En los últimos días el desarrollo del kernel Linux se ha visto envuelto en debates que se salen del panorama técnico. Linus Torvalds, creador y máximo responsable de este proyecto, anunciaba algo singular.
Como señalaban en Phoronix, Greg Kroah-Hartman, mano derecha de Torvalds, anunció brevemente que habían decidido eliminar a cierto número de responsables del núcleo (los llamados "mantenedores").
Pronto quedó claro qué tenían esos desarrolladores en común. Todos ellos eran rusos o tenían cierta afiliación con Rusia, y la mayoría hacía uso de una dirección de correo electrónico con el TLD .ru.
El movimiento provocó críticas por parte de la comunidad Linux, pero rápidamente Torvalds envió un mensaje a la lista de correo del kernel Linux para dejar claro probablemente esas quejas habían llegado de "trolls rusos".
"Está totalmente claro por qué se hizo el cambio, y no va a haber vuelta atrás", explicó Torvalds. También destacó que las sanciones a Rusia por la Guerra de Ucrania habían sido la razón de tomar esa decisión, algo que inicialmente no había quedado del todo claro.
Esta decisión acaba de tener respuesta por parte del Ministerio de Desarrollo Digital en Rusia, cuyos responsables han anunciado planes para crear su propia comunidad Linux.
Los detalles sobre ese proyecto son prácticamente nulos, pero la iniciativa parece seguir los pasos que el país ha dado con la arquitectura RISC-V. En este último caso se abre un camino para el desarrollo de chips propios, libres de posibles guerras comerciales, y lo mismo ocurre en el caso del software si Rusia finalmente sigue su propio camino con una línea propia de desarrollo del kernel Linux.
Tanto en un caso como en otro, una cosa es decirlo y otra muy distinta hacerlo. Aunque la comunidad rusa de desarrolladores pueda ser nutrida y de calidad, crear y mantener un fork del núcleo Linux es una tarea titánica.
La enorme dimensión de este proyecto hace que el mayor peso del desarrollo recaiga no ya en desarrolladores independientes, sino en desarrolladores que trabajan en grandes empresas tecnológicas como Huawei, Intel, Red Hat, Google o AMD.
Imagen | TED Conference
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