El pasado 14 de marzo Barack Obama bromeaba con los periodistas en una exclusiva cena en el club Gridiron en Washington D.C.: "no es que yo sea más divertido, es que la hierba es legal aquí", aclaraba. La marihuana había sido legalizada el pasado mes de febrero en la capital estadounidense, aunque eso sí, limitada a usos recreacionales.
La marihuana parece estar más de moda que nunca: su legalización para consumo recreacional o médico en algunas partes -por ahora, pocas- de EE..UU. ha hecho que aparezcan todo tipo de iniciativas comerciales que permitan sacar partido de esa popularidad. Emprendedores y empresas no quieren perder su trocito de pastel en un mercado que acaba de ponerse en marcha y que podría ser uno de los más lucrativos a corto plazo del momento.
Las startups ven un filón
Así lo demuestran los resultados de Poseidon Asset Management, un fondo de inversión -cuya cartera, más volátil de lo normal (y nunca mejor dicho) se basa en empresas dedicadas a la industria del cannabis- en el que hay que invertir un mínimo de 100.000 dólares pero que en 2014 ya creció un 67% en valor, seis veces más de lo que lo hizo el índice S&P 500. Las ideas asociadas con este fondo son de lo más variopinto, desde las empresas que fabrican lámparas hidropónicas o vaporizadores para cosechar con la última tecnología o redes sociales como Weedist, autodenominada "la comunidad de los connoisseurs del cannabis".
Ya existe incluso un organismo que se encarga de poner en marcha encuentros entre emprendedores dedicados a este singular segmento. Se trata de ArcView Group, una especie de Y Combinator centrado en poner en contacto proyectos y personas alrededor de la marihuana. De hecho Justin Kan, uno de los socios de Y Combinator, dio una conferencia preliminar en uno de estos eventos, indicando que el cannabis "es el sueño de cualquier inversor. Hay una oportunidad increíble de tener la ventaja de los que primero montan algo".
El negocio de la marihuana es enorme en Estados Unidos, donde se mueven 40.000 millones de dólares -la mayoría, no legales- alrededor de esta sustancia que se consume "con fines recreativos, religiosos y medicinales", y que según la ONU es la sustancia ilícita más utilizada en el mundo. El citado The ArcView Group publicaba su "The State of Legal Marijuana Markets" -aquí en PDF- recientemente y en él apuntaba a que las ventas legales de cannabis crecerán en 2015 un 32%, mientras que en 2019 esa cifra llegará a los 10.800 millones de dólares.
La legalización en Estados Unidos está avanzando de forma notable: el estado de Washington también aprobó hace tiempo su uso y comercialización con fines recreativos, Alaska lo hizo en febrero de este año junto a Oregón, y otros 14 estados aprobarán la legislación para el uso de cannabis en adultos para 2020. El uso médico -que lleva aprobado legalmente en varios estados desde hace tiempo- irá más allá, y esto también permitirá impulsar las ventas legales de la marihuana y, a buen seguro, hacer que nuevas empresas y servicios se creen entorno a ella.
El interés por los inversores tradicionales ya es patente: el Founder's Fund de Peter Thiel -que ya tuvo vista de sobra para invertir en Facebook y AirBnB- inyectó 75 millones de dólares en Privateer Holdings, una empresa que es propietaria del productor canadiense de marihuana Tilray y del sitio web Leafly que es algo así como el Yelp del mundillo y permite evaluar tanto las distintas variantes como a distribuidores del producto. En Privateer van más allá, y este año quieren poner en marcha una nueva marca totalmente centrada en este mercado en la que como curiosidad estarán involucrados familiares de Bob Marley.
Las ideas que se manejan en este segmento abarcan todos los ámbitos, y en la conferencia organizada por ArcView la empresa DNATREK mostró su desarrollo: un "código de barras biológico" que permite a los compradores hacer un seguimiento de la edad, origen y posible adulteración de la mercancía.
Por supuesto, en este prometedor mercado también hay obstáculos. Algunas de las empresas que tratan de hacer bien las cosas -o eso dicen- critican a otras que buscan el dinero fácil con operaciones de dudosa fiabilidad. Seve Berg, el CFO de O.pen.VAPE -empresa que fabrica un cigarrillo electrónico de marihuana- indicaba que "la mayoría de los bancos y auditores profesionales se niegan a trabajar con negocios de maría que 'toquen' la planta. Eso significa que invertir en ellas, incluso si operan sólo donde la marihuana es legal, puede ser como un salto de fe".
Uruguay como pionero
En junio de 2012 el gobierno de Uruguay anunció un proyecto de ley para la legalización del comercio de cannabis, pero en este caso dicha actividad estaría regulada y controlada por el gobierno. El 4 de julio de 2013 se aprobó el proyecto de ley modificado según el cual las farmacias pueden vender hasta 40 g de inflorescencias de cannabis por persona y mes, pero además permite también el autocultivo para que cada individuo pueda cultivar hasta 6 plantas hembra con una producción que no exceda los 440 g anuales -la cantidad en clubes de consumidores es proporcional al número de miembros-.
En esa legislación se tienen en cuenta diversos requisitos: solo los mayores de 18 años podrán adquirirla en farmacias, y también se podrá cultivar con fines científicos y de uso medicinal. En esa regulación se prohíbe conducir bajo los efectos de la marihuana o consumirla en el trabajo, en espacios cerrados, deportivos o educativos, equiparando ese tipo de restricciones a las del tabaco.
Aunque la legislación abre las puertas a ese tipo de comercio, en Uruguay están adaptándose a este nuevo mercado de forma pausada. Hace dos años que en el país existen las llamadas grow shops -tiendas en las que se venden artículos para el cultivo y consumo de marihuana- pero de momento no parece que esta apertura al nuevo mercado dé pie para esas opciones de emprendimiento que sí se están dando sobre todo en Estados Unidos.
España, de momento muy lejos de esa opción
El PP presentó a finales de 2013 el proyecto de Ley para la Protección de la Seguridad Ciudadana (la "Ley Fernández" que modifica a la anterior "Ley Corcuera") , y como indican en Wikipedia en ella "se endurecen considerablemente las sanciones a los poseedores y consumidores de cannabis en la vía pública —suprimiendo la posibilidad de sustituir las multas por un tratamiento de desintoxicación—, además de castigar con multas de entre 1.000 y 30.000 euros la plantación y cultivo de drogas «no constitutivos de delito".
La venta de semillas es legal siempre y cuando se limite a fomentar la biodiversidad de las plantas, pero el cultivo y germinación privada no es legal. De hecho, se puede vender marihuana, pero su uso agrícola es ilegal a no ser que sea cáñamo para uso textil. Curiosamente el autoconsumo es lícito y el vacío legal existe y de hecho es reconocido por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Varias comunidades tratan de avanzar en la comercialización legal de la marihuana y la presencia de las grow shops también es factible en diversas ciudades españolas, y los que tratan de asesorar en este sentido piden una modificación de la ley que permita el autocultivo y autoconsumo con un modelo similar al que ya se ha aprobado en Uruguay.
Como explicaban en un reciente artículo en El Bierzo Digital, la policía española hace el seguimiento de estas tiendas y el circuito por el que las semillas y las plantas -procedentes de invernaderos en los que los presuntos delincuentes son "auténticos biólogos"- llegan a los potenciales consumidores, pero se encuentran con el artículo 368 del Código Penal, que persigue, textualmente, a “los que ejecuten actos de cultivo, elaboración o tráfico, o de otro modo promuevan, favorezcan o faciliten el consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, o las posean con aquellos fines”.
Eso hace complicado demostrar esos delitos y luchar contra un tipo de segmento que como en otros países quiere ser legal para seguir el ejemplo de otros mercados. Aún así, hay diversos eventos que tratan de promocionar la legalización del cannabis, y uno de ellos tuvo lugar precisamente el pasado fin de semana del 20,21 y 22 de marzo con la celebración de Spannabis 2015 en Barcelona.
La fiebre de la marihuana también en el móvil
Por supuesto los smartphones están siendo partícipes de esa popularidad, y ya existen en el mercado todo tipo de soluciones que tratan de ayudar a que los usuarios saquen el máximo partido de este segmento. Las herramientas para iOS y Android son abundantes, pero podríamos poner ejemplos como WeedMaps -para encontrar distribuidores de marijuana- o la citada Leafly, que proporciona aplicaciones móviles para iOS y Android en las que poder participar.
También tenemos redes sociales orientadas a las comunidades relacionadas con el cultivo y consumo de cannabis. MassRoots es uno de los mejores ejemplos -también hay aplicación para iOS y Android, y de hecho esta comunidad orientada sobre todo a la comunidad de uso médico recibió recientemente una inversión de ArcView Group por valor de 150.000 dólares.
Esas soluciones también alcanzan al mundo empresarial: MJ Freeway es una empresa que según sus responsables está dirigida a que cualquier emprendedor de este segmento "lleve un negocio de éxito de cannabis". En esa empresa proporcionan desde la monitorización y trazabilidad del cannabis a todas las necesidades de servicios informáticos para productores, cultivadores, fabricantes, colectivos, clubs, tiendas y dispensadores o, por supuesto, vendedores. Y como no podía ser de otro modo, la misma empresa proporciona MJ Mobile, una aplicación móvil que gestiona todas esas operaciones disponibles en esta solución empresarial.
En este sector también ha tenido mucha relevancia la propia actitud de las grandes de la movilidad, y por ejemplo Apple tuvo que reconocer la relevancia de este mercado y dio un giro de 180 grados en su política de aprobación de aplicaciones móviles relacionadas con este campo: aprobó MassRoots -solo para estados en los que el cannabis es legal, eso sí- mientras que el catálogo específico de herramientas en Google Play es ya más que decente como revela una sencilla búsqueda. El que no corre vuela.
Estados Unidos parece marcar la pauta
La afición al emprendimiento en Estados Unidos parece marcar la pauta para el resto del mundo: los que quieren aprovechar la legalización de la marihuana no se centran solo en su distribución y comercialización, sino en métodos mucho mejores de producción y consumo. Hablábamos de empresas que fabrican lámparas hidropónicas especiales como Intelligent Light Source o aquellas que quieren revolucionar el segmento de los vaporizadores como Vapexhale -, pero hay muchos proyectos alrededor de esta sustancia.
El informe de ArcView destaca que la marihuana es la industria de más rápido crecimiento en Estados Unidos, y su CEO, Troy Dayton, indicaba que "de ser legalizada completamente, ésta podría ser una industria de 36.000 millones de dólares. [...] Es como con la fiebre del oro. Es un gran momento para vender picos y palas".
Las ideas no cesan: WaterPulse desarrolla una solución que promete reducir el consumo de agua para los que plantan marihuana en un 70 mientras que HelioSpectra o Forever Green Indoors -creada en 2013- fabrica paneles LED de iluminación interior para estas granjas. Esta última empresa, creada por Kevin y Kathleen Sullivan, tuvo medio millón de dólares en ventas el año pasado, y aunque su negocio empezó hace 5 años con otra orientación, la legalización de la marihuana ha hecho que la proyección sea notable. De hecho, esperan contratar a 8 personas este año para dar servicio a ese crecimiento en pedidos y paneles.
La fiebre de la marihuana parece existir realmente: en el estado de Washington hubo tantos solicitantes de licencias para cultivar marihuana que se tuvo que reducir el área máxima de cultivo, aunque finalmente se incrementó el área total de 18,6 a 79 hectáreas (8,5 millones de pies cuadrados). Este segmento ha generado toda una nueva batalla de marketing para empresas como Apple, Facebook o Google que aceptan solo ciertos términos de búsqueda con los que los anunciantes y emprendedores tratan de ganar la partida del posicionamiento.
De repente hay miles de clientes adicionales de productos como papeles de liar o pipas que permiten consumir esa sustancia, pero alrededor de esas nuevas industrias están viejas como fabricantes de camisetas, grupos de construcción o proveedores agrícolas que se frotan las manos ante todo lo que les puede llegar. La industria de la marihuana legal está atrayendo a todo tipo de profesionales, incluyendo directivos con MBAs, tecnólogos, estudiantes universitarios y teletrabajadores que de repente tienen un potencial filón en sus manos. Puede que la próxima revolución no esté en el garaje, sino en el huerto. Qué cosas.
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