Puede que hayáis visto estos simpáticos y pequeños coches blancos y azules recorrer Madrid. Se trata de los Smart Fortwo eléctricos que la empresa car2go puso en marcha en la capital española el pasado mes de noviembre con un objetivo singular: lograr que con el tiempo nos demos cuenta de que tener coche propio podría no tener sentido.
El carsharing y el carpooling entran en acción en nuestro país de lleno gracias a este servicio de una empresa que es filial de Daimler AG y que ofrece una interesante alternativa a otros medios de transporte. En Madrid su flota está basada totalmente en coches eléctricos, pero hay una diferencia más con otras capitales donde ya llevan tiempo funcionando. Nosotros hemos probado car2go y estas son nuestras impresiones.
Pasado, presente y futuro de car2go
Antes de poder conducir uno de estos coches tuvimos la oportunidad de entrevistarnos con Orazio Corva, Location Manager en Madrid de la empresa. Este directivo llegaba a car2go tras su trayectoria en posiciones de ventas y marketing en empresas como BenQ, LG, Sony Ericsson o Sony Mobile, y nos contó los orígenes de este proyecto además de explicarnos cómo funciona y los retos que afronta de cara al futuro.
Corva comenzaba hablándonos de cómo empezó todo en octubre de 2008: la idea surgió a partir de un grupo de empleados de una de las plantas de Daimler en Alemania que buscaban una forma más cómoda de llegar al trabajo compartiendo transporte. Aquello acabó derivando en la aparición de car2go en varias ciudades alemanas en las cuales el concepto inicial era algo distinto.
De hecho, nos contaba este directivo, la infraestructura original no contemplaba el uso de coches eléctricos, sino de coches de gasolina. En ese esquema las cosas eran más sencillas operativamente, nos confesaba: los usuarios ganaban puntos para aprovechar el servicio más adelante al encargarse de repostar, lo que hacía que la gestión de los vehículos a nivel interno se simplificara de forma notable.
Las cosas han ido cambiando con el auge del coche eléctrico, que precisamente es el ideal para ser aprovechado en las grandes ciudades por su autonomía y características. Mientras que en otras ciudades en las que car2go ya se había implantado la infraestructura estaba preparada con diversos puntos de recarga, en Madrid la situación fue distinta.
La escasez de puntos de recarga ha hecho que el proyecto haya llegado con una apuesta novedosa: car2go ha creado una red propia de puntos de recarga -de momento solo disponibles para los coches de car2go- en los que el equipo de esta empresa se encarga de llevar los coches para recargarlos y volverlos a dejar preparados para el servicio en diversas localizaciones de la zona de cobertura. Eso complica la operativa, pero es el único modo actualmente de que el proyecto pudiera tener sentido en la capital española.
La recepción según Corva ha sido espectacular con respecto a otros países, y de hecho han tenido que reajustar la flota y añadir mejoras en temas como la carga rápida para poder asumir esa inesperada demanda. Aunque en otras ciudades car2go ya funciona muy bien, su crecimiento ha sido más pausado: en Madrid el ritmo de adopción ha sido mucho más alto, algo que ha hecho que ya estén preparando el aumento de la flota.
De hecho car2go cuenta actualmente con una flota de 350 vehículos en Madrid, pero el Sr. Corva nos explicaba que ya están preparando el incremento de esa flota para llegar a los 500 coches a lo largo de este primer trimestre de 2016. Le preguntamos por el uso medio del servicio, y según sus datos actualmente en car2go cada usuario utiliza el servicio casi una vez por semana, algo que lo sitúa claramente como una alternativa válida al transporte público o a los taxis y que desde luego es un interesante complemento a la movilidad urbana.
Como en el resto de los casos los coches se distribuyen de forma uniforme y siempre atendiendo a la demanda que va existiendo en el servicio, algo en lo que interviene un factor sensible siempre para muchos usuarios: la privacidad de sus datos. En este aspecto este directivo dejaba claro que en car2go se sigue toda la normativa referente a la protección de datos y a la privacidad de esos datos.
Aunque los trayectos e itinerarios de los usuarios quedan registrados, esa información solo se usa para mejorar el servicio optimizando por ejemplo los puntos en los que deben estar disponibles estos coches. De este modo se puede ajustar la demanda por parte del personal de car2go, que puede ir moviendo esos coches por la ciudad para que no haya una concentración innecesaria de vehículos en una zona y eso contraste con la ausencia de coches en otra.
Este directivo también nos hablaba de cómo car2go es para ellos la prueba de que los servicios de carsharing y carpooling son una de las claves del futuro de la movilidad en los grandes núcleos urbanos. Son varias las empresas que están incorporándose a este segmento y la mayoría son precisamente dependientes de otros grandes fabricantes (BMW tiene su DriveNow, por ejemplo), y Corva destacaba la relevancia que tiene que car2go funcione como alternativa a una red de transporte público bien desarrollada, algo que es condición necesaria para que se planteen ofrecer su servicio en otras ciudades.
El futuro de este proyecto pasa por ser un modelo que funcione y rentable a nivel económico, algo que parece que de momento han logrado a juzgar por su cada vez mayor implantación, pero también a la hora de solucionar algunos aspectos técnicos. El Sr. Corva nos hablaba por ejemplo de la presencia de inhibidores que hacen que el servicio de car2go pueda no ser lo eficiente que debería en zonas específicas, y también aclaraba una cuestión: no habrá coches basados en gasolina en Madrid ya que hay una gran sensibilidad en temas de polución y contaminación, sobre todo en estos últimos tiempos como hemos podido ver en algunas medidas que se han comenzado a tomar para reducir el impacto del tráfico en esa contaminación en la castiza capital española.
Así funciona car2go
El funcionamiento de car2go es muy sencillo. Cualquier usuario del servicio tendrá que haber hecho un registro previo en un formulario web que, eso sí, deberá completarse con un requisito indispensable: la visita física a alguno de los centros autorizados en los que nos validen con nuestro carnet de conducir.
A partir de ahí podremos comenzar a utilizar el servicio que funciona con un compañero habitual: nuestro smartphone. La aplicación móvil disponible para Android, iOS y Windows Phone nos permite saber qué coches están a nuestra disposición cerca de nuestra localización, a partir de lo cual podremos reservar uno de ellos.
En ese momento ese coche se "bloquea" para nosotros durante 30 minutos, y una vez lleguemos a él podremos abrir las puertas iniciando la reserva cuando estemos junto al coche. Al entrar en el coche la pantalla del salpicadero nos informará de los distintos pasos que deberemos seguir para iniciar la marcha.
El primer paso es especialmente importante: el sistema nos avisa de que revisemos el estado del coche, tanto interior como exterior. Eso permite detectar si hay algún golpe o desperfecto en el vehículo que no hayamos causado. En caso de que haya algún desperfecto podremos contactar con los responsables de car2go para detallar el problema, algo que nos evitará que en posteriores inspecciones podamos ser acusados de haber sido nosotros los causantes de estos desperfectos.
A partir de ahí podremos comenzar la marcha. La llave está situada al lado de esa pantalla, y tendremos que introducirla en la ranura colocada junto al freno de mano para comenzar el uso del vehículo. Una vez en marcha el comportamiento del coche es el que podríamos esperar, aunque en este caso contamos con esa curiosidad de conducir un coche eléctrico: no suena prácticamente nada, así que en car2go de hecho decidieron que encender la radio (no podremos reproducir nuestra música vía Bluetooth por ejemplo, lástima) era una buena forma de hacer saber a los conductores que el coche estaba efectivamente en marcha aunque realmente parezca que está parado y con todo desconectado.
Es la sensación curiosa que transmiten los coches eléctricos, a lo que se suma el hecho de su tamaño y de ser un coche automático. Todas esas opciones hacen que precisamente sea muy cómodo para moverse y aparcar por el centro urbano, algo que es el objetivo de un servicio que en Madrid está limitado al anillo de la M30. Podremos salir fuera de ese límite siempre y cuando el destino final, allí donde dejemos el coche, esté dentro de ese anillo. El coche va equipado con un navegador GPS para poder llegar a destino de forma sencilla, además de un botón para poder contactar directamente con el servicio de atención al cliente de car2go desde el propio coche en modo de manos libres.
Otra de las ventajas de contar con un coche eléctrico es el hecho de que podremos aparcar en zona azul o verde sin cargo alguno gracias a la exención que disfrutan estos vehículos en estas zonas reservadas de parking. No podremos dejarlos en parkings privados o públicos o en zonas con limitaciones horarias al terminar nuestro trayecto, y aquí la idea es la de que el coche esté disponible para el siguiente usuario en todo momento.
¿Cuánto nos costará usar car2go? El cálculo es muy sencillo, ya que solo es relevante el tiempo que pasemos con el coche. Pagaremos 0,19 euros por minuto (sin IVA), lo que hace que en muchos casos esos trayectos sean mucho más económicos que la opción del taxi y más convenientes que los transportes públicos.
Eso sí: no son muy recomendables si queremos hacer paradas prolongadas porque el tiempo que el coche está aparcado pero asignado a nosotros -no habremos finalizado la reserva- sigue costándonos dinero. Llevárnoslo a una comida, aparcarlo un par de horas y volver a utilizarlo no es especialmente recomendable porque esos 120 minutos de espera incrementarán la factura en casi 23 euros, por ejemplo.
Al utilizar estos coches sí que es importante que cumplamos un requisito más: que dejemos el coche con un 20% de batería en el punto de destino final. Siempre tenemos información completa sobre la batería restante así que podremos estar avisados de esa circunstancia. Si dejáramos el coche con menos de esa capacidad los responsables del servicio podrían tener que recurrir a una grua para llevarlo a uno de los puntos de recargo, y en ese caso -lo estipulan las condiciones del servicio- el cargo de la grúa lo asumiría el conductor que ha dejado el coche por debajo del 20% de batería.
Una vez concluido el viaje simplemente tendremos que volver a seguir las instrucciones en pantalla: situar la palanca de cambios en la posición P, echar el freno de mano, subir las ventanillas y, ojo, asegurarnos de salir del coche con todas nuestras pertenencias. Tras eso bastará con sacar la llave del contacto y volver a dejarla al lado de la pantalla del salpicadero para pulsar sobre "finalizar viaje". Al hacerlo podremos salir del coche con cierta celeridad: a los 15 segundos el coche quedará bloqueado -la pantalla auxiliar informativa que da al exterior del parabrisas nos informa de ello- y preparado para la siguiente reserva.
Es también relevante aclarar que cuando usamos car2go lo hacemos con una cobertura automática de un seguro a terceros con franquicia de 500 euros. Si tenemos un accidente y somos culpables tendremos que pagar como máximo esa cantidad -el resto lo asume la empresa- mientras que si el accidente lo tiene la culpa la otra parte será su seguro el que se encargue de reparar los daños del vehículo de car2go que estamos conduciendo. Lo importante, indicaba Orazio Corva, es contactar con el servicio de atención al cliente para que la gestión y la reparación se puedan hacer rápidamente y sin perjuicios para el usuario.
Es por esta razón por lo que es tan importante realizar esa rápida revisión del coche antes de comenzar a usarlo. Como él mismo nos aclaraba, en caso de ser abolladuras o rayajos relativamente pequeños -5 cm- ni siquiera tenemos que avisar, y en otros casos aun avisando de problemas como esas abolladuras o rayajos, aun siendo más grandes, podremos utilizar el coche perfectamente aun cuando demos parte para no tener problemas.
De hecho uno de los problemas que ha afectado a la empresa recientemente ha sido el del vandalismo, con un balance que como comentaban en El Español ha hecho que sesenta coches aparezcan con las lunas rotas. Corva nos confirmaba que aunque hay una investigación en curso no hay aún datos sobre los culpables, aunque en redes sociales algunos grupos de usuarios acusan al segmento del taxi.
Precisamente le preguntábamos a este directivo si car2go se podría considerar como un rival del taxi y nos explicaba que el servicio no está concebido así, sino como una alternativa más que puede ser la adecuada para ciertos usuarios en ciertas situaciones. Para otras -como esos desplazamientos que incluyen paradas algo más prolongadas, o para destinos fuera del anillo de la M30- es evidente que el taxi o el transporte público siguen siendo opciones claras.
¿Puede el carsharing evitar que compremos un coche?
Hace tiempo que venimos hablando de ese intrigante futuro que plantea el transporte tanto urbano como interurbano. El auge del coche eléctrico y los avances que se han realizado en los últimos años en el coche autónomo parecen confirmar que en unos años podríamos asistir a una revolución total en un segmento que lleva más de un siglo sin grandes transformaciones.
La alternativa que plantea car2go es una de las más interesantes en este punto, y de hecho cabe pensar que si se produce la llegada del coche autónomo, este tipo de plataformas podrían reforzar su validez. De momento car2go es una interesante alternativa a otros medios de transporte, y complementa la oferta existente en ciertos escenarios en los que tener un coche a nuestra disposición realmente puede aportar mucho valor.
Sin embargo es difícil pensar que a corto plazo esta u otras alternativas puedan evitar que uno acabe comprando un coche para sus trayectos privados. Las limitaciones en cuanto a autonomía, el coste en caso de un uso prolongado o el hecho de que de momento su cobertura está restringida al anillo de la M30 -eso teóricamente cambiará a medida que el servicio crece- son también importantes, así que hay que considerar a car2go como lo que es ahora: una curiosa, interesante y económica alternativa para movernos por el centro urbano en ciertas situaciones en las que no queremos depender del transporte público, el táxi, las también extendidas bicicletas... o andar, por supuesto.
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