El 71% de los millennials (aquellos nacidos entre los años 1981 y 2000) prefiere ir al dentista que al banco. Parece que por insufrible que sea someterse a una limpieza dental, lo es más escuchar la oferta de productos de su entidad financiera. Esta es una de las conclusiones de una encuesta a 10.000 jóvenes estadounidenses entre 16 y 34 años. De ellos, el 33% afirma que no necesita un banco para nada. Y puede que sea cierto.
Muchos de los servicios financieros antes ligados exclusivamente a grandes entidades hoy los brindan fintech, startups basadas en soluciones tecnológicas. No cabe duda, tendremos que seguir yendo a la clínica dental, pero ¿nos libraremos de ir al banco?
Las cifras fintech o las orejas del lobo
“Ya hay competidores que hacen las cosas de manera distinta y mejor que la banca tradicional. Las fintech son capaces de dar mejor servicio que los bancos al ofrecer operaciones más sencillas, más transparentes, más rápidas y más baratas para el cliente”. ¿Otro millennial desencantado con la banca? No. El que hablaba así recientemente en el XXIII Encuentro Finaciero ABC – Deloitte era Carlos Torres, consejero delegado de BBVA, una de las entidades que más claro tiene que estamos ante un nuevo ecosistema financiero digital.
Palabra de banquero. La cosa se pone seria. ¿Empiezan a verle las orejas al lobo? Las posibilidades de la tecnología son ilimitadas y la pujanza del fintech es evidente. Estamos hablando de startups que ofrecen alternativas muy atractivas en sectores como el de los pagos móviles o transferencias, de brokers online que no cobran comisiones o robots automáticos que permiten gestionar las inversiones a un coste mucho menor que la industria tradicional de gestión de activos.
Todas estas empresas con base tecnológica se especializan de forma vertical en productos muy concretos o segmentos determinados de la cadena de valor del negocio financiero. Ya hay en torno a 15.000 a nivel global y junto a gigantes como Google, Facebook, Amazon o Paypal –la abuela de las fintech- amenazan a la industria bancaria. Los inversores apuestan con fuerza por estas compañías. Más 22.000 millones de dólares de financiación en 2015, un 75% más que en 2014, recoge el último informe de tendencias titulado La Revolución Fintech lanzado por Finnovating.
Y aunque el epicentro de esta revolución está localizada en el mundo anglosajón -de las 100 fintech de mayor tamaño y más innovadoras, 40 son estadounidenses y 18 británicas-, España cada vez aumenta más su peso en el continente europeo.
En solo un año, el número de fintech que operan en nuestro país ha crecido un 50% y alcanza ya las 120 operadoras. Se estima que 2016 termine con unas 200 startups sobre el mapa español. Además, según Startupxplore, la inversión en este sector se incrementó en un 57% durante el último año, superando los 213 millones de euros de financiación.
Otra muestra del avance de este sector en España es la reciente creación de la Asociación Española de Fintech e Insurtech, que se suma a la Asociación Española de Tecnología Financiera que nació en 2015.
El mapa español del fintech está compuesto por unas 120 startups y el número no para de crecer
Un boom aplaudido y celebrado por los usuarios. Las fintech se hacen cada día más populares entre los consumidores de todo el mundo y gestos como consultar los ingresos y gastos, hacer transferencias o pedir un préstamo sin pisar un banco son cada vez algo más habitual. Dos datos:
El 70% de los españoles utiliza ya productos o servicios fintech, lo que supone algo más que la media de los consumidores en el mundo (63%).
Mientras el 51% de los españoles recomendaría a sus amigos y familiares su proveedor fintech, solo un 30% recomendaría a su banco.
Historias de éxito fintech en España
El pasado 28 de diciembre la startup Kantox difundía una nota en la que anunciaba que la emblemática Torre Mapfre de Barcelona pasaba a llevar su nombre. Era una inocentada, pero la información corrió como la pólvora por las redes sociales y fue publicada por varios medios. Fue la prueba de que el nombre de la compañía de origen catalán especializada en el cambio de divisas para empresas se ha hecho un hueco dentro de la industria financiera tras acelerar su crecimiento en el último año. Con unos 2.000 clientes, Kantox ya va camino de los 3.000 millones de dólares transaccionados y es un caso de éxito fintech con sello español que desafía al modelo tradicional bancario. ¿Cómo lo han hecho?
Como dice Philippe Gelis, cofundandor de Kantox, en una conversación con Genbeta, su objetivo y modelo de negocio estuvo claro desde un principio: que nadie más pagara comisiones desorbitadas y opacas en sus operaciones en divisas. "Bill Gates decía «un PC en cada mesa en cada casa», pues nosotros queremos que cada financiero tenga acceso a Kantox para poder operar en divisas de manera justa y transparente", subraya.
El objetivo de Kantox es garantizar el intercambio de divisas de manera justa y transparente, sin comisiones desorbitadas
"Vimos que había un problema en el segmento financiero, los bancos cobraban demasiado a los clientes, y los emprendedores nacen para solucionar esos problemas", añade el también promotor de Kantox, Antonio Rami, en otra entrevista en vídeo en la que repasa la actividad de la fintech. El resultado: cuando un cliente solicita un cambio de divisas, la plataforma, a través de un sistema peer to peer, busca coincidencias con empresas que deseen realizar la operación inversa o en el mercado mayorista de divisas, garantizando siempre a los clientes el mejor precio y máxima transparencia. Se trata de un mecanismo de cruce de operaciones entre varios mercados con el se consigue amortiguar los riesgos de cambio ímplícitos en todas las operaciones a plazo con diferentes divisas, un ahorro de dinero importantísimo para muchas empresas que trabajan con estas divisas y una rentabilidad asegurada para Kantox gracias al gran volumen de transacciones.
Junto a Kantox, hay otros casos de éxito fintech destacables en España:
Spotcap permite que una pyme o un autónomo solicite financiación por hasta 100.000 euros y obtenga respuesta en unas horas. Sin papeles, ni avales, ni garantías personales. Esta plataforma, nacida en Berlín, pero con España como primer mercado, cerró hace unas semanas una ronda de financiación de 31,5 millones de euros y concedió en su primer año de vida 5 millones de euros en líneas de crédito.
La mayor inyección de capital hasta ahora la ha recibido Ebury, especializada en pagos internacionales e intercambio de divisas y distinguida recientemente como la Mejor Fintech Europea especializada en pagos. El año pasado logró recaudar 77 millones de euros en una ronda liderada por el fondo Vitruvian Partners. Junto al capital que consiguió cuando dio sus primeros pasos, Ebury es una de las pocas startup europeas que ha logrado atraer inversiones por más de 100 millones de dólares.
Zank, es uno de los pesos pesados de crowdlending entre particulares en España, es decir, el sector de los préstamos P2P. Un ámbito, en el que también destaca y fue uno de los pioneros Comunitae, que además financia a Pymes. En ambos casos, se trata de fintech que nacen de una necesidad ante la falta de liquidez de los bancos, las trabas para conseguir financiación y la bajada en la rentabilidad de los depósitos. Zank pone en contacto a personas solventes que buscan un préstamo y quieren pagar un interés con otras que tienen dinero para invertir y quieren obtener una mayor rentabilidad, así "se ofrece una solución a ambos perfiles de cliente: financiación a un coste justo y rentabilidad por encima de los depósitos", explica a Gembeta Oriol Chimenos, CEO de esta startup.
Un vistazo al mapa fintech español
Indexa Capital, en el ámbito de los robo advisors o asesores de inversión automatizados; Setpay, dentro del mercado de los pagos móviles (En Genbeta puedes leer más sobre el único TPV en el móvil 100% español); o Bit2me, en el campo de la moneda virtual bitcoin, son otras de las empresas más influyentes en España. Todas incluidas en el mapa fintech interactivo elaborado por el gestor de economía personal Mooverang. De él se extraen varios datos:
- El 48% de las fintech españolas tienen como objetivo ofrecer servicios al consumidor final (B2C), mientras que el 38% se dedica a los negocios entre empresas (B2B). Solo un 14% de las mismas abarca servicios para ambos mercados.
- Son las empresas especializadas en pagos y préstamos las que concentran la mayor actividad con un 23% y un 21% respectivamente, seguidas de las dedicadas a crowdfunding (18%) y crowdlending (17%).
- Madrid acoge al 57% de las empresas, seguida de Barcelona, con un 17%, y Valencia, con un 4%.
Fintech: un nuevo modelo es posible
El pasado 4 de noviembre Google anunciaba los ganadores de los Premios Start Ups Innovación Móvil 2015 y Fintonic, app gratuita que te ayuda a controlar tus tarjetas y cuentas y el dinero que entra y sale de ellas, fue la vencedora en la categoría de finanzas.
En Xataka Android puedes leer cómo funciona y, también, cómo "hace caja" esta fintech, quizá, una de las más conocidas a nivel de economía doméstica. Casi inevitable es tararear eso de “Con Fintonic o sin Fintonic. Con Fintonic o sin Fintonic”, que se repite en la cancioncita de su anuncio en TV. Un spot alegre y desenfadado. Incluso divertido. Adjetivos que, en principio, nadie asociaría a un servicio financiero y de ahorro.
Las fintech son un soplo de aire fresco, la cara B de las finanzas de traje y corbata, el ejemplo de que un nuevo modelo es posible. Sumemos a esto la facilidad de uso, la transparencia, la rapidez y la buena experiencia de usuario. Metamos todo en un teléfono móvil, en una tablet u ordenador. El combinado gusta. Conecta con la generación millennial de nativos digitales, mi generación. Si hacemos la compra online, escuchamos música y vemos cine online, reservamos nuestras vacaciones online… ¿por qué no íbamos a gestionar nuestras finanzas online?, ¿cómo decir no a la comodidad de llevar el banco en nuestro bolsillo, disponible 24 horas los 365 días del año?
Pero además, las fintech encuentran cada vez más público entre aquellos que superan los 35 años y comparten su desencanto con la banca tradicional. Crisis, rescates financieros, tarjetas “black”, preferentes, desahucios, gastos y comisiones muy elevados, procesos complejos, opacidad y falta de transparencia, letra pequeña. Todas estas cuestiones que atañen a muchas entidades hacen que la balanza se vaya inclinando del lado fintech y que cada vez más personas se abran a la innovación y superen sus recelos ante la tecnología.
Retos y obstáculos para las fintech
Mis padres. Pienso en ellos al hablar de recelos y al plantear alguno de los escollos principales para que el uso de las fintech sea masivo. ¿Lograrán estas startups ganarse a mis padres? Son hueso duro de roer. Representan a todo un sector de clientes que sigue valorando el contacto físico y que tras su libreta bancaria en papel mira las aplicaciones tecnológicas de reojo diciendo “no me fío, ¿será un timo?”
Confianza: las innovaciones tecnológicas necesitan tiempo hasta incorporarse por completo a nuestra rutina, más aún si tienen que ver con nuestro dinero. Los más jóvenes lo asumimos como algo más natural, pero las fintech deben conseguir reputación y ganarse la confianza de todos los usuarios si quieren ser la opción de preferencia antes que un banco tradicional.
Seguridad: unido a la confianza, aparece el factor de la seguridad. Cualquier medida parece insuficiente a la hora de garantizar que nuestras finanzas están en buenas manos. Las fintech deben implementar altos niveles de seguridad y ser capaces de explicar a los usuarios cómo eliminan los riesgos propios de sector tecnofinanciero.
Valor de marca y diferencial: las fintech están en pleno proceso de construcción de su imagen de marca. Tienen que convertirse en una solución familiar y reconocible para los usuarios, particulares y empresas, sinónimo de confianza, seguridad y garantías. Pero además, deben trabajar su diferenciación en la oferta, no sólo respecto a los bancos sino comparativamente con el resto de fintech.
Generar confianza y seguridad en los usuarios, incrementar su valor de marca y diferencial, lograr tener una regulación propia y "coopetir" con los bancos son algunos de los retos a los que se enfrentan las fintech
- Regulación: no es casualidad que tanto Kantox, como Ebury, al igual que otras muchas fintech creadas por españoles o que operan en España tengan su sede en Londres. Esto se debe en gran parte al papel de la City como centro financiero global, pero además la capital británica ha sabido crear un ecosistema propicio para el desarrollo de estas firmas. Nuestros vecinos del norte tienen una regulación acorde con las necesidades del sector de la que nosotros carecemos. Las empresas financieras no intermediarias de crédito (entre las que se incluyen los diferentes modelos de negocio fintech) están reguladas por la Financial Conduct Authority (FCA) y aquellas entidades que sí requieran de una licencia bancaria para operar están reguladas por la Prudential Regulation Authority (PRA), autoridad dependiente del Banco de Inglaterra.
En el blog de Kantox ahondan en este marco regulatorio y hablan de "actitud proactiva" al referirse, por ejemplo, a iniciativas como el Regulatory Sandbox, introducido por la FCA para "fomentar la innovación en beneficio del consumidor, promoviendo la competencia a través de la innovación disruptiva". "Las empresas que sean elegidas para participar en este proyecto gozarán de un marco regulatorio donde poder probar sus nuevos productos, servicios, y modelos de negocio de una forma segura, sin tener atenerse a toda la regulación que en circunstancias normales requeriría la actividad en cuestión", describen.
En España estamos muy rezagados en materia regulatoria, aunque desde las asociaciones fintech, en colaboración con el Gobierno, ya se trabaja en la elaboración de un libro blanco que sirva de base para lograr una futura regulación adecuada. El objetivo es conseguir que España sea un país más ágil y con un entorno más amigable para este tipo de empresas. Solo así, "se garantizará la seguridad del consumidor final, se dará estabilidad al sistema y España podrá ponerse a la cabeza del ecosistema fintech", señalan.
- Los bancos: ¿es la banca tradicional un obstáculo? ¿Son el enemigo o un aliado? ¿Deben las fintech mantener su total independencia o están fintech y bancos abocados a entenderse y apoyarse? Existe diversidad de opiniones al respecto. Pero observando los últimos movimientos parece que triunfa la vía de la “coopetición”, un neologismo que surge al fusionar las palabras competición y cooperación.
Coopetición, pactos “con el diablo” y estrategia digital de la banca
A pesar de las sombras de la banca tradicional, nadie pasa por alto su enorme tamaño y su músculo financiero. Tampoco sus grandes carteras de clientes y la enorme ventaja que supone la gran cantidad de datos que posee sobre ellos. Algo que podría ser muy provechoso para el crecimiento y consolidación de las emergentes empresas del sector tecnofinanciero.
Siguiendo con Kantox, esta fintech abría recientemente las puertas a colaborar con las entidades financieras, lo que algunos tildaron de “pacto con el diablo”. La compañía reconocía haber iniciado contactos con bancos para ofrecer su tecnología de intercambio de divisas a cambio de llegar a sus clientes. “No se trata de ofrecer tecnología en marca blanca a la entidad para que ésta la gestione con sus tarifas y su estilo. Sino una derivación de los clientes de la banca, gracias a lo cual los ingresos que generen éstos serán compartidos por ambas partes”, anunciaba desde la empresa.
Los bancos, que en un inicio menospreciaron la fuerza de las fintech, son ahora conscientes de su enorme potencial, se han puesto alerta y se muestran predispuestos a este tipo de colaboraciones. En lugar de entrar en luchas, prefieren ver este escenario de competencia como una oportunidad para innovar, transformarse, potenciar su vertiente más digital y satisfacer las nuevas demandas de sus clientes.
Para ello, “coopiten” y establecen “matrimonios de conveniencia” con fintech. Pero un dato importante: si bien, por ahora, todos estos acuerdos son voluntarios, algunos pasarán a estar obligados por ley. El pasado mes de enero entraba en vigor la nueva directiva europea de servicios de pago (PSD2, por sus siglas en inglés), una norma, que los diferentes países tienen un máximo de dos años para implantar, y que obliga a la banca comunitaria a abrir sus cuentas de clientes (siempre con el permiso de estos) a proveedores de servicios de pago a terceros permitiéndoles ofrecer sus servicios a través de la infraestructura de los bancos. En un reciente estudio elaborado por Finextra se comparaba este fenómeno con el momento en que se obligó a las firmas de telecomunicaciones a compartir sus infraestructuras para permitir la entrada de nuevos competidores.
Los bancos tradicionales hacen frente a las fintech acordando con ellas “matrimonios de conveniencia”, realizando inversiones estratégicas y desarrollando aplicaciones y plataformas propias
Los bancos se están preparando, avanzan en su proceso de digitalización y desarrollan aplicaciones de pago propias y plataformas móviles, ponen en marcha programas de incubación de startups y llevan a cabo inversiones estratégicas. Tenemos diferentes ejemplos en España de cómo los bancos mueven ficha ante las fintech y desarrollan su propia estrategia tecnológica:
BBVA anunciaba en marzo la adquisición de Holvi, un servicio bancario online para empresas, con sede en Helsinki. En 2015, el Grupo adquirió un 29,5% de Atom, el primer banco exclusivamente móvil de Reino Unido, y materializó la compra de Spring Studio, una firma de diseño de EE.UU., líder en experiencia de usuario. Un año antes, compraba Madiva Soluciones, una startup española de servicios de big data y cloud computing y Simple, una firma tecnológica que ha cambiado la forma en que las personas gestionan su dinero en EE.UU. BBVA también es inversor en la firma de capital riesgo Propel, que gestiona las participaciones del Grupo en startups que están cambiando los servicios financieros a través de la tecnología. Estas operaciones se enmarcan en el plan de BBVA de transformar un banco tradicional en el proveedor líder de información y servicios financieros de la nueva era digital. "los bancos del futuro serán compañías de software que convertirán los datos en conocimiento útil para ofrecer a cada cliente las mejores soluciones", ha aseverado el propio presidente de la entidad, Francisco González.
El Banco Santander, se ha hecho con una unidad de financiación e inversión con el fondo InnoVentures que ha invertido en empresas como Ripple, una startup que desarrolla la tecnología blockchain -que se utiliza por ejemplo en las monedas virtuales- y que permitirá en el futuro hacer transferencias internacionales en tiempo real.
ING ha lanzado Twyp, un app gratuita que te permite enviar y recibir dinero de forma rápida e inmediata a cualquier persona que tengas en la agenda de tu smartphone, seas del banco que seas. ¿Ya has usado esta especie de whatsapp para pagar a medias? En Xataka Móvil te cuentan cómo funciona.
CaixaBank dio un salto de la banca online a la banca móvil con el lanzamiento a principios de año un banco digital bajo el nombre de Imaginbank. Aunque abierto a clientes de cualquier edad, esta plataforma está dirigida sobre todo a captar un público joven -la renombrada generación millennial - ya que solo funciona en móviles y tablets.
La propuesta de Caixabank es cercana a la de Number26, el banco austriaco con sede en alemania, 100% nativo mobile, que a finales de 2015 anunciaba su desembarco en España al grito de cero comisiones, cero condiciones. ¿Cómo un banco de 90 empleados se ha hecho como 100.000 clientes? es la pregunta que lanzaban en El Blog Salmón al analizar el avance meteórico de este banco que viene a poner más difícil el negocio de la banca en nuestro país.
"La mejor oficina que puedes tener es el teléfono móvil inteligente". Lo proclamaba hace unos días el responsable de desarrollo de negocios y operaciones de este banco, Nicolas Kopp, en el marco del evento Revolution Banking 2016, organizado en Madrid por iiR España. Era la primera vez que un representante de Number26, visitaba España y, ante público expectante, desarrolló su ponencia vestido con vaqueros, polo azul, sudadera gris de cremallera y gafas de pasta. Un look que contrastaba con la homogénea estética gris de los asistentes y que encajaba a la perfección con quien pretende romper con lo establecido y demostrar la tesis de que un nuevo modelo bancario es posible.
Y como réplica a este terremoto con epicentro en el modelo bancario tradicional, Mondo Bank](https://getmondo.co.uk/). He aquí un nuevo banco que ya opera en Reino Unido y transforma el smartphone es mucho más que una oficina móvil. Geolocalizar nuestras compras, recibir ofertas de los comercios donde compramos, ver un desglose de nuestros gastos, recibir alertas si aumenta el importe de un recibo domiciliado, prestar dinero a los amigos (como hacemos con Twyp), conseguir adelantos... son algunas de las funcionalidades de Mondo y que se suman a las gestiones bancarias habituales. Y, por supuesto, todo sin hacer colas, sin rellenar papeles, sin limitaciones de horario, sin empleados...
Futuro: ¿habrá o no habrá bancos en diez años?
Visto lo visto, surgen la dudas: ¿qué va a pasar con los bancos tradicionales?, ¿tienen margen de negocio?, ¿cómo será la nueva oficina bancaria resultante del reto digital? Es más, ¿existirá esa oficina?
Según un informe elaborado por PwC, las entidades financieras tradicionales temen que estas nuevas empresas se puedan comer hasta el 25% de su negocio actual durante el próximo lustro. Las propias fintech consideran que el bocado podría ser todavía mayor, hasta un 33%.
Las entidades financieras tradicionales temen que las fintech se puedan comer hasta el 25% de su negocio actual
Los encuestados en el informe aseguran que la banca retail –o de consumo–, el negocio de los medios de pago y los servicios relacionados con la gestión de activos y de patrimonios son los que se van a transformar de una forma más radical. La aparición de nuevas plataformas online que permiten la concesión de préstamos directos entre empresas y consumidores sin necesidad de intermediación bancaria o la proliferación de nuevos sistemas de pago y aplicaciones móviles son algunos ejemplos claros.
Parece cada vez más evidente que limitar las operaciones en función de un horario comercial establecido no tiene ningún sentido en esta nueva era. Igualmente frases como “para realizar esta operación debe acudir a su oficina” nos suenan ya a cosa del pasado. Dice Brett King, economista de referencia mundial y creador de la aplicación de banca móvil Moven, que “el cajero (persona) es hoy en día lo que el operador del telégrafo fue en el pasado” y augura que este año asistiremos a un descenso importante en el número de sucursales que mantienen operativas los bancos, algo que aún será más notable en los próximos años.
El Santander anunciaba hace unas semanas el cierre de hasta 450 oficinas y desde BBVA han insinuado que pueden prescindir de unas 2.800 a largo plazo
Las cifras le dan la razón. De acuerdo con los datos del Banco de España, en nuestro país hemos pasado de 46.221 sucursales en 2008 a poco más de 14.000 en 2015. El Santander anunciaba hace unas semanas el cierre de hasta 450 oficinas y desde BBVA han insinuado que pueden prescindir de unas 2.800 a largo plazo. Lógico al comprobar el descenso significativo de actividad en sus oficinas en los últimos cuatro años. De los 67 millones de transacciones que realizaban sus cerca de 4.000 sucursales en España en 2011, la red ha pasado a ejecutar 40 millones, un 41% menos.
Desde estas entidades sostienen que los bancos que hasta ahora conocíamos no van a desaparecer, pero serán “distintos”. Diferencias de fondo y de forma. El modelo de negocio de la banca en la era digital se va dibujando poco a poco en un escenario más abierto y competitivo en el que, como apuntaba al hablar de "coopetición", la vía de la convergencia parece la mejor opción para todos los agentes implicados.
¿Y qué pasará con las oficinas? Según se expuso en las jornadas Revolution Banking 2016, en los próximos años veremos cambios sustanciales en la infraestructura bancaria: menos sucursales pero más potentes y orientadas al asesoramiento y a aportar valor, segmentación de la red para entender y atender mejor al cliente, oficinas que se transforman en tiendas y adoptan prácticas del sector retail, oficinas emblemáticas/flagships que potencian la marca, clientes que hacen las cosas por sí mismos en una nueva “era del autoservicio”,...
Estas oficinas, además, solo tendrán sentido si se integran dentro de una estrategia omnicanal, es decir, un planteamiento en el que los clientes puedan disfrutar del mismo nivel de servicio a través de todos los canales, ya sea móvil, tablet, escritorio o sucursal y tengan la posibilidad de pasar libremente de un canal a otro.
La banca es indispensable, pero los bancos cada vez lo son menos
Es cuestión de evolución, de adaptarse o morir, o cómo nos ha enseñado el fenómeno fintech y sostiene el propio Presidente del BBVA, Francisco González, "las nuevas generaciones de clientes nos demandan otros servicios y otras formas de acceder a ellos. La banca es indispensable, pero los bancos cada vez lo son menos”
Imágenes | Nacho/Fickr, Asociación Fintech, Kantox, Spotcap, Ebury, Zank, Comunitae, Fintonic, Mooverang,iiR/Flicker,Nacho/Flickr
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