Me siento obligado a confesarlo. Hacía mucho tiempo que unos auriculares no me sorprendían tanto. En especial, un modelo inalámbrico. Este tipo de auriculares no es «santo de mi devoción» porque no suelen ofrecerme la calidad global de sonido que aspiro a disfrutar con mi música, pero reconozco que mis sensaciones están cambiando. Y estos WH-1000XM3 de Sony tienen buena parte de la culpa.
Os propongo que empecemos por el principio. Como podéis ver si os fijáis en la fotografía de apertura del artículo, los auriculares a los que vamos a dedicar los próximos minutos son inalámbricos (aunque también funcionan con cable y en modo pasivo), de recinto cerrado, circumaurales (las almohadillas envuelven completamente nuestras orejas) y de diadema. Este otro dato no se deduce con tanta claridad observando la fotografía, pero puedo adelantároslo: sus transductores son electrodinámicos (como cabe esperar porque es el principio de funcionamiento habitual de los auriculares de precio abordable).
En cualquier caso, esta es solo la punta del iceberg. Lo que hace realmente diferente a este modelo no es ninguna de estas características. Lo que lo hace deseable es, por un lado, su calidad de sonido, y, por otra parte, su sorprendente tecnología de cancelación del ruido. Si quieres conocer todos los detalles solo tienes que seguir leyendo unos minutos más.
Sony WH-1000XM3: especificaciones técnicas
Una característica interesante de estos auriculares en la que aún no hemos profundizado es el material utilizado por Sony en la fabricación del diafragma, un polímero de cristal líquido muy ligero y rígido que es gran medida responsable de su profundo extremo grave. Según la marca japonesa cuando los utilizamos vía Bluetooth son capaces de «bajar» hasta los 20 Hz, pero cuando en la conexión con la fuente usamos el cable esta cifra llega a los 4 Hz (aunque difícilmente una grabación contendrá frecuencias por debajo de los 20 Hz).
Por arriba estos auriculares tampoco van nada mal. De hecho, según la marca japonesa son capaces de reproducir frecuencias de hasta 40 kHz. El diafragma de polímero de cristal líquido es en gran medida el responsable de estas cifras. En cualquier caso, dejando a un lado los números, que tienen una importancia relativa, lo más atractivo de este modelo es que exhibe una respuesta en frecuencia subjetiva realmente extensa. Profundizaremos más en este apartado un poco más adelante.
El diafragma de polímero de cristal líquido es en gran medida el responsable de la extensa respuesta en frecuencia subjetiva que exhiben estos auriculares
Otra característica interesante: a diferencia de su predecesor, el modelo 1000XM2, que recurre a un puerto Micro-USB, la versión que estamos analizando cuenta con conectividad USB-C, una decisión de diseño que me parece muy acertada porque reduce el tiempo de carga de la batería desde 0 al 100% en casi una hora (en unas tres horas tendremos la batería de estos auriculares completamente llena). Eso sí, comparte con el modelo anterior la posibilidad de permitirnos usarlo no solo a través de un enlace Bluetooth, sino también con cable y en modo pasivo (con la unidad de amplificación, cancelación de ruido y ecualización apagada).
SONY WH-1000XM3 | Características |
---|---|
ACOPLAMIENTO | Circumaural |
RECINTO | Cerrado |
TRANSDUCTOR | Electrodinámico |
DIAFRAGMA | LCP revestido de aluminio de 40 mm, de tipo cúpula (bobina de CCAW) |
IMÁN | Neodimio |
IMPEDANCIA | 47 ohmios (unidad encendida) / 16 ohmios (unidad apagada) |
RESPUESTA EN FRECUENCIA | 4 Hz a 40 kHz |
RESPUESTA EN FRECUENCIA VÍA BLUETOOTH | 20 Hz a 40 kHz |
SENSIBILIDAD | A partir de 101 dB/mW |
NFC | Sí |
FUNCIONAMIENTO PASIVO | Sí |
BLUETOOTH | Sí (4.2) |
PERFIL | A2DP, AVRCP, HFP y HSP |
FORMATOS DE SONIDO | SBC, AAC, aptX, aptX HD y LDAC |
PESO | 255 g |
PRECIO | 369,38 euros |
Construcción y ergonomía: no son lujosos, pero sí muy cómodos
Estos auriculares han sido diseñados para acompañarnos allá donde vayamos, y esto conlleva que no tenemos necesariamente que tratarlos con mimo. En su construcción Sony ha utilizado un policarbonato de muy buena calidad que les da una gran ligereza (pesan 255 g) y bastante robustez, a pesar de no tener un aspecto lujoso. De todas formas, en unos auriculares de este segmento de precio no podemos esperar encontrar materiales propios de modelos de un nivel de precio superior, como la piel o la madera. Los WH-1000XM3 son unos auriculares todoterreno y su estética está en consonancia con su función, así que en este ámbito no tengo nada que objetar.
En mi opinión la única característica de unos auriculares que rivaliza por su importancia con la calidad de sonido es la ergonomía. Por muy bien que suenen, si no son cómodos acabaremos dejando de utilizarlos. Afortunadamente, estos «cascos» son cómodos. Muy cómodos, en realidad. He tenido la oportunidad de probarlos a fondo durante casi veinte días, con sesiones de uso continuo de hasta cuatro horas de duración, y creo que lo más certero que puedo decir acerca de su ergonomía es que acabas olvidando que los llevas puestos. Y buena parte del mérito lo tiene la homogeneidad con que la diadema reparte la presión sobre nuestro cráneo.
Las almohadillas también me parecen muy cómodas. Son suaves y, al igual que la diadema, distribuyen de manera uniforme la presión. El material que los ingenieros de Sony han decidido utilizar en su fabricación es espuma de uretano, un componente muy ligero que tiene la curiosa capacidad de adaptarse muy bien al contorno de nuestra cara para maximizar la superficie de contacto de las almohadillas con nuestra piel. Esta propiedad es la que hace posible que el reparto de la presión sea tan uniforme.
En lo que concierne a la durabilidad de las almohadillas me temo que, honestamente, las casi tres semanas que he invertido en el análisis no son suficientes para descubrir qué tal soportan la fricción con nuestra piel con el paso del tiempo. Mi sensación es que tienen la calidad necesaria para ofrecernos bastantes años de uso frecuente, pero nunca está de más hidratar su superficie de vez en cuando frotándolas con suavidad con un paño ligeramente impregnado en algún producto nutritivo diseñado para hidratar artículos de piel. Solo es una pequeña sugerencia que podría ayudaros a cuidar un poco mejor las almohadillas de vuestros auriculares.
Para actuar sobre la reproducción y el volumen lo único que tenemos que hacer es tocar la superficie del recinto de los auriculares, que es táctil. Los gestos son los habituales en otros dispositivos: arrastrando nuestro dedo hacia arriba subimos el volumen, hacia abajo lo bajamos, hacia delante saltamos a la siguiente pista, con doble toque pausamos la reproducción, etc.
Un gesto que me parece muy práctico consiste en colocar la mano sobre la superficie del recinto para bajar el volumen de golpe, de manera que podamos escuchar el sonido ambiental. Es útil, por ejemplo, si alguien se acerca con la intención de decirnos algo mientras escuchamos música.
El control táctil me parece una gran idea porque nos permite manipular la reproducción de forma intuitiva y sin necesidad de localizar ningún botón. Pero, y aquí llega la «pega» que me veo obligado a poner a estos auriculares en este contexto, su sensibilidad debería ser más alta. Y es que con cierta frecuencia nos veremos obligados a repetir el gesto porque a la primera nuestro toque sobre la superficie táctil no tendrá ningún efecto.
Suenan muy bien, pero lo sorprendente es su cancelación del ruido
La tecnología de cancelación del ruido ha mejorado mucho durante los últimos años. Marcas como Bose, Sennheiser, AKG, Plantronics o la propia Sony, entre otras, han conseguido colocar en el mercado varias generaciones de auriculares capaces de cancelar el ruido ambiental cada vez con más eficacia. Con estos precedentes esperaba que estos auriculares de Sony fuesen aún mejores en este ámbito que el modelo anterior. Y lo son. Pero no mejores; son mucho mejores.
Durante los primeros minutos de prueba su capacidad de anular el ruido ambiental sobrecoge. Son capaces de recrear un espacio sonoro tan limpio que a la música le cuesta mucho menos fluir con naturalidad y un mayor nivel de detalle. Los sonidos de ambiente que tienen cierta homogeneidad, como el ruido de los motores de los coches o el rozamiento contra las vías de los trenes del Metro, quedan cancelados casi en su totalidad.
La cancelación del ruido de ambiente que incorporan estos auriculares es la más eficaz que he tenido la oportunidad de probar hasta ahora. Y, además, es confortable
La voz humana no desaparece completamente, pero pierde mucha intensidad y queda colocada en un segundo plano, lo que nos permite escuchar nuestra música sin enmascararla siquiera mínimamente. El máximo responsable del estupendo rendimiento de la tecnología de cancelación del ruido de estos auriculares es el procesador HD QN1, un nuevo chip diseñado por los ingenieros de Sony que, según la marca japonesa, es mucho más potente que el que se responsabiliza de la cancelación del ruido en el modelo WH-1000XM2.
En definitiva, los auriculares WH-1000XM3 son, sin duda alguna, los que mejor cancelan el ruido de ambiente de todos los que he podido probar hasta ahora. Además, y esto también me parece muy importante, su cancelación es bastante confortable. Algunos auriculares equipados con esta tecnología generan una sensación de presión auditiva que puede llegar a ser molesta. Al principio esa sensación también aparece en este modelo, pero es más leve que en otros auriculares con cancelación de ruido que he podido probar y desaparece casi completamente en poco tiempo, una vez que te has acostumbrado.
Una prestación de los auriculares WH-1000XM3 muy interesante consiste en que el mismo botón del recinto que nos permite activar la cancelación nos permite habilitar un modo de funcionamiento adicional que utiliza el micrófono para recoger el sonido ambiental, o una parte de él, y entregárnoslo. De esta forma si, por ejemplo, vamos caminando por la calle mientras escuchamos música no permaneceremos completamente aislados del entorno, algo importante para que no suframos un accidente.
No obstante, esto no significa que el ruido de fondo se mezcle con nuestra música y la emborrone. Para evitarlo, estos auriculares cuentan con un software denominado Sense Engine que determina el tipo de actividad que estamos llevando a cabo para adaptar de forma dinámica la configuración del sonido de ambiente a esas circunstancias concretas. Y funciona realmente bien porque nos permite disfrutar nuestra música, pero sin aislarnos completamente del entorno.
En cualquier caso, también tenemos la posibilidad de modificar la ecualización a nuestro gusto y de controlar la configuración del sonido ambiental utilizando Headphones Connect, una app gratuita disponible para smartphones con iOS o Android que, además, nos guía a través del proceso de conexión de los auriculares con nuestro teléfono móvil. Nadie, ni siquiera los usuarios menos experimentados, tendrá problemas para conectar estos auriculares a su smartphone de forma inalámbrica (recordemos que también pueden conectarse con cable).
Y, por fin, llega el momento apropiado para que hablemos de la calidad de sonido que nos ofrecen estos auriculares. Como de costumbre, los probé con todo tipo de música (pop, rock, clásica, jazz, reggae, etc.), utilizando los mismos cortes a los que he recurrido para analizar con anterioridad decenas de auriculares y equipos de alta fidelidad. Una cualidad que me parece importante resaltar es que la eficacia de la tecnología de cancelación del ruido de ambiente contribuye de forma decisiva a presentarnos la música con un fondo tan limpio que consigue que el nivel de detalle de estos auriculares sea superior al de otros modelos del mismo segmento de precio.
Su calidad de sonido global es muy alta. De hecho, estos auriculares rivalizan con modelos más caros y con cable, lo que está provocando que mi percepción de las propuestas inalámbricas cambie
Por otro lado, su respuesta en frecuencia subjetiva es muy amplia. Los agudos son detallados, y, cuando la calidad de la grabación acompaña, no tienen ningún tipo de aspereza. Las voces, por su parte, son cálidas y tienen la complejidad armónica que solo he encontrado en auriculares bastante más caros. Y el grave tiene pegada y control, aunque, en mi opinión, carece del nivel de detalle que, curiosamente, sí tienen estos auriculares cuando restituyen el resto del espectro de frecuencias audible. Aun así, no es nada dramático en absoluto.
Su calidad de sonido global es, en mi opinión, equiparable a la de modelos tanto de la propia Sony como de otras marcas sensiblemente más caros y con cable, de ahí que haya decidido comenzar el artículo confesándoos que mis impresiones acerca de los auriculares inalámbricos están cambiando. A mejor, claro. Dos últimos apuntes también importantes: su autonomía en condiciones reales de uso, con la cancelación activada y un nivel de presión sonora moderado alcanza las 28 horas, que es una marca estupenda. Y, además, este modelo integra Google Assistant, lo que nos permite utilizar los auriculares para derivar peticiones directas al asistente de nuestro smartphone.
Sony WH-1000XM3: la opinión de Xataka
Es difícil resistirse a estos auriculares inalámbricos. Como hemos comprobado a lo largo del artículo su calidad de sonido, y, sobre todo, la eficacia de su tecnología de cancelación del ruido de ambiente, son sobresalientes. Además, están bien construidos y su ergonomía nos permite utilizarlos durante muchas horas seguidas de una forma confortable. En lo que concierne a su conectividad tampoco tengo nada que objetar porque son compatibles con los formatos de codificación exigibles a unos auriculares ambiciosos (SBC, AAC, aptX, aptX HD y LDAC).
Un detalle que se agradece es que junto a estos «cascos» Sony nos entrega una funda rígida con cremallera que resulta muy útil para transportarlos en una mochila o una maleta y evitar, así, que se arañen o reciban algún golpe. Y, por supuesto, no puedo dejar de mencionar sus casi 30 horas de autonomía con la cancelación de ruido de ambiente activada, una marca fantástica que puede dilatarse aún más si en algún momento prescindimos de la cancelación de ruido.
Las únicas «pegas» que puedo poner a estos auriculares son las dos que he explicado a lo largo del artículo. La más relevante es la reducida sensibilidad de la superficie táctil, que en ocasiones provoca que tengamos que repetir el gesto para que tenga el efecto que buscamos. Y la segunda es una cierta falta de detalle en el extremo inferior del espectro que provoca que los graves no tengan la resolución de las frecuencias medias y los agudos. Aun así, estos dos apartados a mejorar no «manchan» la valoración global de unos auriculares de mucha calidad que, en adelante, serán el rival a batir en lo que a la cancelación del ruido de ambiente se refiere.
Estos auriculares han sido cedidos para la prueba por parte de Sony. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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