¿Quién se acuerda de Adobe Flash? El reproductor multimedia y la tecnología desarrollada por Adobe fueron ciertamente protagonistas en el auge del vídeo en Internet. La solución de dicha empresa fue pilar del día a día de miles de profesionales del diseño y desarrollo web, y fue el germen de servicios de vídeo como YouTube.
Y sin embargo, ésta última ha anunciado esta semana que dejaría de utilizar por defecto esa tecnología en su servicio para dar el salto a HTML5. Un paso determinante en la historia y evolución de Flash, que desde hace tiempo muestra una clara desaceleración en un mercado que quiere dejar depender de estándares de terceras partes.
Steve Jobs y sus reflexiones
Probablemente muchos recordéis lo que pasó tras el lanzamiento del iPad en abril de 2010. Muchas de las críticas de los usuarios y de los medios iban dirigidas a la ausencia del soporte para Flash, la tecnología de Adobe que hasta entonces había sido absoluta protagonista en el mundo del vídeo. El debate fue tan notable que el propio Steve Jobs escribió su famoso Thoughts on Flash, del que hablamos en detalle tanto nosotros como nuestros compañeros de Applesfera. Por supuesto, Adobe no se quedaría callada, y eso iniciaría una guerra particular entre ambas empresas.
Guerra que, como ya sabéis, acabaría ganando Jobs. No por la negativa a dar soporte a Flash en iOS -nunca lo hizo- sino porque su reflexión caló hondo en otros sectores del mercado, que reaccionó adoptando tecnologías que abrían una puerta al futuro.
La dependencia de Adobe hasta entonces era notable, y otras empresas fueron dando pasos para migrar a otras plataformas, con HTML5 como protagonista. YouTube fue una de ellas, y el citado anuncio de su compromiso con el estándar HTML5 deja más claro que nunca que aquella apuesta personal de Jobs parecía acertada.
Flash pierde fuelle
El soporte de la propia Adobe a Flash se fue recortando gradualmente. En junio de 2012 los directivos de la empresa anunciaron que dejarían de implementar una versión de Flash Player para Android 4.1, algo que confirmaba su renovada apuesta por el estándar HTML5. De hecho, ya en agosto de 2011 la empresa había lanzado Edge, una plataforma de animación web basada en esta tecnología.
Las ventajas de HTML5 eran evidentes tanto para los usuarios como para la industria, que comenzaría a adoptarlo de forma masiva. En esa adopción también habría problemas con la elección del códec adecuado (la batalla entre H.264 y alternativas como webM -con sus problemas- sigue en marcha, y eso a pesar de los últimos anuncios), pero lo que parecía cada vez más claro es que Flash tenía los días contados.
De hecho, ya en 2010 el porcentaje de vídeos disponibles en HTML5 era notable (un 54%), y esa proporción no ha hecho más que crecer sobre todo gracias al apoyo de YouTube. El citado anuncio de este servicio al adoptar por defecto HTML5 como reproductor estándar es la mejor noticia para evitar esas dependencias de estándares propietarios de terceras partes, y empresas como W3Techs, que estudian el uso de Flash a lo largo del tiempo en sitios web, confirmaba esa reducción de su relevancia, que hoy en día deja malos datos: apenas un 13,9% de los sitios web hacen uso de Flash según ese estudio.
Flash se muere lenta pero inexorablemente
Por supuesto, esa desaceleración en el uso de Flash que ha sido notable en los últimos tiempos no ha logrado que podamos cerrarle la puerta a la tecnología y el reproductor de Adobe. Su soporte incluso en PCs y portátiles tradicionales sigue activo, con un reproductor que a pesar de ser el gran olvidado ya va por la versión 13 en Windows y OS X.
De hecho, los contenidos en Flash siguen teniendo validez en ciertos ámbitos. Muchos servicios de vídeo siguen apoyando ese estándar ya que fue pilar de sus operaciones en el pasado, y aunque la migración a HTML5 ha progresado notablemente en muchos de ellos, descartar Flash es aún arriesgado.
El mismo servicio del que hablábamos en el estudio de la evolución de Flash también da pistas sobre su uso actual: YouTube sigue aprovechando la tecnología (aunque ahora ya en segundo plano), pero otras eminentes del mundo online siguen apoyando en mayor o menor medida estos contenidos. Flickr, Amazon, Rakuten o DailyMotion son algunos ejemplos de ese uso parcial, sin olvidar a miles de sitios web que se crearon con Flash como protagonista y que no han llegado a actualizarse.
Pero atención, porque no solo hablamos de sitios con cierta solera: hay desarrolladores y diseñadores que siguen aplicando Flash en sus proyectos. El sitio web 24hoursofhappy, basado en la canción Happy del artista Pharrell Williams, es un ejemplo de la validez que la tecnología sigue teniendo para ciertos proyectos, y hay otros ejemplos como Disney New Fantasyland, la celebración del 40 aniversario del alunizaje de la misión Apollo 11 o The Museum of Me (patrocinado por Intel). Probablemente sigamos viendo proyectos de este tipo durante un tiempo, aunque la versatilidad de HTML5 también irá mostrando sus credenciales también en estos proyectos.
La era HTML5 va más allá de los móviles
Aunque el punto de inflexión en el uso de Flash se produjo con esa decisión de Apple de no dar soporte a Flash -algo que desembocó en su cada vez menor soporte en otras plataformas móviles- la adopción del estándar HTML5 tanto en móviles como en la "web de escritorio" tradicional fue aplastante.
La situación ha sido curiosa, ya que la propia especificación no se completó hasta hace relativamente poco tiempo, pero su adopción ha ido creciendo de forma notable a pesar de basarse a menudo en un estándar incompleto. El soporte de HTML5 por parte de los navegadores -de escritorio y móviles- también era limitado, y a día de hoy no es perfecto incluso en las versiones más modernas de los navegadores. Lo demuestra por ejemplo mi navegador actual, Chrome 34 (34.0.1847.137 m), que obtiene 505 puntos sobre los 515 posibles en el test de compatibilidad con HTML5.
Y sin embargo, las posibilidades que ofrece el estándar, muy adaptado a todas las tendencias de desarrollo actuales, dejan claro que componentes como Flash no tenían ya demasiado sentido. Youtube probablemente sea el último bastión de ese soporte por el volumen de vídeos que existía en formato Flash, pero es probable que no tardemos mucho en ver cómo esa tecnología pasa a mejor vida. Adobe, después de todo, no lo hizo mal al declarar su rendición.
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