La tecnología OLED aún no ha dicho su última palabra. Algunos fabricantes de televisores, entre los que se encuentra Sony, parecen empeñados en demostrarnos generación tras generación que son capaces de reinventar la rueda y exprimir más y más una tecnología tan bien afianzada como la OLED. El televisor al que dedicamos este análisis, que es el actual tope de gama de Sony con panel orgánico, ilustra a las mil maravillas el estado de desarrollo que ha alcanzado esta tecnología.
A finales del año pasado tuvimos la oportunidad de probar a fondo el que en ese momento era el televisor OLED más avanzado de Sony, el modelo AF9 MASTER Series. Aquel dispositivo colocó el listón muy alto si nos ceñimos a su calidad de imagen global, y por esta razón nos dejó muy buen sabor de boca. Parecía difícil ir más lejos, pero con el modelo que estamos analizando esta marca japonesa ha conseguido depurar aún más el que ya era un televisor sobresaliente. Y no solo en lo que se refiere a su calidad de imagen. Este AG9 MASTER Series es un serio candidato a mejor televisor OLED de 2019.
Sony OLED AG9 MASTER Series: especificaciones técnicas
Sony, al igual que otras marcas como Panasonic o Philips, compra los paneles OLED de sus televisores a LG Display, la filial de LG especializada en el diseño y la fabricación de paneles de visualización. No obstante, es crucial que los usuarios sepamos que el panel es solo uno de los ingredientes que determinan la calidad de imagen que nos ofrece un televisor. Es un ingrediente muy importante, por supuesto, pero hay otros componentes que también son determinantes, como los algoritmos de procesado de las imágenes, las técnicas de escalado desde resoluciones inferiores o, si nos ceñimos a los televisores con panel LCD, la forma en que está implementada la retroiluminación.
El panel OLED que incorpora este televisor está respaldado por el que actualmente es el procesador de imágenes más sofisticado que tiene Sony: el chip X1 Ultimate
El panel OLED que incorpora este televisor, como podemos esperar, tiene una profundidad de color de 10 bits, resolución 4K UHD (3.840 x 2.160 puntos) y relación de aspecto 16:9. Nada que se salga de lo habitual. Pero, y es ahora cuando empieza a ponerse interesante el análisis, está respaldado por el que actualmente es el procesador de imágenes más sofisticado que tiene Sony: el chip X1 Ultimate. De hecho, este es el procesador que se responsabiliza no solo de afinar las imágenes del mejor televisor que tiene esta marca en el mercado, el fabuloso y carísimo ZG9 MASTER Series con resolución 8K que analizamos recientemente, sino también de ejecutar el algoritmo de escalado desde resoluciones inferiores a 8K. Y superar este reto como lo hace este chip no es ni mucho menos «pan comido».
Otra de las características de los televisores actuales a las que merece la pena que los usuarios prestemos atención, especialmente si aspiramos a hacernos con un modelo de alta gama como este, es su compatibilidad con los formatos HDR más utilizados actualmente. Este televisor es capaz de procesar contenidos Dolby Vision (un estándar propietario que utiliza metadatos dinámicos), HDR10 (un estándar abierto que usa metadatos estáticos) y HLG, pero no «entiende» HDR10+. Y es una lástima. Dolby Vision resuelve muy bien la necesidad de procesar los metadatos dinámicos, pero creo firmemente que los fabricantes de televisores deberían ofrecernos la compatibilidad más amplia posible con los formatos HDR, aunque muy pocos lo hacen. La deuda pendiente de este televisor es HDR10+.
En lo que se refiere al HDR este televisor es capaz de procesar contenidos Dolby Vision, HDR10 y HLG, pero no «entiende» HDR10+
Por otro lado, el sistema operativo que ha elegido Sony para que haga las veces de intermediario entre el usuario y el hardware del televisor es Android TV 8.0 (Oreo), la misma plataforma que incorporan los últimos televisores de esta marca que hemos analizado. Más adelante indagaremos en su rendimiento y en la experiencia que nos propone, pero para ir «abriendo boca» puedo apuntar que esta iteración de Android para televisores aventaja con mucha claridad a las anteriores revisiones de este sistema operativo. Especialmente en lo que se refiere a la agilidad con la que mueve la interfaz e inicia las aplicaciones.
SONY KD-55AG9 | Características |
---|---|
PANEL | OLED 4K UHD de 10 bits con relación de aspecto 16:9 |
TAMAÑO | 55 pulgadas |
RESOLUCIÓN | 3.840 x 2.160 puntos |
HDR | Dolby Vision, HDR10 y HLG |
PROCESADOR DE IMÁGENES | X1 Ultimate |
MEJORA DEL DETALLE | 4K X-Reality PRO, Dual database processing y Object-based Super Resolution |
MEJORA DEL COLOR | Asignación de color de precisión, TRILUMINOS, Super Bit Mapping HDR y tecnología Live Colour |
MEJORA DEL CONTRASTE | Mejora del contraste dinámico, Object-based HDR remaster y Pixel Contrast Booster |
SEÑALES DE ENTRADA ADMITIDAS | 4.096 x 2.160p (24, 50, 60 Hz), 3.840 x 2.160p (24, 25, 30, 50, 60 Hz), 1.080p (30, 50, 60, 100, 120 Hz), 1.080/24p, 1.080i (50, 60 Hz), 720p (30, 50, 60 Hz), 720/24p, 576p, 480p |
MODOS DE IMAGEN | Vívido, Estándar, Cine, Juegos, Gráficos, Fotografía, Personalizado, Dolby Vision Bright, Dolby Vision Dark y calibración de Netflix |
COMPATIBILIDAD HEVC | Sí (hasta 3.840 x 2.160/60p 10 bits) |
SISTEMA OPERATIVO | Android TV 8.0 (Oreo) |
ALMACENAMIENTO INTERNO | 16 GB |
SINTONIZADORES | 2 (digitales)/1 (analógico) |
WIFI | 802.11a/b/g/n/ac |
BLUETOOTH | Versión 4.2; HID (conectividad mediante ratón/teclado)/HOGP (conectividad de dispositivo de bajo consumo)/SPP (perfil de puerto serie)/A2DP (audio estéreo) y 2/AVRCP (mando a distancia de AV) |
CONECTIVIDAD CON SMARTPHONE | Chromecast integrado y Video & TV SideView (iOS/Android) |
CONECTIVIDAD | 4 x HDMI 2.0, 1 x vídeo compuesto, 1 x Ethernet, 1 x RF, 2 x IF, 1 x salida audio digital óptica, 1 x minijack para auriculares y 3 x USB |
SONIDO | Tecnología Acoustic Surface Audio+. Entrega de potencia: 20 W + 20 W + 10 W + 10 W |
PROCESADO DE AUDIO | Dolby Digital, Dolby Digital Plus, Dolby AC-4 y DTS Digital Surround |
ETIQUETA ENERGÉTICA | Clase B |
DIMENSIONES | 122,6 x 71 x 25,5 cm (con soporte) |
PESO | 22,3 kg (con soporte) |
PRECIO | 2.799 euros |
Este televisor nos recuerda que aún hay margen para seguir refinando el diseño
Los materiales que ha seleccionado Sony para resolver el acabado de este televisor están a la altura de lo que los usuarios podemos exigir a un modelo de gama alta: aluminio impecablemente mecanizado en la peana y el marco, y policarbonato de buena calidad en el panel trasero del dispositivo. En este contexto no hace falta reinventar la rueda para convencer. Sin embargo, en lo que se refiere al diseño Sony ha conseguido sorprenderme gratamente. El anterior modelo tope de gama con panel OLED de esta marca, el AF9 MASTER Series, tiene una peana original y muy llamativa, pero, si he de elegir entre aquella y la de este AG9, me queda con esta.
Como podéis ver en la fotografía que tenéis debajo de estas líneas, este televisor incorpora una peana con perímetro curvo fijada a su base en posición central. Habitualmente los pies dobles instalados cerca de los extremos del televisor ofrecen más estabilidad al conjunto, pero lo cierto es que el anclaje de esta peana es lo suficientemente robusto y su superficie lo bastante amplia para proporcionar una estabilidad notable al televisor. En cualquier caso, la característica más sugerente de esta peana es su mínimo grosor (es inferior a 1 cm). Al ser tan estilizada parece que el televisor se apoya directamente sobre la mesa en la que lo colocamos, ofreciéndonos un efecto estético cuando menos curioso. Es evidente que todo lo que tiene que ver con la estética va en gustos, pero este diseño es un soplo de aire fresco, y esto siempre se agradece.
Es evidente que los usuarios no elegimos un televisor por el diseño de su panel posterior, pero si las marcas nos ofrecen buenos dispositivos y además se esmeran durante la puesta a punto del panel trasero, miel sobre hojuelas. Como podéis ver en la siguiente fotografía, el reverso de este televisor OLED es lo suficientemente atractivo para que no tengamos que preocuparnos si por la razón que fuese quedase completa o parcialmente expuesto una vez que lo hemos colocado en su lugar. Como mencioné dos párrafos más arriba, este panel ha sido fabricado utilizando policarbonato de buena calidad, y la cuadrícula que lo decora es un recurso sencillo que combate con eficacia la monotonía que suelen transmitir los paneles diáfanos y vetustos de otros televisores.
Experiencia de uso: su calibración de fábrica deja huella
El «apellido» MASTER Series de este televisor delata en gran medida la intención de Sony durante su puesta a punto: reproducir las imágenes de la forma más fidedigna posible. Los algoritmos de mejora del contraste, tratamiento del color, reducción del ruido e incremento del nivel de detalle juegan un rol muy importante a la hora de alcanzar este objetivo, pero también lo hace otro parámetro al que los usuarios no siempre prestamos la debida atención y es crucial si no nos atrevemos a actuar sobre las opciones avanzadas de ajuste de la imagen: la calibración de fábrica.
Al igual que los demás televisores de la familia MASTER Series que hemos tenido la oportunidad de analizar hasta ahora, este modelo viene muy bien calibrado de fábrica. Después de utilizarlo durante varias horas con todo tipo de contenido y de recurrir a una de las herramientas de calibración que suelo utilizar, Eizo Monitor Test, me di cuenta de que la unidad que probé podía afinarse un poco más actuando sobre la corrección gamma y la temperatura de color, pero es muy disfrutable sin necesidad de tocar nada. No obstante, quien quiera extraer el 100% de su potencial puede recurrir a un colorímetro y a la herramienta de calibración automática que incorpora compatible con el software CaIMAN.
Un apunte interesante: este televisor, al igual que otros modelos de gama alta de Sony, incorpora un modo de calibración adaptado específicamente al contenido de Netflix. Este modo solo entra en acción cuando utilizamos la app de esta plataforma de vídeo bajo demanda y pretende ofrecernos unas imágenes con un acabado muy cercano al ideado por los creadores de las películas en la fase de postproducción. Es difícil saber si realmente refleja la visión de los creadores de contenido, pero lo cierto es que las películas y las series de Netflix que tienen mejor calidad de imagen, especialmente las que incorporan Dolby Vision, lucen de maravilla.
Unos párrafos más arriba os anticipé que Android TV 8.0 (Oreo) va muy fluido en este televisor. Y me reafirmo. El mérito es en gran medida de la propia plataforma de Google, que es ahora sensiblemente más ligera que en iteraciones anteriores, pero con toda seguridad también se debe a la competencia del procesador que se responsabiliza de lidiar con ella. Este televisor mueve la interfaz e inicia las aplicaciones al menos con la misma agilidad que los modelos ZF9 y XG95, por lo que intuyo que debe apoyarse en el mismo SoC de MediaTek que estos para resolver esta función.
La experiencia que nos ofrece esta revisión de Android TV es satisfactoria, sobre todo si el televisor la mueve con la suficiencia con la que lo hace este AG9. Aun así, en mi opinión, y es una apreciación estrictamente personal, Android TV sigue estando un paso por detrás de Tizen, el sistema operativo que usa Samsung en sus televisores, y webOS, el que utiliza LG en los suyos, desde un punto de vista estético. La interfaz de estas dos últimas plataformas me parece más estilizada, más intuitiva y menos intrusiva, por lo que confío en que Google se ponga pronto manos a la obra para colocarse a su altura. Seguro que marcas como Sony o Philips, que son algunas de las que apuestan por Android TV, lo agradecerán.
Calidad de imagen: así se las gasta el OLED más avanzado de Sony
Para poner a prueba cómo rinde con contenido 4K UHD recurrí a mis películas de referencia habituales, entre las que se encuentran ‘El renacido’ y ‘La llegada’, ambas en Blu-ray 4K y Blu-ray Disc, así como a las versiones en DVD de ‘Kill Bill volumen 1’ y ‘Salvar al soldado Ryan’, y contenido que conozco bien de Netflix y YouTube. ¿El reproductor? Nuestra infatigable consola Xbox One X. Si os parece bien podemos empezar por el contraste, sin duda la baza más potente de los televisores con panel OLED.
Los negros de este televisor son profundos, pero lo que más me ha sorprendido es su habilidad a la hora de recuperar detalle en las regiones en sombra de cada fotograma
Los negros de este televisor son todo lo profundos que podemos esperar de un televisor de referencia con panel orgánico, pero lo que más me ha sorprendido es su habilidad a la hora de recuperar detalle en las zonas en sombra. Algunos televisores OLED rinden en este escenario de prueba peor que los televisores LCD LED más avanzados con retroiluminación FALD, pero la gran cantidad de detalle que recupera este televisor en las zonas más oscuras de cada fotograma refleja el buen trabajo que ha realizado Sony al afinar los algoritmos de procesado de la imagen. Este televisor es uno de los que mejor resuelve el contraste y el detalle en regiones en sombra de cuantos he probado hasta ahora.
Otro apartado en el que este modelo nos ofrece un rendimiento sobresaliente, como cabe esperar de un televisor OLED, son los ángulos de visión. El color apenas se degrada aunque observemos el panel desde una posición muy escorada, por lo que es una buena opción en aquellos escenarios de uso en los que lo van a utilizar simultáneamente varias personas y algunas de ellas van a quedar necesariamente fuera del «punto dulce», que es la posición desde la que la línea que une los ojos del espectador con el centro de la pantalla del televisor es perpendicular al plano del panel al mirarlo desde arriba.
Aunque me he esmerado al tomarlas, es difícil que las fotografías que ilustran este análisis hagan justicia a la calidad de imagen de este televisor. Aun así, confío en que al menos os permitan intuir en qué terreno nos movemos. Su habilidad a la hora de reproducir el color es equiparable a la de los mejores televisores OLED que he probado, incluyendo en este grupo no solo los modelos de Sony, sino también los de marcas como LG o Panasonic. Los colores son saturados cuando deben serlo, pero no pierden ni un ápice de realismo, y este equilibrio no es fácil de conseguir. Me parece especialmente sorprendente la manera en la que este televisor restituye el color rojo, que tiene una viveza poco usual.
Además, cuando la calidad de la señal entrante está a la altura el nivel de ruido es absolutamente imperceptible. Ni siquiera aparece en las texturas más comprometidas. Esta es la misma conclusión a la que llego en lo que se refiere al realce de contornos: en este televisor prevalece la naturalidad. ¿Y el nivel de detalle? Con fuentes 4K UHD tanto en formato físico como a través de Netflix el detalle es sobresaliente. De referencia. Y con contenidos 1080p, aunque es un poco más reducido, como cabe esperar, también es realmente bueno. De nuevo es evidente que los algoritmos de procesado que han puesto a punto los ingenieros de Sony son capaces de extraer detalle incluso en las regiones conflictivas de los fotogramas más comprometidos.
El rendimiento de este televisor con contenidos HDR es muy convincente. Su capacidad máxima de entrega de brillo es inferior a la que alcanzan los televisores LCD LED más avanzados de la propia Sony, pero, aun así, rinde muy bien. Tan solo echo de menos una capacidad de entrega de brillo un poco más alta en las secuencias con una presencia importante del color blanco, como, por ejemplo, aquellas en las que aparecen zonas extensas cubiertas por la nieve. Pero es algo que sucede en todos los televisores OLED y en lo que la mayor parte de los usuarios probablemente no reparará. En este apartado solo me queda reiterar algo que ya mencioné en los primeros párrafos del análisis: este televisor es compatible con contenidos Dolby Vision, HDR10 y HLG, pero no HDR10+.
Gran experiencia con videojuegos, pero tiene margen de mejora
Para comprobar qué tal rinde este televisor cuando se enfrenta a títulos de última hornada lo conectamos a nuestra Xbox One X y lanzamos algunos de los juegos que mejor conocemos, como 'Forza Horizon 4' o 'Halo 5: Guardians', entre otros. No obstante, antes de que indaguemos en la experiencia que nos ofrece con videojuegos me parece importante tener en cuenta que no incorpora el modo automático de baja latencia ni permite la frecuencia de actualización variable, dos características relevantes con las que sí cuentan algunos modelos de la competencia, como los televisores más avanzados de LG y Samsung. Es una lástima que este televisor de Sony no implemente estas funciones.
En lo que se refiere a la calidad de imagen con videojuegos todo lo que he descrito en la sección anterior aplicado a las películas sigue siendo válido. Las imágenes de los juegos lucen de maravilla en este televisor incluso al activar el modo para videojuegos, que desactiva la mayor parte del procesado con el objetivo de reducir sensiblemente la latencia de entrada. Las medidas que han tomado en Rtings.com estiman que este parámetro se mueve en torno a la órbita de los 27 ms a 1080p, 1440p y 4K UHD a 60 Hz al activar el modo para juegos, y este valor es lo suficientemente bajo para que la latencia no tenga un impacto negativo en nuestra experiencia.
En lo que se refiere al tiempo de respuesta, que también es un parámetro importante con los juegos porque refleja el tiempo que invierte un píxel del panel en cambiar de estado y volver al estado inicial, este televisor también sale bien parado. Los paneles OLED tienen un tiempo de respuesta muy bajo, y el de este televisor no es una excepción. Según Rtings.com este parámetro es inferior a los 2 ms, que es un valor fantástico, por lo que el desenfoque de movimiento es completamente imperceptible. Ni la latencia de entrada ni el tiempo de respuesta representan un problema en este televisor.
Calidad de sonido: la tecnología Acoustic Surface Audio+ funciona
Para resolver el sonido los ingenieros de Sony han optado por introducir en este televisor la última implementación de su tecnología Acoustic Surface Audio, una innovación que recurre a unos pequeños actuadores instalados debajo del panel para conseguir que vibre de una forma imperceptible para nuestros ojos, pero sensible para nuestros oídos. Esta ligerísima vibración provoca en el aire los cambios de presión que permiten al televisor reproducir los medios y los agudos sin necesidad de utilizar uno o varios altavoces dedicados. El altavoz es la propia pantalla, y este enfoque tiene una ventaja importante: el sonido realmente emerge del panel del televisor, por lo que está claramente focalizado en la pantalla. Como en el cine.
De la reproducción de las bajas frecuencias se encargan dos subwoofers alojados detrás del panel. Podéis ver sus puertos bass reflex en la fotografía en la que aparece la parte trasera del televisor. En cualquier caso, lo realmente importante, al margen de la forma en la que está implementado el audio, es que el sonido de esta tele es equilibrado y lo suficientemente detallado para que no echemos de menos una barra de sonido con muchos contenidos. Incluso los graves tienen pegada y una extensión notable. Si queremos obtener la mejor experiencia posible lo ideal es recurrir a un equipo de sonido multicanal dedicado, pero la experiencia sonora que nos propone este televisor sin necesidad de invertir más dinero en altavoces adicionales es más satisfactoria que la que nos ofrece buena parte de los televisores que podemos encontrar actualmente en el mercado.
Sony OLED AG9 MASTER Series: la opinión y nota de Xataka
Este televisor incorpora las últimas innovaciones desarrolladas por los ingenieros de Sony tanto en materia de procesado de vídeo como de la reproducción del sonido. Y se nota. Su calidad de imagen global es sobresaliente y lo coloca como un aspirante muy sólido a mejor televisor OLED de 2019. Además, como he explicado en el análisis, sale muy bien calibrado de fábrica, por lo que bastan unos pocos retoques para conseguir que el panel nos entregue prácticamente el 100% de su potencial.
Su calidad de imagen con videojuegos está a la altura de la que nos propone con las películas. Y, además, su baja latencia de entrada y mínimo tiempo de respuesta juegan a su favor en este ámbito. Sin embargo, la ausencia del modo automático de baja latencia y de la frecuencia de actualización variable refleja que en este escenario de uso tiene margen de mejora. Estas dos características serán aún más relevantes cuando lleguen las consolas de próxima generación, que presumiblemente aterrizarán en las tiendas a finales del año que viene, y sería deseable que un televisor de alta gama como este pudiese sacarles partido.
Las otras dos pequeñas «pegas» que me veo en la obligación de ponerle son su incompatibilidad con contenidos HDR10+ y su limitada capacidad de entrega de brillo en los fotogramas con una fuerte presencia del color blanco. Aun así, el gran trabajo realizado por los ingenieros de Sony durante la puesta a punto de este televisor no debe quedar en entredicho. De hecho, desde una perspectiva global es uno de los televisores más atractivos que podemos encontrar en el mercado actualmente. Y si no vamos a utilizarlo con videojuegos, o solo lo haremos puntualmente, varios de los hándicaps que he mencionado pierden su relevancia. Así que, definitivamente, merece la pena tenerlo en cuenta si buscamos un televisor OLED de última generación y su precio encaja en nuestro presupuesto.
9,3
A favor
- Excelente calidad de imagen global
- Viene muy bien calibrado de fábrica
- Su diseño está muy cuidado
- Latencia reducida y mínimo tiempo de respuesta
- Ángulo de visión sobresaliente
En contra
- No es compatible con HDR10+
- No incorpora el modo automático de baja latencia y la frecuencia de refresco variable para juegos
- Capacidad de entrega de brillo limitada en fotogramas muy exigentes
Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
TV OLED 139,7 cm (55") Sony KD-55AG9 4K HDR X1 Ultimate, Android TV, Triluminos Display, Acoustic Surface Audio+ y Google Assistant
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