Cuando el Renault Symbioz apareció en el pasado Salón del Automóvil de Frankfurt 2017 era un cascarón vacío, unos meses después ya es un coche que se adelanta al futuro. Además de llevar a sus ocupantes del punto A al punto B, Renault expresó en el Symbioz cómo será el día de mañana en el que los coches nos lleven desde nuestra casa al destino sin requerir de nuestra interacción gracias a un avanzado sistema de conducción autónoma de nivel 4.
Para lograrlo y dejar de ser una propuesta de salón de un coche que además se integraba con el hogar y su domótica, Renault ha puesto en escena una segunda versión del Symbioz. Un coche plenamente funcional que cumple la promesa realizada por la marca francesa de ser el banco de pruebas que comenzaría un programa de desarrollo real a finales de este mismo año.
Pese a seguir manteniendo los rasgos estéticos del modelo estático presentado en Alemania, ya estamos ante un coche que sigue siendo un prototipo pero que se acerca con vehemencia a lo que debería ser un coche de producción a medio plazo.
En el apartado de motores, esta evolución del Symbioz conserva lo que anunciaron inicialmente, con dos motores eléctricos capaces de desarrollar 680 caballos de potencia y 660 Nm de par motor, cuyas cifras habituales se quedan en 490 CV y 550 Nm para conservar la autonomía aproximada de unos 500 km gracias a unas baterías de 72 kWh que se ampliarán a 100 kWh.
Aunque a decir verdad, esto es lo de menos. Lo más interesante de este coche se encuentra en el cerebro digital que promete el fabricante. Un nuevo paso en la escala de niveles de autonomía.
Adiós conductor, hola autonomía de nivel 4
La segunda versión del Symbioz ya está en marcha, nunca mejor dicho. Las carreteras de Francia han acogido el estreno de este coche y una tecnología lo suficientemente avanzada para sentar las bases de lo que serán las capacidades tecnológicas de los coches de la marca gala en un horizonte marcado para 2023.
Lo que realmente es prometedor en el Symbioz es su nivel 4 de conducción autónoma. A través de múltiples cámaras, sensores y radares, este futurista coche que ya cuenta incluso con matrícula puede conducirse de forma totalmente independiente.
Sus aptitudes tecnológicas lo pretenden posicionar como un coche en el que la interacción del conductor ya no sea necesaria, dejando al conductor como mero ocupante que marca el punto de origen y el de destino antes de comenzar el viaje.
A partir de ahí, este vehículo podrá desenvolverse por sí mismo, aunque de momento Renault sólo ha confirmado hacerlo en autopistas, sin revelar sus capacidades en entornos urbanos y de carreteras secundarias.
Aunque prácticamente todas las marcas ya ofrecen un nivel 2 de conducción autónoma en atascos como el AI Traffic Jam Pilot que se ha introducido incluso en una marca reacia a la automatización como Lamborghini con el Urus, la conducción independiente en ciudad supone uno de los dos grandes retos del vehículo autónomo.
Mantener la circulación autónoma dentro de las ciudades requiere un sistema de procesamiento sumamente desarrollado que sea capaz de asimilar la gran cantidad de factores a tener en cuenta más allá del mero tráfico, como las señales verticales, las luminosas, la señalización horizontal, los peatones o las maniobras imprevistas de los conductores humanos que suponen el mayor impedimento para un correcto funcionamiento de los sistemas autónomos.
Por otro lado está la conducción autónoma en vías secundarias, donde el reconocimiento de la vía es fundamental para mantener la velocidad y la trayectoria apropiada y en donde hay ocasiones en las que no siempre se cuenta con la delimitación lo suficientemente bien marcada como para ser reconocible por las cámaras del vehículo.
La transición del coche: de medio de transporte a extensión del hogar
El laboratorio con ruedas de Renault busca ser una extensión del domicilio de sus ocupantes, así que está dispuesto a hacerles sentir como en el salón de casa para que disfruten de los tiempos de desplazamiento que hasta ahora invertíamos en conducir y que la conducción autónoma convertirá en tiempo libre.
La conectividad del Symbioz es total y podrá comunicarse con los dispositivos electrónicos de la casa. Por ejemplo, 15 y 5 minutos antes de los trayectos programados emite avisos sobre el nivel de carga de las baterías o el estado del tráfico en nuestro camino así como la previsión meteorológica.
Una vez en marcha y conduciéndose solo, el Renault del futuro intentará crear un entorno minimalista y confortable para cuatro ocupantes, envueltos en luces de cortesía y con un interior modulable con mesa incluida para disponer incluso de una mesa sobre la que trabajar, relacionarse o simplemente distraerse con el completo sistema de infoentretenimiento.
El Symbioz es una propuesta real más allá de las promesas
Falta mucho camino aún por andar, pero Renault está dando pasos muy firmes dentro del marco de Alliance 2022, el proyecto de automatización de funciones de Renault, Nissan y Mitsubishi que engloba a este Symbioz.
Por el momento selecto grupo de periodistas ha podido situarse tras los mandos del Renault Symbioz en entornos reales y comprobar algunas de las funcionalidades de un coche que quiere adelantarse al futuro.
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