Parecía que casi todo estaba dicho en el segmento de comercio electrónico, pero la empresa española Shoppyo no parece estar de acuerdo. Su fundador, Antonio Martínez Sánchez, ha conversado con nosotros para explicarnos cómo funciona un concepto que a priori parece tener futuro: el de la compra colectiva.
El objetivo de Shoppyo es el de convertirse en una comunidad online que "permite a sus miembros unirse para conseguir las mejores condiciones en sus compras". La idea es tan sencilla que parece mentira que no se conocieran iniciativas para aprovecharlas con el potencial que da Internet, aunque sí hay proyectos anteriores más verticales.
Las compras online evolucionan
En los últimos años hemos estado viendo cómo el auge del comercio online se ha asentado entre todos los usuarios. Las tiendas online permitían a los comercios plantear una alternativa cómoda a sus clientes, pero solo fueron el principio de un tipo de servicios que se han ido puliendo de forma notable.
Ha ocurrido por ejemplo con los supermercados, que hoy en día cuentan con servicios especialmente orientados a la compra online. Analizamos este fenómeno en "Mercadona, cuidado: ésta es la tendencia en Estados Unidos de supermercados solo online" recientemente, pero esa transformación se ha extendido a otros segmentos.
También surgieron otros modelos que fomentaban esa compra online, y entre ellos destacan especialmente los sitios de ventas flash o ventas privadas. La francesa Vente-privee.com fue pionera en un mercado que poco después se vería poblado con servicios de otros 'outlets online' que eran tanto independientes -como Privalia- como partes de las grandes cadenas -por ejemplo, Amazon y su BuyVIP-.
A ese modelo se le sumaron los negocios de "couponing" con noticias sobre ofertas diarias que encabezaron empresas como Groupon, Groupalia o LetsBonus en nuestro país, y que se vieron rodeadas de alternativas tanto en nuestras fronteras como fuera de ellas. Hoy en día parece que la fiebre por este fenómeno se ha aplacado, y nuestros compañeros de Genbeta analizaban esa desaceleración ya el año pasado.
Pero por encima de todos esos servicios destaca sin duda Amazon, el gigante del comercio electrónico que empezó dedicándose a la venta de libros y que hoy en día ha ampliado su catálogo de forma asombrosa: es difícil encontrar un producto que Amazon no venda directa o indirectamente -cualquier tienda pueden vender a través de Amazon pagando una comisión-, y su obsesión por el servicio al cliente contrasta con sus políticas internas. Y cuando parecía que no podía haber muchas más alternativas en el comercio electrónico, llega Shoppyo.
En busca del beneficio para consumidores y comercios
Antonio Martínez nos explicaba el origen de la idea, que se fraguó al coger un ascensor con un vecino de la comunidad donde también están las oficinas en las que trabaja. Esa persona tenía que comprar un toldo para su terraza, y dado que otros vecinos podrían estar interesados, puso un anuncio en el que destacaba que si se unieran varios vecinos probablemente podrían conseguir mejor precio del proveedor.
A partir de ahí Martínez comenzó a trabajar en desarrollar un servicio que precisamente ofreciese esa capacidad tanto a los consumidores como a los comercios. El fundador de Shoppyo nos comentaba como hoy en día compartimos todo tipo de cosas en redes sociales. ¿Por qué no compartir lo que queremos comprar para tratar de conseguir mejor precio?. La idea, que en realidad ya se había implementado en ciertos mercados verticales, llega ahora de forma abierta a todo tipo de productos, comercios y usuarios para servir como referente en esta alternativa al comercio electrónico convencional.
Martínez consiguió financiación gracias a la participación de Murcia Emprende y de las ayudas NEOTEC, y con un equipo de dos desarrolladores en Murcia y con un equipo comercial en Madrid comenzó a preparar el lanzamiento de Shoppyo, que desde hoy ya está funcionando.
Las ventajas son claras tanto para los usarios como para los comerciantes. Los primeros tienen a su disposición un panel abierto en el que sumarse a la demanda pero en el que también pueden actuar como motor de recomendación para futuros compradores. Las tiendas, por supuesto, tienen en Shoppyo una oportunidad para incrementar su negocio de forma sencilla, publicando ofertas para esos consumidores que buscan ciertos productos a precios algo más ventajosos. Son esas tiendas las que pagan la publicación de sus ofertas en Shoppyo mediante un sistema de créditos y bonos que incluyen esos créditos: los comercios pagan por esa oportunidad de vender más.
Shoppyo pone en contacto a ambas partes, y lo hace pensando al menos inicialmente en el pequeño y mediano comercio y tienda online. Estas tiendas tienen a menudo muy difícil competir con sitios de comercio electrónico mucho más asentados, y a menudo no tienen ni los recursos ni la capacidad de luchar por temas como el posicionamiento o la relevancia en unos buscadores que ya están muy saturados en este sector.
Un proceso de compra muy natural
El funcionamiento de las compras colectivas no es en absoluto nuevo, y de hecho muchos usuarios tratan de aprovechar ese mecanismo en diversos ámbitos. Seguramente muchos hayáis visto este tipo de procesos en foros de usuarios dedicados por ejemplo a debatir sobre teléfonos móviles, y precisamente las peticiones a tiendas chinas han sido un ejemplo de esas compras colectivas que se organizan de la mejor forma posible por usuarios de esos foros que están interesados en smartphones difícilmente accesibles desde nuestro país.
Ese mismo concepto se puede extender ahora a todo tipo de productos y comercios que, eso sí, están centrados en nuestro país. El funcionamiento, como podéis ver en el vídeo, es muy sencillo: un usuario se apunta a un grupo de compra o crea uno nuevo en el que puede ser más o menos específico ("Quiero un televisor de 32 pulgadas" o "quiero este televisor concreto de 32 pulgadas").
A partir de ahí hay un periodo de 5 días -que el creador de Shoppyo afirma que podría modificarse si hay razones para ello en el futuro- en el que otros usuarios pueden apuntarse. El grupo se cierra con cierto número de participantes, y esa información se pasa a los comercios, que a su vez pasan sus ofertas. Esas ofertas se gestionan con un mecanismo puro de subasta: dichos comercios ofrecen un precio de grupo (siempre indicando el precio original, por si algún usuario quiere comprar directamente a ese precio), pero en todo momento unos comercios compiten con otros y pueden ir variando esos precios para atraer a esos grupos de compradores. Como afirma Antonio Martínez, "es un proceso totalmente transparente".
Al terminar el proceso de "subasta" los usuarios interesados inicialmente confirmarán o no su interés por esa compra. De hacerlo, hay una preautorización del cargo en las tarjetas de crédito o débito de los compradores, pero el cargo no se realiza a no ser que se llegue al grupo mínimo de personas, establecido por el comercio (por ejemplo, "Si no hay al menos 3 personas que confirmen la compra, el precio de oferta para el grupo no es válido").
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No obstante, Incluso si el grupo necesitaba por ejemplo cinco personas y se cierra el proceso con tres, se le da la oportunidad al comercio de mantener la oferta de grupo, con lo que los usuarios podrían acabar aprovechándose de la oferta incluso sin cumplirse el grupo mínimo.
A partir de ese momento cada comprador del grupo, que se debe encargar de los gastos de envío, decide si prefiere que se lo envíen a casa o a una dirección de recogida, y se cierra el proceso que salvo en el último momento, nos explica Martínez, no compromete a nada al comprador, que sólo está demostrando su intención de compra.
De hecho, nos explicaba este emprendedor, la privacidad de los usuarios se mantiene en todo momento: "no hay spam, solo recibes las ofertas que solicitas", y como explicaba Martínez, este sistema de compra colectiva es una "evolución natural de los modelos de couponing". Los servicios como Groupon, por ejemplo, han acabado saturando el mercado, y en ellas los usuarios acaban recibiendo muchos mensajes que acaban siendo molestos porque corresponden a ofertas que no les interesan. En Shoppyo "el proceso se invierte", explicaba Martínez, "tú nos dices lo que quieres y a partir de ahí se reciben ofertas, pero cuando acaba el plazo del grupo dejas de recibir correos". En lugar de que el servicio te bombardee de forma indefinida, aclaraba, "te bombardeamos solo en ese momento, de forma personalizada y para lo que tú quieres".
¿Puede Shoppyo competir con gigantes como Amazon?
Shoppyo es otro de esos ejemplos de esas ideas que parece mentira que no se hubieran puesto en práctica antes, pero obviamente existen dudas sobre el futuro de la misma. La más importante probablemente es la que afecta al modelo de negocio habitual en el que los gigantes de tienda online parecen tener muchas papeletas para mantener su relevancia.
Martínez nos explicaba cómo de hecho la idea es empezar por la tienda online pequeña y mediana. La grande, nos explicaba, "tiene resuelto el problema de Internet. Tienen sus campañas, su público, lo tienen más o menos resuelto con la oferta que existe". Aunque de momento se centran en esas tiendas con menos recursos, están abiertos a comercios de mayor entidad en el futuro.
Pero claro, está la amenaza de Amazon, que parece dominar este mercado de forma asombrosa. El fundador de Shoppyo admitía su dimensión, pero negaba que Amazon u otros servicios fueran a "cargárselo todo". El comercio en la calle sigue estando en el "top of mind", en esas primeras referencias de la gente a la hora de poder acceder a productos que les interesas. Y precisamente con Shoppyo quieren entrar en ese "top of mind", porque entre otras cosas, destacaba Martínez, permiten competir más y mejor al pequeño comercio, que solo quiere encontrar un cliente interesado en sus productos.
En esa batalla con los gigantes hay otro factor fundamental, que es el de los precios. ¿Puede el pequeño comercio competir en sus ofertas con alguien como Amazon?, nos preguntábamos en voz alta. Martínez lo tiene claro: el pequeño comercio siempre puede competir en unos productos u otros. Veremos si esta propuesta lo demuestra, pero desde luego Shoppyo presenta una prometedora alternativa para usuarios y comerciantes.
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