente todo lo que cambia o a lo que renuncia Sony en su nueva consola es para parecerse lo menos posible a PS3. Y, a cambio, para parecerse más que nunca a una consola de sabor clásico, muy de jugadores, como si estuviésemos viviendo el lanzamiento de PS2 de nuevo, sólo que en un mundo online, en vez de en el de finales de los 90.
Se nota la mano de Mark Cerny, que vivió sus puntos álgidos como desarrollador con PSX y PS2. Y no sólo se nota en que ‘Knack’ sea el juego más noventero que hemos visto en mucho tiempo, sino en que, frente a quienes han apostado que las consolas sean más que eso, la PS4 quiere ser, de momento, sólo eso, una videoconsola, pero la mejor. ¿Lo ha conseguido?
PS4, sus características técnicas y análisis en vídeo
Comenzamos echando un repaso rápido a los datos clave de la Sony PS4:
PS4 | |
---|---|
CPU | AMD semi-custom |
Proc. Fab. | 28 nm. |
Num. núcleos | 8 |
Frec. CPU | 1,66 GHz. |
GPU | AMD 7000 Series |
Nombre en código GPU | Liverpool |
Arq. GPU | GCN |
Frec. GPU | 800 |
Procesadores OpenCL | 1.152 |
TFLOPS | 1,84 |
Memoria RAM | 8 GB GDDR5 |
Frec. RAM | 5.500 MHz. |
Ancho banda RAM | 176 GB/s |
Otros | Wifi 802.11n, Ethernet, Blu-Ray, Bluetooth 2.1+EDR, USB 3.0 |
Dimensiones | 275x305x53 milímetros |
Peso | 2,8 kg. |
Precio | 399 euros |
Y arrancamos nuestro análisis con un paseo en vídeo por su diseño, interfaz y relación con la PS Vita:
Playstation 4: un diseño para jugadores
Xbox One se esconde detrás de un aspecto de set-top box. Wii U se vistió de negro para poner más elegante el aspecto de su antecesora. Y PS4 no tiene miedo de parecer lo que es: un lugar pensado para jugar. Hay mucho en el diseño que funciona: las luces de estado, apenas una franja en medio de los cuatro grandes bloques que forman PS4. O las líneas, angulosas pero nada “ladrillo”. Por supuesto, los botones: táctiles, inapreciables a simple vista para quien esté acostumbrado al botón de encendido tradicional, o a un “eject” bien visible.
PS4 es más pequeña que la versión slim de PS3, y nada en ella rompe la fluidez del diseño, ni siquiera las dos únicas conexiones de la parte delantera, dos puertos USB que apenas se ven. Las conexiones de la parte trasera también se han simplificado. Adiós al audio y vídeo analógico, adiós a cualquier fuente de alimentación externa y, sorprendentemente, adiós a calentamientos excesivos.
Viendo las decisiones tomadas por Sony de minimizar los aspectos externos de la consola, y tras los resultados de las primeras PS3 que salieron a la venta, siempre queda el miedo de si ha sido buena la decisión de colocar el alimentador dentro de un espacio tan pequeño. Microsoft, con Xbox One, piensa que no a pesar de que es más grande. Sony cree que sí y, de momento, a pesar de que no hace demasiado ruido la poca temperatura que genera parece darle razones para ello.
PS4 puede seguir colocándose en vertical, con un stand que se vende por separado, y permite un interesante "modo reposo”. Gracias a él podremos activar la consola en remoto, incluso desde fuera de nuestra casa (más sobre esto luego) o, por fin, cargar los mandos mientras no estemos jugando. Ésta y otras opciones de entrada y salida de los juegos hacen más ágil nuestra relación con la consola. Ésa parece haber sido otra de las máximas: que el jugador en ningún momento pueda quejarse de lo mucho que tarda PS4 en hacer cualquier tarea.
Solucionando errores pasados con el mando
Volvamos al legado. PS3 se cargó lo mejor de dualshock dos veces: primero con aquel boomerang horroroso del que Sony tuvo que arrepentirse y después con un Sixaxis que, sin vibración, eliminaba aquella sensación ya familiar de que el mando también te pudiese transmitir sensaciones del juego (y que en PSX había sido una característica absolutamente inmersiva; recordad el uso del Dualshock en 'Metal Gear Solid' o en 'Colin McRae').
Dualshock 3 llegó para ponerle fin a esos problemas, pero era peor mando que los de PSX y PS2. Por contra, parece haberse convertido en eslogan eso de que el nuevo Dualshock 4 es el mejor mando que ha hecho nunca Sony. Lo cierto es que fue Sony quien se alejó de la idea de tener el mejor mando del mercado y ahora ha conseguido acercarse de nuevo: tiene una buena respuesta y, sobre todo, mucha más comodidad en todos sus componentes.
Los gatillos, por fin, están a la altura de lo que el jugador considera excelente y los sticks, con una superficie semi-cóncava que agarra mejor los dedos, son muchos más suaves y agradables de usar. Tras estar con ellos un buen rato, se hace algo duro volver al mando de PS3 o, especialmente, a los sticks de Vita (y eso que los vamos a usar a menudo, como veremos más tarde). Giroscopio y acelerómetro completan las características invisibles que hacen mejor todo en el nuevo mando.
De las visibles, el muy anunciado Touchpad se queda de momento como anécdota: pocos juegos del lanzamiento le están sacando uso y, cuando lo hacen, no tienen en cuenta una de las mejores ideas que tiene Dualshock 4: que se pueda llegar a la superficie táctil sin problemas con los pulgares. La experiencia que plantean juegos como 'Killzone: Shadow Fall’ es la de hacer gestos en el touchpad que te obliguen a despegar una de las dos manos del mando. Pero en un FPS, por ejemplo, resulta incómodo tener que cambiar de posición las manos. Esperemos que en el futuro se aproveche mejor lo bien situada que está la superficie táctil.
A estas alturas de la vida, cambiar los botones de Start y Select viene a ser algo así como tratar de reinventar la rueda: prácticamente viven así desde los años 80, no sólo en las consolas Sony sino en las del resto de la industria. Y aunque se hagan extraños pequeños gestos como tener que pulsar “options” para empezar un juego, es una simple cuestión de "memoria gaming": enseguida nos haremos con ellos. Sí que es cierto que el botón Options está en una situación poco cómoda y demasiado pegado al touchpad, pero su uso será muy esporádico, por lo que no importa demasiado.
Por contra, el botón “Share” es el gran añadido de este nuevo Dualshock 4: puesto que esta nueva consola tenía a los jugadores muy en mente, es lógico que les facilitase la vida en una de las grandes tendencias del gaming de los últimos años, la de “enseñar lo que estás haciendo”. Compartir fotos o juego en vivo (muy bien la conexión con Twitch o Ustream) es sencillísimo y es un gran plus para muchos. Como contratiempo: los videos grabados sólo se podrán subir de momento a Facebook. Habría sido mejor dar muchas más opciones de salida y suponemos que no tardarán en llegar.
¿Todo es bueno? En el mando, sí, salvo una batería que dura en torno a las siete horas, pero en otras decisiones de periféricos no. Y algunas, además, traicionan el concepto de la gran familia Playstation: si tuviste volantes para PS3, por ejemplo los muy usados de Logitech, no podrás usarlos ahora con PS4. Y vas a tener problemas también con los headset bluetooth que usabas hasta ahora.
Esto último es especialmente grave viendo el que viene incluido de serie: con un aspecto de baratillo (de regalo de RENFE, vamos) y un auricular demasiado grande. Es poco cómodo para mantener bien colocado mientras juegas, y precisamente en los juegos en los que lo usamos es en aquellos donde la distracción de unos segundos para colocarte bien el auricular en la oreja se paga. Dentro del sonido y el mando, es muy destacable el uso de un altavoz incorporado y la posibilidad de oír el audio del juego (y no sólo el chat de voz) conectando unos auriculares al nuevo Dualshock. Pequeños detalles que redondean la gran sensación final.
El salón y la interfaz: olvidaos de lo anterior (pero no tanto)
PS4 es más conservadora en sus planteamientos que cualquiera de la familia y hay un momento en el que se pasa de frenada. Quiere ser tan “juegos, juegos, juegos” que nos lleva del todo a los 90. No jugábamos en el salón, lo hacíamos en las habitaciones, no necesitábamos salir a grandes televisores (tampoco los había masivamente) y, además, allí había mucha gente viendo la tele. PS3 cambió eso. De hecho, PS3 hacia mejor muchas cosas multimedia que algunas cosas básicas de juegos: montar un disco duro multimedia en red era tan sencillo que, como dirían otros, "simplemente, funcionaba”.
Ahora no es que sea difícil: sencillamente, es imposible. No hay soporte DLNA a estas alturas de la vida, y Sony parece fiar todo el multimedia de su nueva consola a aplicaciones de terceros o a sus pobremente tratadas Music Unlimited y demás. No va a funcionar: de momento PS4 no reconocerá las cosas que para PS3 son habituales.
Con la desaparición de los puertos IR de la parte trasera de la consola, se acaba también la posibilidad de usar mandos universales: no queremos que veáis la televisión con PS4, parecen decir una y otra vez las elecciones de Sony al respecto.
¿Que Playstation haya renunciado a casi todos sus aspectos multimedia ha hecho mejor, más sencilla, la interfaz? Sí, aunque mantiene una estética muy parecida a la que encontrábamos en XrossMediaBar. Con los submenús escondidos, la pantalla está dominada por el azul, y una vez dentro de cada uno de ellos el movimiento es rápido y la cohesión es mayor. Gran parte de culpa la tiene PSN: antes escondida y ahora elemento central; la configuraremos una vez y ya tendremos que olvidarnos de cualquier ajuste de nuestra cuenta. Las notificaciones son ahora más cómodas y visibles, tienen más sentido como tales y no están tan escondidas como en PS3, pero siguen sin ser interactivas: nos llega el mensaje y no podemos hacer nada con ellas, ni sirven como atajo de absolutamente nada: un punto muy mejorable.
Sony sigue sin acertar en los menús de configuración y ajustes, engorrosos, nada auto-explicativos y con cierta tendencia a dispersar las opciones. Nos costó, por ejemplo, encontrar la manera de configurar qué calidad de streaming queríamos mandar a Twitch. En la parte de la Store, sigue habiendo espacio para muchas mejoras: encontrar los juegos obliga a dar demasiados pasos, quienes hayan salido hace tiempo tendrá de nuevo muy difícil conseguir visibilidad en portada y Sony sigue tratando de vender cuentas de PS+ incluso a los que ya las tenemos. Absurdo a todas luces y muy mejorable.
Mejorables también son las posibilidades de personalización: si no quiero The Playroom, no tengo posibilidad de eliminarla del menú que más usamos. Y la biblioteca de juegos sigue sin poder organizarse de ninguna manera: todos aparecen en una barra horizontal que, por el momento, es manejable, pero que tendrá tendencia a hacerse interminable a medida que vayamos instalando juegos. Porque sí, todos hay que instalarlos. Y ojo, a 40GB cada uno, mirad en qué se quedan los 500GB incluidos de serie en este primer modelo de PS4.
Por contra, el buscar amigos y enviarles una invitación es mucho más sencillo que nunca, casi con búsqueda instántanea. En general, toda la parte del online, que PS3 gestionaba de manera mediocre, es ahora mucho más sencilla: veremos si nuestros amigos están conectados y a qué están jugando y ya podremos tener hasta 2.000. Como ya ocurría con la biblioteca, cualquier opción de organización no existe.
En las opciones de juego online, se ha vuelto algo más cómodo conectarse a chat de voz, pero la experiencia no acaba de ser del todo fina: eco, cortes, y calidad muy mejorable, especialmente si estamos jugando y descargando otro juego a la vez. Eso, que en PS4 se ha querido vender como un avance, no ha sido resuelto bien: de hecho, la descarga e instalación de juegos provoca algún que otro lag en el juego en el que se está jugando. Por no hablar de que nos costó 19 horas que 'NBA 2k14' quedase completamente instalado (y durante ese tiempo sólo podíamos jugar un partido entre San Antonio y Miami Heat).
Su amistosa vecina PS Vita
Y llegamos a una de las apuestas más claras de Sony por diferenciarse, incluso aunque Nintendo abriese la veda con Wii U y Microsoft tenga SmartGlass como posible refuerzo: la integración de Vita como pantalla de juego de PS4. Francamente, quedamos muy satisfechos de cómo ha planteado Sony este esfuerzo, y creemos que dará a Vita toda la vida que necesita y que su propio catálogo no está consiguiendo insuflarle.
Remote Play nos permite jugar a los juegos de PS4 en la pantalla de Vita, pero, al contrario de lo que hace Wii U, no está atado a colocarnos cerca de nuestra consola. Si no la encuentra localmente (y en el mismo entorno, tiene más alcance que el mando de Wii U), Vita tira de a conexión a internet para enlazar con PS4. A partir de ahí, la calidad depende de las conexiones que tengamos, pero lo más interesante es que los controles apenas sufren lag y que, en todo caso, es la imagen la que va perdiendo calidad.
Los controles de cada juego de PS4 están plenamente adaptados a la portátil, de modo que ningún juego perderá opciones por jugarlo desde Vita. Cierto que hay algunos aspectos más engorrosos: por ejemplo, los sticks de Vita no son presionables, por lo que correr en un FPS al uso es algo más complicado de lo habitual (se presiona la superficie táctil trasera de Vita mientras se mueve el stick).
La conexión es bastante estable incluso moviéndote dentro de casa, salvo problemas puntuales sin motivo claro aparente. Pero son excepciones en una política muy bien resuelta y, a medida que se vaya afinando el proceso y que entre Gaikai (y su retrocompatibilidad) en juego, esta opción es una “vendeconsolas” clara. Quien ya tenga Vita y también tenga problemas para jugar todo el tiempo que quiera en la televisión del salón va a descubrir un mundo nuevo de posibilidades para su portátil. Eso sí, si queréis hacerlo desde fuera de casa y no tengáis la consola conectada por cable, recordad que PS4 no ha apostado por incluir 802.11ac wi-fi, una decisión inexplicable para una consola que piensa durar años en el mercado, así que el rendimiento no será óptimo.
De momento, mucho menos útil resulta la opción de segunda pantalla, que al menos por el momento está bastante olvidada por los desarrolladores. Tampoco las aplicaciones “grandes”, pensadas para PS4, nacen con suficiente contenido o interés: veremos si ese catálogo de apps consigue llenarse o bien ocurre algo parecido a lo que ha pasado con las de PSVita.
PS4: un pobre catálogo de lanzamiento
Hemos hablado varias veces de que PS4 es una consola para jugadores, más que un gran centro de entretenimiento para todos. Y precisamente por eso sorprende que haya nacido con un catálogo de lanzamiento pobre en cantidad y calidad, al que le han penalizado algunos retrasos (por ejemplo, no salir con ‘Driveclub’ es un error grave), y que apenas saca partido de las posibilidades de la consola.
Hemos hablado ya de ‘Killzone: Shadow Fall’ y, aunque en su multijugador ya muestra que la potencia gráfica de PS4 es mayor que la de Xbox One (algo que también demuestran las comparativas entre multiplataformas), hay que dejar claro que va a ser un juego para olvidar dentro de nada. Una apuesta aburrida y fallida dentro de los FPS, como contrastan en su análisis en Vida Extra.
En ‘Knack’, Mark Cerny ha sacado a la luz toda su experiencia noventera… pero sin actualizar casi nada. Es un juego de aquella época, que defraudará a quien vaya buscando experiencias de nueva generación y, ojo, que también tiene la exigencia de entonces. Agradable sin más.
Los juegos que han salido a medias entre una generación y otra (Battlefield 4, COD: Ghosts o Assassin’s Creed IV: Black Flag) sí que dejan ver diferencias gráficas, pero nada del otro mundo ni que justifique, de momento, el salto. Los que estaban pensados para una plataforma concreta, como Escape Plan, no consiguen aquí sacar partido a lo táctil. Y hay algunos que prometen más de cara al futuro que lo que dan ahora mismo (la beta de 'Warframe') o que directamente son material de derribo ('War Thunder').
Donde más se nota de momento la potencia de la next-gen de Sony es en los aspectos de clima e iluminación (aquí hay que resaltar de nuevo el buen hacer de Guerrilla Games en el multijugador del nuevo Killzone). Y ojo a los deportivos: tanto 'NBA 2K14' como 'FIFA 14' dejarán muy satisfechos a quienes sean consumidores habituales o aficionados de este tipo de títulos.
Pero dice mucho que lo mejor de todo el catálogo actual de PS4 sea 'Resogun', un matamarcianos clásico que podemos acabar en una hora y que no quiere estirar su vida de uso añadiendo nuevas opciones o desafíos.
Por suerte, este problema es temporal. Si PS3, con las dificultades que supuso para los desarrolladores y la apuesta "arrogante” que Sony ha declarado que fue, consiguió tener un gran catálogo con el paso de los años, está claro que PS4 también lo logrará. No hay más que echar un ojo a las cifras de ventas y unir los puntos: si está triunfando entre los jugadores y tiene el apoyo de los desarrolladores ya que es más sencillo trabajar con ella, ¿creéis que cogerá polvo en nuestro salón?
Claro que PS4 es la consola next-gen más conservadora que hemos visto nunca, pero eso mismo es lo que ya le coloca en aparente posición de liderazgo. Mark Cerny puede estar satisfecho: Playstation vuelve a ser el lugar en el que muchos van a querer jugar y es una gran continuación de la familia PS. Sólo fallar en la segunda parte del plan, tener mejores juegos exclusivos, puede convertirla en un fracaso. Y ahí sí que a Sony le queda mucho trabajo por delante.
La consola ha sido cedida para la prueba por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
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