A principios de año Samsung carraspeaba con lo que no sabemos si es un cambio de estrategia a corto o largo plazo. Cinco meses después de los Galaxy Note 10 y casi un año de los Galaxy S10, la marca presentaba sus versiones Lite, y en el análisis del Samsung Galaxy S10 Lite os contamos a fondo qué tal con uno de ellos.
El apellido Lite suele conllevar el ser una versión más rebajada de algo y en este caso no se trata de una excepción. El S10 Lite presenta un diseño actualizado que como ahora veremos lo une más a otros móviles posteriores que a los S10, pero se presentó como alternativa básica a ellos, aunque superando en algunos aspectos al Samsung Galaxy S10e
Ficha técnica del Samsung Galaxy S10 Lite
SAMSUNG GALAXY S10 LITE | |
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DIMENSIONES Y PESO | 162,5 x 75,6 x 8,1 mm |
PANTALLA | Super AMOLED de 6,7 pulgadas |
PROCESADOR | 7 nm 64 bit octa-core |
MEMORIA RAM | 6/8 GB |
ALMACENAMIENTO INTERNO | 128 GB |
CÁMARA TRASERA | Macro de 5 MP f/2.4 |
CÁMARA DELANTERA | 32 MP f/2.2 |
BATERÍA | 4.500 mAh |
SISTEMA OPERATIVO | Android 10 |
CONECTIVIDAD | Por determinar |
PRECIO |
Diseño: un S más 20 que 10
La integración del lector de huellas en pantalla fue matar dos pájaros de un tiro para Samsung: de un plumazo se cargaba el lector físico en la parte trasera (cuya ubicación no acaba de acertar desde los Galaxy S8) y se ponía al día en cuanto a una tendencia que parece asentarse poco a poco en todas las gamas. Este cambio vino con los Galaxy S10 y se ha mantenido tanto en los topes de gama como en otos móviles, otorgando uno ultrasónico u óptico según el móvil.
El S10 Lite mantiene el lector en la pantalla (óptico), pero su parte trasera parece tener más genes en común con los S20 (y anteriores Galaxy A) que con los primeros S10: el módulo de cámaras tiene esa forma de ficha de dominó que parece ir poniéndose de moda y se abandona el módulo horizontal, probablemente por cuestiones de fotografía a la par que unifican líneas de diseño. De este modo, vemos una trasera de plástico con acabado en brillo, con marcos de metal y la cámara frontal asomando por la pantalla perforada, redefiniendo así lo que parece ser una de las últimas marcas de la casa para sus gamas altas y algún media.
La construcción es sólida y de calidad, aunque es bastante resbaladizo y las huellas quedan con mucha facilidad, notándose mucho en el color añil que hemos analizado. Y hablando de las sensaciones, la verdad es que al tener una pantalla no curvada (gracias) y unas dimensiones que no distan mucho del Samsung Galaxy A51, en mano casi nos recuerda más a este que a un Galaxy S (salvando el tacto del plástico y el peso, que sí dan sensaciones distintas).
De hecho, es más alto y voluminoso que el Samsung Galaxy S10+, así como más pesado. El S10 Lite roza los 200 gramos, quedando aún así por debajo de otros smartphones de diagonal similar o incluso menor como el OnePlus 7 Pro o el iPhone 11 Pro Max. De ahí que aunque sea un móvil grande, no supone nada más allá de lo que cabe esperar con esta pantalla y batería, sin que llegue a cansar en mano más que otros.
Altura (milímetros) | Anchura (milímetros) | Grosor (milímetros) | Peso (gramos) | Pantalla (pulgadas) | Batería | Superficie (cm2) | Volumen (cc) | |
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Samsung Galaxy S10 Lite | 163,7 | 76,1 | 8,7 | 199 | 6,7 | 4.500 | 124,58 | 108,38 |
Samsung Galaxy S10+ | 157,6 | 74,1 | 7,8 | 175 | 6,4 | 4.100 | 116,78 | 91,09 |
OnePlus 7 Pro | 162,6 | 75,9 | 8,8 | 206 | 6,67 | 4.000 | 123,41 | 108,603 |
Huawei P30 Pro | 157 | 73,2 | 8,6 | 190 | 6,47 | 4.200 | 114,92 | 98,83 |
iPhone 11 Pro Max | 158 | 77,8 | 8,1 | 226 | 6,5 | 3.969 | 122,92 | 99,57 |
Pixel 4 XL | 160 | 75,1 | 8,2 | 193 | 6,3 | 3.700 | 120,46 | 98,78 |
LG V50 ThinQ | 159,2 | 76,1 | 8,3 | 169 | 6,4 | 4.000 | 121,15 | 100,56 |
OPPO Reno 10x Zoom | 162 | 77,2 | 9,3 | 210 | 6,6 | 4.065 | 125,07 | 116,31 |
Xperia 10 Plus | 167 | 72 | 8,3 | 180 | 6,5 | 3.000 | 121,91 | 101,19 |
Xiaomi Mi Note 10 | 157,8 | 74,2 | 9,67 | 208 | 6,47 | 5.600 | 117,09 | 113,22 |
Así, con una pantalla sin curvaturas y siendo las de la trasera poco pronunciadas, el borde llega a ser algo más grueso que en el S10+ y se nota en el agarre, aunque no llama la atención precisamente por grosor. De hecho, no la sensación de grueso que sí tuvimos con el Xiaomi Mi Note 10 (9,67 milímetros de grosor frente a los 8,7 del S10 Lite), y logra pesar menos que el OPPO Reno 10x Zoom (también más grueso) pese a tener mayor batería.
El terminal tampoco tiene botón físico adicional para Bixby, así que a diferencia de los S10 anteriores (como vimos en el A51) para llamar al asistente de Samsung habiendo una opción con el botón de encendido o bien con la voz. De este modo, el lado izquierdo no tiene ningún botón integrando la bandeja para la SIM, quedando en la base el USB tipo-C y el altavoz (no perfectamente alineados), sin minijack de audio.
La curvatura de la trasera no parece muy distinta a la que vimos en el S10+, por lo que probablemente no se aplicó una reducción de curvas que sí pudimos ver en la toma de contacto de los nuevos Galaxy S20. De este modo, en la parte trasera el marco parece dibujar la misma curva en las esquinas que sus antecesores, con el cambio para la única cámara frontal en una perforación central.
El módulo trasero es bastante grande, pero no sobresale en exceso ni se crea el “efecto mecedora” al apoyarlo sobre la mesa como ocurría con el Honor View30 Pro. De hecho, la trasera es bastante sencilla sin más añadidos que el logo en la parte de abajo, que al menos en el color azul no destaca apenas.
Aunque cierto es que el reflejo de la trasera da bastante juego y, un poco como pasaba con los Note 10, según como lo sostengamos y la luz que le dé nos parecerá un azul más eléctrico y vivo o más apagado. De hecho, el terminal es más bien desenfadado que sobrio pese al color oscuro.
Está bastante bien resuelto que la trasera sea ligeramente más ancha que la pantalla, de manera que el marco metálico no sigue la curvatura del plástico trasero y cierra en la pantalla con algo de ángulo, sin llegar a ser incómodo o demasiado agudo. El panel se rodea de un marco bastante fino, más ancho en el caso del inferior y con una integración discretísima del auricular justo sobre la cámara frontal.
Pantalla: conformismo con aroma a gama media
El S10e suponía quedarse con FullHD+ con respecto al máximo de QuadHD+ que presentaban el resto. Lo mismo supuso el apellido Lite a ambos terminales, de modo que el S10 Lite presenta una pantalla super AMOLED de 6,7 pulgadas con resolución de 2.400 x 1.080 píxeles y una densidad de 384 píxeles.
De este modo, la diagonal es mayor a la del S10e, el Note 10, el S10 y el S10+, con lo que se consigue una densidad menor que la del S10e. Una decisión que no es demasiado coherente con el hecho de querer incluir estos terminales “e” y Lite en la gama alta cuando en ese sentido no van a dar la experiencia del resto, y de hecho el FullHD+ es cada vez algo más genérico en la gama media (y al mismo tiempo, cierto “viejo truco” para abaratar smartphones cuyo resto de especificaciones se corresponden a la alta).
Así, como cabe esperar hay menos definición en esta pantalla que en el resto de topes de gama de la marca y tenemos una experiencia tan aceptable como ajustada. Sin echar en falta detalle per se, pero sí con la sensación de que ha sido una oportunidad perdida (teniendo en cuenta los precios de salida).
El ajuste de brillo automático suele funcionar muy bien, cambiando a tiempo en casi todas las situaciones salvo casos puntuales al pasar a un entorno oscuro. La capa de Samsung, como la de LG, también baja automáticamente el brillo cuando queda un 5% de batería, pero no al mínimo y esto permite que no perdamos la visualización por completo (y podamos reajustar si lo deseamos). El brillo máximo es suficiente en las situaciones más exigentes, viéndose bien el contenido aunque dé directamente el sol.
La pantalla tiene un contraste suficiente y viene bien calibrada a nivel de temperatura de blancos y colores. No obstante, aún así podemos recurrir a los ajustes de pantalla para adaptarlo a nuestras preferencias.
En One UI 2, y al menos en estos móviles que estrictamente no encajan en la primera línea de la marca, seguimos encontrando un ajuste no gradual para la temperatura, por lo que tendremos que elegir entre cinco puntos salvo que optemos por el ajuste avanzado y elijamos el punto de rojos, verdes y azules. Para esto, eso sí, nos tendremos que quedar con el modo intenso de color, que supone una sobresaturación que en nuestra opinión empobrece la experiencia y no favorece a la estética de la capa.
Tenemos también como opciones poder establecer la pantalla ambiente, llamada Always On en tierra Samsung y que no ha experimentado apenas cambios en las últimas versiones del sistema. Ofrece opciones de personalización del estilo del reloj y los widgets a añadir, aunque siguen siendo muy limitados y de servicios propios, sin nada que hacer con las apps de terceros salvo activar las notificaciones.
Otra opción que, como vimos también en el A51 ha llegado a más móviles independientemente del tipo de panel, es la pantalla Edge. Se trata de una serie de pestañas a modo de acceso rápido para apps, funciones como la captura de pantalla avanzada, contactos y otras herramientas que quedan escondidas en una pequeña lengüeta a un lado de la pantalla, de modo que se abren al deslizar.
Si nos acostumbramos puede ser útil para acortar ligeramente nuestro flujo de uso según el caso, pero cierto es que tiene algo de lag y al final la hemos acabado olvidando. En relación a esto está la Iluminación Edge, que crea un efecto similar al que vimos en los Note y otros smartphones con pantalla curva iluminándose el contorno para las notificaciones compatibles que queramos.
Por otro lado, podemos cambiar la navegación por el sistema, pudiendo dejar los botones virtuales tradicionales que vienen de fábrica o bien un tirador o varios para emular gestos. Lo que más cómodo nos resulta es dejar un tirador únic, a modo del de Android stock pero con el añadido de que el gesto de atrás sea el tirón en cualquiera de los lados, con el aliciente de poder ir a la tarea anterior con un solo movimiento.
El sistema además sigue dando la opción de establecer un modo oscuro que afectará tanto a interfaces propias como a apps compatibles. El resultado: una visualización más cómoda y clara salvando algunos casos, aunque sobre todo es cuestión de gustos (no repercute de manera perceptible en la autonomía).
Bien a nivel de sensibilidad táctil y ángulos de visión, con buena visibilidad aunque inclinemos la pantalla vertical u horizontalmente y sin percibir nada más que el habitual efecto de coloración de las pantallas AMOLED.
Buen trabajo a nivel de aprovechamiento del frontal, con un 87,8%, llegando a estar un poco por encima del S10+ pese a no tener curvas y mantener la barbilla (quizás por tener un agujero algo menor). Con el agujero en la pantalla tenemos unas sensaciones muy similares a nivel de aprovechamiento de la interfaz con respecto al A51, de modo que no parece que el reloj y los demás elementos "se pierdan" en la propia barra, aunque no se llega al aprovechamiento que da un módulo externo.
Rendimiento: una excelente elección para un software poco conformista
La jugada de Samsung con el procesador de estos terminales Lite es curiosa y previsible a partes iguales. Al S10 Lite le colocó el Snapdragon 855, el primer procesador para móviles de gama alta de Qualcomm en 2019, mientras que al Note 10 Lite le integró el Exynos 8910, el chip de Samsung para la gama alta de 2018. Comprensible que no se opte por el mismo que sus respectivos antecesores para marcar ese apellido Lite y abaratar precio, pero el Note 10 Lite probablemente salga perdiendo precisamente en este apartado de rendimiento.
Centrándonos en el S10 Lite, y viendo la buena experiencia que hemos tenido con dicho procesador en numerosos casos anteriores, el móvil cumple expectativas a este nivel y mueve todo sin excepción. Las tareas pesadas no suponen un problema y ejecuta bien juegos y apps de alta exigencia.
Algo ayudarán también los 8 GB de RAM, una buena cantidad que debe garantizar que aperturas, cambios de tarea y apertura de la multitarea se sucedan con fluidez. Y la verdad es que el salto de experiencia entre un móvil Samsung de gama media a uno como éste es considerable (muy a mejor), lo cual nos da dos pistas: que One UI es realmente exigente y que probablemente el ciclo de renovación de los procesadores de calidad no necesita ser anual.
Eso sí, no hace falta jugar mucho para que notemos el aumento de temperatura. Unos minutos al ‘PUBG’ o al ‘Asphalt 8’ y lo notaremos sobre todo en las esquinas de la base y cerca de la cámara, de manera que no llegamos a percibir que afecte al rendimiento de manera inmediata, pero cierto es que se nota el calor algo más de lo habitual y que quizás el diseño favorezca menos que otras veces la refrigeración.
Para quienes tomáis como referencia los tests de rendimiento, os dejamos los benchmarks del Samsung Galaxy S10 Lite frente a los de otros smartphones de configuración similar.
Samsung Galaxy S10 Lite | LG G8X ThinQ | Nubia Z20 | Xiaomi Mi 9T Pro | LG V50 ThinQ | OPPO Reno 10x Zoom | OnePlus 7 Pro | Huawei P30 Pro | iPhone 11 Pro | |
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Procesador | Snapdragon 855 | Snapdragon 855 | Snapdragon 855+ | Snapdragon 855 | Snapdragon 855 | Snapdragon 855 | Snapdragon 855 | Kirin 980 | Apple A13 Bionic |
RAM | 8 | 6 GB | 8 GB | 6 GB | 8 GB | 8 GB | 12 GB | 8 GB | 4 GB |
AnTuTu | 462.174 | 422.812 | 361.365 | 361.727 | 315.066 | 361.293 | 376.968 | 261.115 | 409.070 |
Geekbench 4.4/5.0 (single/multi) | 745 / 2.541 (5.0) | 746 / 2.669 | 753 / 2.539 (5.0) | 3.496 / 10.855 (4.4) | 3.507 / 10.948 (4.4) | 3.153 / 11.143 (4.4) | 720 / 2.698 (5.0) | 3.251 / 9.670 (4.4) | 5.475 / 13.232 (4.4) |
PCMark Work | 9.918 | 9.374 | 8.948 | 9.358 | 9.364 | 8.649 | 9.991 | 7.644 | - |
Software: el nuevo estilo se sigue estableciendo
Zona de visualización y zona de interacción. Las dos áreas por excelencia de las interfaces de One UI, la capa de personalización de Samsung, están cada vez más definidas en las sucesivas versiones, comprobándolo esta vez en One UI 2.0 sobre Android 10.
Desde hace un tiempo el fabricante surcoreano da a elegir (al menos en la versión global de One UI) qué apps propias se instalan y también parte de las de terceros. De ese modo, desmarcando las que no nos interesan podemos partir con un cajón de apps bastante limpio.
De hecho, podemos organizarlas bien en cajón (como vienen de fábrica) o con un espacio único, de modo que sólo haya escritorio. Con ese ADN de elementos tan espaciados y grandes, la cuadrícula también es generosa y se muestran más bien pocos iconos por parrilla, pero podemos personalizarlo.
Así, veremos que aún desmarcando las apps del pre-load algunas se mantienen entre las instaladas. Podremos desactivar las de terceros y desinstalar las de Google, pero puede ser que más adelante nos vuelvan a aparecer porque queda algún remanente que se actualiza de manera automática.
Los ajustes se mantienen con respecto a lo que hemos estado viendo en otros móviles de la marca con One UI 2.0, con secciones propias para funciones que a continuación veremos. De los de pantalla ya hemos hablado, divididos en dos secciones, y en los que encontramos los ajustes para la pantalla ambiente, la de bloqueo, la navegación del sistema o el modo oscuro entre otras.
La sección de Salud digital ofrece una pantalla de inicio con dos opciones para que elijamos y no la gráfica de nuestro tiempo de uso. Hay además algunos añadidos para poder aplicar restricciones que nos ayuden a regular dicho tiempo de uso, como algo similar a los modos o perfiles de sonido, pero implementando restricciones según elijamos (por ejemplo, una configuración para el trabajo).
La suite de mantenimiento integra ajustes para controlar mejor los consumos en segundo plano tanto de rendimiento como energético. Podemos establecer alertas o bien usarlos más de vez en cuando, aunque normalmente lo más útil de todo es lo referente a la batería (que veremos más adelante).
De los ajustes de sonido hablaremos también en su apartado específico, pero siguiendo por lo que encontramos en la capa están añadidos como las herramientas para capturas (en la Pantalla Edge, además de las que se muestran automáticamente al capturar) y las de videojuegos, a modo de accesos rápidos y restricciones para favorecer la experiencia con el juego. Salvo que lo desactivemos (que tampoco es necesario a priori), el Game Launcher se activará automáticamente con cada videojuegos que instalamos.
Respecto a Bixby, en el A51 ya lo vimos bastante más espabilado. Nos oye muy bien y dispone de acciones directas sobre apps propias y alguna de terceros además de los comandos, que podemos automatizar o pedir por voz cada vez, de modo que se ejecutan acciones encadenadas.
Bixby Home sigue siendo una opción en el escritorio, a modo de panel de acceso rápido a contenidos o apps. Es bastante configurable, aunque en un principio tendremos bastantes contenidos preconfigurados.
Biometría
El Samsung Galaxy S10 Lite no renuncia a ninguno de los habituales métodos de desbloqueo basados en aspectos biométricos e incorpora tanto reconocimiento facial como lectura de huellas. Como hemos comentado previamente, se trata de un lector de huellas óptico, y el mecanismo para la lectura rostro se basa en la cámara frontal, sin ningún otro sistema avanzado.
De este modo, y hablando primero de la lectura de huellas, no sabemos si el sensor es el mismo que otros móviles de gama media (dado que los de gama alta llevan ultrasónico), pero la experiencia es mucho mejor que con el A51, sin esa alta tasa de fallos que encontrábamos en dicho móvil y leyendo correctamente la huella en casi la totalidad de ocasiones.
El registro se sucede con normalidad y con mucha rapidez, pero existe la limitación de poder guardar sólo tres huellas (normalmente se permiten al menos cuatro). En todo caso, la lectura funciona bien incluso con la yema algo humedecida y sin exigir un contacto completo o durante segundos.
La lectura de rostro es un buen complemento a la anterior, pero falla algo más al depender de las condiciones de luz. Si da la luz directa a la cámara no funcionará, por lo que por la calle en pleno día puede que alguna vez nos diga que no reconoce el rostro, así como en oscuridad. Aunque son interesantes todas las opciones que da, y normalmente funciona aunque añadamos gafas (sin grabar otro perfil).
Cámaras: el macro brilla y sustituye al teleobjetivo
Uno de los atractivos de los S20 fue ese sensor de 108 megapíxeles que promete fotos grandes y con alta resolución, además de luminosas. Parece que se está volviendo a batallar en este terreno, y por su parte el S10 Lite integra un sensor de 48 megapíxeles de 1/2 pulgadas (píxeles de 0,8 micrómetros) en su cámara principal.
Este angular es una lente con apertura f/2.0 y distancia focal de 26 milímetros con PDAF y estabilización óptica. Va acompañado de un ultra gran angular con apertura f/2.2 y una distancia focal de 12 milímetros, con un campo de visión de 123 grados y un sensor de 12 megapíxeles. La triple trasera se completa con una lente macro con apertura f/2.4 y 25 milímetros, con un sensor de 5 megapíxeles y 1/5 pulgadas (píxeles de 1,12 µm).
Con ellas podremos grabar vídeos con resolución de hasta 4K, si bien como veremos en el siguiente bloque no todas las características soportan dicha resolución. Por su parte, la cámara frontal integra un sensor de 32 megapíxeles, también encajando en lo que parece una tendencia por poner en las cámaras subjetivas sensores de mayor resolución (y en algún caso más grandes), con una lente con apertura f/2.2 focal de 25 milímetros.
El sensor de la cámara frontal es ligeramente más grande y con mayor resolución que el que vimos en el S10 (32 megapíxeles y 1/2,8 pulgadas respecto a 10 megapíxeles y 1/3 pulgadas en el S10). Pero una de las principales diferencias es el haber apostado por un objetivo macro y no por un telefoto, desmarcándose así en ese caso de lo que al menos hasta el año pasado era la tríada de cámaras traseras por excelencia, aunque hemos visto ya bastantes fabricantes apostando por el macro.
App de cámara
One UI 2.0 ha mantenido la interfaz de la app de cámara propia de Samsung y no vemos mucha variación con respecto a lo que ha habido en los últimos años. Navegación por pestañas personalizables, accesos rápidos para temporizador, flash y la optimización de escenas entre otras y una pestaña de "Más" para agrupar los modos a los que no asignamos pestaña.
Como usuarios intensivos de la cámara, y habiendo tenido la oportunidad de probar las de Samsung durante años, nos mantenemos en nuestros trece y seguimos dando minipuntos positivos y negativos a su app: nos gusta mucho poder personalizarla (y ya podrían hacerlo otros fabricantes) y tener un botón directo para la superestabilización es un puntazo, pero el HDR sigue siendo lo opuesto a práctico. Hemos de buscar la opción en los ajustes cada vez, y como veremos más tarde hay ocasiones en las que el resultado entre el automático y el HDR puede ser muy distinto (y no siempre se coincide con la decisión del automático).
Lo que no nos esperábamos es que el modo Pro fuese, en este móvil, como en toda la gama media y de entrada del fabricante: un modo manual capado, con las únicas opciones de la ISO, el balance de blancos y la exposición. Al menos el modo noche actúa tanto en el angular como en el ultra gran angular, aunque no es una larga exposición como tal, sino uno de los modos noche del grupo de los más sencillos.
Es interesante que haya opciones para el guardado de archivos tanto para fotografías como para vídeo. La estabilización de base sí puede actuar en cualquier resolución, siendo una opción en los ajustes.
La app en general funciona bien, sin bloquearse o cerrarse repentinamente. Aunque cierto es que de noche y en interiores el disparo es excesivamente lento, y la navegación entre pestañas y a los ajustes a veces tiene un ligero lag.
Cámaras traseras
Bastante déjà vu con las cámaras del S10 Lite, y eso es tan positivo como regular. Vemos aportaciones interesantes de los S10 “senior”, pero un deje de calidad conformista que al final nos da un resultado irregular, con muy buenos disparos y otros que dejan que desear. Veamos por tipos de fotografía y modos.
En automático el rendimiento es aceptable en general, por un promedio entre un buen resultado en exteriores con luz abundante y uno algo inferior en interiores y de noche. El detalle en estas dos situaciones queda por debajo de lo esperado por las características del sensor, y cierto es que el balance de blancos en automático a veces vira demasiado a lo cálido, pero no es problemático y tiene solución con el modo Pro.
El HDR se nota bastante y conviene ir conociéndolo si queremos exprimir más el resultado del conjunto fotográfico, si dejarlo en automático no nos acaba de convencer. Normalmente interpretará mejor iluminaciones y sombras, pero en contraluces deja un resultado demasiado contrastado e irreal que puede no gustarnos. Cuando no es una situación exigente normalmente favorece.
En condiciones desfavorables y exigentes como de noche y en interiores no es muy difícil ver acuarelas y contornos exagerados, esto último sobre todo en planos lejanos. Está claro que en este caso no podemos esperar una nitidez de alto nivel, pero el resultado en este aspecto queda por debajo de lo esperado.
La cámara de noche además es bastante lenta. Pese a haber estabilización, será mejor ser cautos y pacientes a la hora de esperar a mover el móvil tras disparar.
En esto ayuda el modo noche, que aunque no se trata de una larga exposición similar a la que hace Huawei produce un resultado con características similares en cuanto a usar una ISO menor y lograr tomas más expuestas. Nos puede librar del ruido del modo automático y el Pro apretando en ISO, pero el precio a pagar es que se echan en falta sombras, contraste y algo de nitidez.
El gran angular tiene un resultado muy parecido al que veíamos en el S10+ como cabría esperar (al tratarse de la misma óptica y sensor). En general se echa en falta nitidez y tiende a la subexposición, pero suele resolver bastante bien. Eso sí, aunque sigue dándose la opción de corregir la curvatura, ésta es bastante exagerada hacia los bordes de la foto.
Grata sorpresa el modo de enfoque dinámico, aunque también con altibajos. Es capaz de salvar situaciones muy difíciles como contraluces e interiores con muy poca luz, pero le falta algo de estabilidad dado que se desactiva con facilidad aunque nos haya indicado “Listo”, y puede que a posteriori en la galería nos encontremos un disparo desenfocado.
Pese a ello, cuando se activa el recorte suele ser acertado incluso en situaciones donde el contraste con el fondo no es muy marcado. El bokeh ha mejorado respecto a situaciones previas, y aunque se echa en falta un mejor análisis de la profundidad, al poder ajustarse el grado al final podemos lograr una buena instantánea.
La lente macro proporciona una ventaja clara para este tipo de fotografía sobre los móviles que no integran una de éstas. Nos va a permitir reducir la distancia mínima de enfoque hasta unos 3 centímetros, manteniendo nitidez, colorimetría y sin apreciar variaciones en exposición o balance de blancos, incluso de noche.
Cámaras frontales
Samsung parece seguir optando por los resultados menos naturales para quizás contentar a cierta proporción de usuarios. Que la cámara se abre con el ajuste de “belleza” activado es otro signo más, pero nos referimos a esa tez demasiado suavizada y al matiz magenta que hemos visto anteriormente.
Pese a esto, podemos obtener buenas fotografías con luz favorable e interiores. El enfoque tendrá más problemas con luz directa e interiores, pero el principal problema es la excesiva lentitud del disparo en baja luz y entornos nocturnos: como no pongamos atención a ser nosotros el estabilizador, probablemente nos saldrá movida.
El modo de enfoque dinámico suele ser bastante más permisivo que el de las cámaras traseras y no pondrá pegas nunca, incluso en contraluces. Eso sí, el recorte dependerá de la facilidad de las condiciones y cuando éstas son más exigentes (en cuanto a iluminación o con pelo y superficies irregulares) será de menos calidad.
En este caso hay una sola lente y podemos elegir entre disparo normal o gran angular. El resultado es bastante igual en ambos casos a nivel de detalle, color y balance de blancos, siendo bastante útil el gran angular para fotos de más de una persona y manteniéndose el modo de desenfoque dinámico para ambos angulares.
Vídeo
El vídeo resuelve bastante bien, con buen desempeño a resolución 4K y buen resultado de las estabilizaciones. Eso sí, el salto de una lente a otra, permitido durante la grabación salvo con la súper estabilización activada, es bastante drástico (pero sin lag ni entorpecer el resultado final).
Esta superestabilización además obliga a grabar a 1080p, pero tampoco se compromete tanto la definición y compensa si vamos a hacer tomas en movimiento o si la estabilidad es nuestra prioridad. Lo único: buscando las cosquillas con cambios de encuadre más repentinos vemos un poco de lag.
En todo caso, si buscamos más detalle el 4K da buen resultado incluso en situaciones complicadas de día. De noche la calidad baja bastante, con mucho ruido y escasa definición sea cual sea la resolución.
Muy buena la captura de sonido. El micrófono no se tapa por accidente y el resultado es muy fiel a la realidad en cuanto a la proximidad de cada sonido y la calidad del mismo.
La cámara frontal, por su parte, mantiene el resultado en cuanto a calidad y tenemos tomas nítidas y bien balanceadas. Muy bien conseguido el enfoque dinámico como ocurre en las traseras, exigiendo igualmente la presencia de un ser humano y no actuando con objetos o animales.
De noche, eso sí, la calidad desciende mucho y tenemos tomas con acuarelas y bastante ruido. Sobre todo si estamos en movimiento, con un primer plano poco definido.
Autonomía: el punto fuerte del S10 Lite
En esta primera tanda de S Lite vemos una pila bastante mayor a nivel de capacidad que la del S10e, siendo como la del S10 5G (el más potente de esos primeros cuatro). Son 4.500 mAh en este caso, que sobre el papel dan que pensar que la autonomía será satisfactoria, aunque cabe recordar que al estar construido en plástico no soporta la carga inalámbrica (como sí ocurre con el S10e).
¿Lo es en la práctica? Sí, sin pretensiones pero sin duda. Normalmente una carga da para una jornada y media, con una autonomía media de unas 36 horas. El promedio de horas de pantalla es de 8 horas, con lo cual normalmente podemos salir de casa sin estar pendientes de llevar el cargador aunque la batería no esté al 100%.
La carga se completa en 1 hora y 7 minutos, con el cargador de serie y de 0 al 100% con el smartphone apagado. Con lo que tenemos un tiempo de carga bastante bueno hablando de una batería así de grande.
Como decíamos antes, hay una sección específica para la batería en los ajustes de mantenimiento. Conviene pasearse un poco por ellos para poder ajustar el perfil que más nos convenga, sobre todo limitando de manera manual el segundo plano de las apps.
Sonido: el punto débil del S10 Lite
Quizás en pro de adelgazar el terminal (o dejar más sitio para esa batería que comentábamos), no vemos minijack de audio en este S10 Lite. Eso sí, se entregan unos auriculares USB tipo-C y siempre nos queda el Bluetooth si no tenemos adaptador, y en cuanto a la salida del audio vemos un altavoz, sin sonido estéreo.
La experiencia con el sonido que se emite con el altavoz principal encaja en lo que cabría esperar en un móvil de gama media: no es una calidad claramente suprema, pero tiene un desempeño similar al de móviles de ese rango tanto en música como en voz. Justo de rango dinámico y con la nitidez suficiente para dar una experiencia aceptable, sin alardes, peor cuando lo que escuchamos tiene más producción y volumen.
El volumen máximo a la salida del altavoz es de 112,6 decibelios, lo que se traduce en unos 80 ambientales, por lo que tiene suficiente potencia como para ambientar una estancia. Eso sí, la calidad se compromete demasiado a ese nivel, siendo mejor tenerlo en torno al 80% (unos 70 decibelios).
Los ajustes de software sólo están disponibles para el sonido con auriculares, salvo el ecualizador. De modo que para tener una mejor experiencia conviene que los usemos.
En primer lugar podremos activar el Dolby Atmos, que da un sonido más envolvente y con mayor profundidad. Es interesante también el Adapt Sound, dado que tras un test nos da un perfil de sonido personalizado con el que en este caso hemos estado más a gusto al encontrar mayor rango dinámico y también mayor profundidad y rango dinámico.
El Optimizador UHQ también ayuda a tener algo más de definición en el sonido por auriculares, pero la diferencia entre mejorar sólo los bits o también el ancho de banda es mínima en la práctica. Al final la mayor experiencia ha sido con el Dolby Atmos activado en automático y nuestro perfil de audio.
Samsung Galaxy S10 Lite, la opinión de Xataka
Parece que no quede mucho hueco para un S20e. La llegada de tres S20 y la de los modelos Lite para inaugurar el año parecen indicar un cambio con respecto al año pasado y que las dos líneas de buques insignia tengan sus versiones rebajadas, en precio y especificaciones.
Esto no es negativo ni mucho menos; aquí rebaja implica aproximación, aspirar a lo máximo, acercarlo a quien prefiere una opción a llevárselo todo. Y la misión de este S10 Lite parece ser un S10 para masas, mejor formulado que el "e" y formando parte de esa estirpe de "gamas alta por rendondeo" que vemos en fabricantes como Xiaomi o OnePlus.
El Samsung Galaxy S10 Lite da lo que promete: fluidez de tope de gama con toques de simplicidad. Un diseño renovado para un procesador que aún no lo había dicho todo (pese a tener sucesor), 8 GB de RAM y una batería más que suficiente.
El "redondeo" a gama alta lo vemos en una combinación fotográfica interesante, que deja atrás cualquier tipo de teleobjetivo (con la importancia que han dado en los S20 a esas lentes y su rendimiento) y que pese a tener un buen macro en general queda justa. Satisfactoria según las exigencias del usuario, pero sin ser superior de una manera clara a la competencia.
La fluidez reina en la experiencia y se nota que todo ese hardware es lo que necesita la exigente One UI para funcionar como debe. Lástima que en el audio no se luzca especialmente, dado que la pantalla (pese a ser "básica"), da buena experiencia.
8.8
A favor
- Muy bien construido. Bebe de las nuevas líneas estéticas con la ventaja de estar entre lo desenfadado y lo sobrio.
- El Snapdragon 855 está aún muy vivo: junto con los 8 GB de RAM mueven ONE UI como toca.
- La autonomía es muy satisfactoria.
En contra
- El sonido queda bastante lo esperado: los Galaxy S han mantenido alto el listón y éste no ha contribuido a que eso siga así.
- Es una lástima no ver un panel con mayor densidad y soporte a carga inalámbrica
- Las cámaras recuerdan más a un móvil de gama media que a uno de gama alta.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Samsung. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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