Bosch ha centrado su puesta de largo en el CES 2020 en la inteligencia artificial y sus usos, especialmente aplicados a la conducción. Una de las más llamativas asegura ser capaz de detectar la distracción del conductor y dar la voz de alarma.
Este sistema de monitorización interior incluye cámaras y hace uso de la inteligencia artificial para detectar la actividad de los pasajeros y el conductor con el objetivo de controlar la atención de aquel que lleva las manos en el volante, una medida orientada a ayudar a los conductores a corto plazo – de acuerdo con la firma alemana, este sistema entraría en producción en 2022 – pero también como medida de seguridad para los coches autónomos.
La cámara de este sistema se integra en el volante y su misión es no quitar los ojos del conductor, captando información como la posición de su cabeza, la frecuencia del parpadeo o hacia dónde estamos mirando.
A partir de aquí, Bosch explica que la inteligencia artificial implementada analiza estos movimientos, de modo que interpreta lo que estamos haciendo y cómo de rápido podríamos responder ante un imprevisto. En función de la configuración o del grado de distracción, las alternativas del sistema son avisos de alarma, recomendaciones de descansos o la reducción de la velocidad.
Harald Kroeger de Bosch ha detallado que para entrenar a esta inteligencia artificial se han usado grabaciones de situaciones reales para evaluar el cansancio del conductor en base a la frecuencia del parpadeo o la posición de los párpados.
Este sistema de cámaras no solo controla al conductor, sino también a los pasajeros, de modo que avisa si los niños se han soltado el cinturón o si las posiciones del resto de pasajeros son adecuadas para un correcto funcionamiento del sistema de airbags y cinturones de seguridad.
Un tema interesante relativo a esta monitorización continua es la privacidad. Según Bosch, la información ni se graba ni se transmite a terceros.
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