Todo está inventado hasta que deja de estarlo. Es lo que debe de haber pensado Phil Libin, que fue CEO de Evernote y que ahora ha querido revolucionar el saturado segmento de las aplicaciones de videoconferencia. Si había un momento para intentarlo era probablemente este.
La idea de Libin ha cristalizado con un nombre curioso, Mmhmm —"es importante tener un nombre que puedas decir mientras comes", bromea al presentarlo— y con características aún más llamativas para una aplicación de videoconferencia que parece más destinada a montar una especie de telediario personal. El problema de Mmhmm no es la originalidad, sino que otros probablemente pueden copiar esas ideas.
Un servicio fresco y diferente (por ahora)
La presentación en vídeo de Libin es impecable. Con un tono informal, casi simplón, este emprendedor mostraba cómo su aplicación es capaz de ir un paso más allá en el ámbito de las videoconferencias. Lo que hace Mmhmm no lo hacen (de momento ) Zoom, Jitsi Meet, Teams, Google Meet o HouseParty, esa herramienta que experimentó un extraordinario auge y caída durante el confinamiento.
En Mmhmm el usuario se convierte en presentador. Puede cambiar el fondo, añadir una pantalla trasera en la que mostrar todo tipo de mensajes e imágenes para apoyar lo que estás diciendo.
Es una forma distinta de compartir pantalla, porque la estás compartiendo pero puedes hacer un montón de cosas con esa pantalla compartida: minimizarte y/o "difuminarte" para centrar la atención en la pantalla, cambiar el tamaño o incluso compartir la pantalla del móvil.
La herramienta es también útil para streamers de videojuegos, y si quieres puedes hacer que más participantes intervengan en esa singular forma de comunicarte con otros usuarios bien en tiempo real como una videoconferencia convencional, bien grabando el vídeo resultándolo y publicándolo luego en otras plataformas.
La herramienta está disponible en forma de beta privada (solo vía invitación) en macOS Catalina, pero se espera que las versiones para iOS, Android y Windows aparezcan en los próximos meses. La empresa de Libin ha recaudado 4,5 millones de dólares en una ronda de inversión liderada por Sequoia Capital y por algunos cofundadores de Instagram o Twitter, y se enfrenta a un reto singular: competir con gigantes ya asentados como Zoom, Google Meet -ahora integrada en Gmail- o Teams, que dejó de estar orientado para empresas y abrió sus puertas a las videoconferencias informales.
Mmhmm tiene cosas que las demás no tienen por ahora, y eso es un problema
El mundo de las videoconferencias parecía no tener mucho más recorrido que el que había demostrado en los últimos años, pero la pandemia de COVID-19 lo cambió todo. De repente comenzaron a aparecer soluciones novedosas y todos se quisieron apuntar al carro.
La primera que nos sorprendió fue HouseParty, una herramienta para videoconferencias informales que tenía un componente lúdico gracias a los juegos colaborativos (una especie de Trivial Pursuit integrado, por ejemplo) que permitía entretener esas charlas con amigos y familiares. Los problemas de privacidad y los rumores de que había sido hackeada provocaron la desbandada de los usuarios, que fueron a buscar otras alternativas.
Muchos de esos usuarios acabaron en Zoom, una herramienta que se comportaba bien y que planteaba características llamativas como la rejilla o cuadrícula que permitía que pudiésemos ver en pantalla a todos los participantes en la videoconferencia. De nuevo hubo problemas de privacidad en Zoom, que no obstante parece haberse recuperado (al menos parcialmente) del golpe tras tomar rápidas medidas para solventar esos problemas.
El problema para Zoom fue que pronto otras alternativas quisieron aprovechar esa fase de problemas por los que pasó el servicio. Google Meet se reforzó y se integró en Gmail -complicando aún más la situación con Hangouts y Duo—, mientras Facebook apostaba por Mesenger Rooms y la integraba en WhatsApp Instagram.
Opciones como la célebre rejilla iban llegando a todas ellas mientras otras como Jitsi Meet apostaban por la privacidad. Luego llegaría la fiebre por cambiar el fondo de pantalla de la videoconferencia con una especie de chroma artificial que podíamos activar en herramientas como Teams o Zoom. También Skype, que sorprendentemente quedó en un discreto segundo plano durante todo este auge de las apps de videoconferencia, llevana meses ofreciendo esa opción.
Todas se copiaban de todas, y lo demostraba una menos conocida JioMeet, que copió casi al 100% las opciones que ofrecía Zoom.
Ese mismo riesgo es al que se expone Mmhmm, una solución original y que desde luego plantea una alternativa a todas ellas. Poder jugar con esa pantalla compartida como lo hace Mmhmm es estupendo, pero no parece haber razones técnicas de peso que impidan pensar que los Zoom, Teams, Meet, Messenger Rooms o incluso WhatsApp acaben ofreciendo algo así.
Será interesante ver cómo se desarrollan los acontecimientos, pero aunque esa frescura que aporta Mmhmm al segmento de las videoconferencias es estupenda, puede que el frenético segmento de las videoconferencias —que parece que está aquí para quedarse definitivamente— no deje escapar esa oportunidad no ya de ofrecer novedades diferenciales, sino de no dejar que otros las ofrezcan por sí solos. ¿Cómo? Copiándolas.
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