Seguro que muchos los conocéis de oídas. Son lenguajes de programación con solera, más de la generación de nuestros padres (e incluso abuelos) que de nuestra generación. COBOL se creó en 1959. Fortran, en 1957. Delphi, mucho más moderno, es de 1995. Todos ellos fueron muy populares en su día, pero lo más importante: siguen siendo críticos en diversos escenarios hoy en día.
COBOL es el mejor ejemplo de una situación preocupante: la industria bancaria sigue utilizando sistemas basados en COBOL que gestionan todo tipo de operaciones, y de hecho se estima que solo en Estados Unidos 3 billones de dólares se transfieren a través de unos sistemas que cada vez tienen a menos gente que los entienda.
Desarrolladores de la tercera edad, uníos
Existen empresas que aparentemente tenían que haber cerrado hace años y que están en mejor forma que nunca: Bill Hinshaw, de 75 años, está al frente de una empresa que precisamente da soporte a otras que siguen teniendo sistemas basados en COBOL.
Este veterano que comenzó a programar en los 60 y se hizo un experto en COBOL descubrió cómo 40 o 50 años después no solo no había menos empresas que le llamaban, sino que acababa siendo uno de los pocos recursos que quedaban para solucionar problemas en sistemas COBOL en su zona geográfica.
Hinshaw acabó creando la empresa 'COBOL Cowboys' para contratar a programadores con experiencia en COBOL. La empresa acabó contratando a un buen número de ellos, buena parte de los cuales ya habían alcanzado la jubilación. Los "jovencitos", como él declaraba en broma, "andan por los 40 o los 50".
COBOL puede seguir teniendo mucho sentido
Estos expertos cobran más de 100 dólares por hora por dar soporte a esas empresas que dependen de estos sistemas, y que son incapaces de sustituirlos por otros más modernos: el coste podría ser especialmente alto dada la complejidad de muchos de estos sentidas.
IBM es una de las empresas que ha descubierto una oportunidad en esta circunstancia. Ha creado una serie de programas de formación para jóvenes desarrolladores, y los responsables de estos programas afirman que han formado a más de 180.000 desarrolladores en 12 años. Donna Dillenberger, una de las responsables de la iniciativa, explicaba que "el que un lenguaje tenga 50 años de edad no significa que no sea bueno".
Algunos argumentan que los bancos deberían migrar a sistemas modernos de forma gradual para minimizar el impacto y los riesgos. Daniel Döderlein, CEO de Auka, explicaba que los sistemas basados en COBOL funcionan bien hoy en día pero siendo un lenguaje tan maduro "la gente que está dando servicio a esta tecnología son una raza moribunda"
Igual deberías aprender COBOL o Fortran, y no JavaScript
La popularidad de los lenguajes modernos hace que JavaScript, Java, C, Python o C# sean los que más desarrolladores eligen para formarse como programadores y desarrollar su carrera profesional, pero puede que esos desarrolladores deban echar una mirada a otras opciones.
Es ahí donde entran estos lenguajes "perdidos", que pueden ser una jugosa oportunidad de negocio. En The Australian contaban hace años como los programadores de Delphi o de DB2 podían cobrar hasta 1.500 dólares (australianos) al día por dar soporte a los sistemas de las empresas que seguían trabajando con dichos lenguajes de programación.
Como explicaban los responsables de empresas con dichos sistemas, las migraciones a plataformas más modernas no era imposible, pero sí era lenta y compleja, lo que hace que los expertos que aún tienen experiencia o conocimientos sobre lenguajes como COBOL, Fortran o Delphi —por poner algunos ejemplos— no solo no sean muy valiosos ahora: lo serán aún más con el paso del tiempo si todo sigue igual.
La demanda es más alta de lo que podrías pensar
De hecho la NASA lanzó en 2017 un concurso para optimización de código que consistían en mejorar una serie de algoritmos que trabajaban con las ecuaciones de Navier-Stokes para modelar la aerodinámica de ciertos proyectos.
El objetivo era ejecutar esos algoritmos lo más rápido posible en un supercomputador, pero había un requisito muy especial: el código estaba en FORTRAN, un lenguaje que ha ido evolucionando a lo largo de la historia, como se puede ver en esta introducción al lenguaje.
Eso hubiera hecho pensar a muchos que habría pocos programadores interesados, pero ocurrió justo lo contrario. La NASA tuvo que cancelar el evento porque se presentaron más de 1.800 programadores, algo que hacía "poco probable que pudieramos lograr el objetivo en el tiempo que deseábamos".
Aquello no acabó allí: acabaron aprovechando para convocar un nuevo concurso en el que programadores y expertos conocedores de Fortran tenían que narrar historias sobre la relevancia que Fortran ha tenido y sigue teniendo. Los ganadores se repartirían 1.750 dolares en premios, y hubo vídeos realmente curiosos como el del programador que comenzó a programar con FORTRAN en tarjetas perforadas hace más de medio siglo.
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