Es curioso que estemos utilizando cada vez más el término háptico, y sin embargo todavía no está recogido en el diccionario de la Real Academia Española. Sea como fuere, en Xataka ya sabéis a qué nos referimos con esta palabra: se podría definir Háptica como la disciplina que se ocupa del estudio de las sensaciones táctiles.
Los primeros pasos de esta tecnología los conocemos como respuestas vibratorias de los dispositivos que manejamos para aumentar nuestras sensaciones y mejorar la experiencia, sin embargo como bien sabéis muchos de vosotros, ahora mismo se está investigando incluso en la reproducción de sensaciones de relieve sobre pantallas táctiles.
La vibración: la 'háptica' más inmediata
Diría que los primeros dispositivos populares en incorporar la vibración, como elemento para complementar una sensación visual y/o acústica con una sensación táctil, fueron los mandos de control de videojuegos y los teléfonos móviles.
Si no me falla la memoria creo que fue en 1996 cuando Nintendo lanzó aquel complemento llamado Rumble Pack, para insertar en el mando de la Nintendo 64, y tener así vibración, un poco antes que Sony, que modificó el primer mando de la PlayStation, creando el conocido, y ya veterano, DualShock.
La propia vibración, generada por uno o varios pequeños motores eléctricos que oscilan y generan la vibración, puede modularse para transmitirnos diferentes mensajes: desde la intensidad de la vibración, más suave o más fuerte, hasta el ritmo de la misma, duración, desplazamiento de la vibración, etcétera.
Y esto de la vibración también ha llegado hace algunos años a los coches. Y no, no me refiero a que el motor del coche sea ruidoso y tosco, y por su culpa vibre todo el habitáculo, pedales, volante y asiento del conductor incluidos. No, me refiero que los ingenieros de automoción han encontrado útil la tecnología háptica para mejorar la seguridad de la conducción.
Utilizar la vibración en los coches para advertir al conductor
¿Esto de utilizar la vibración para advertir de algo al conductor es algo realmente nuevo? Pues como en tantas otras cosas en los coches, debemos decir que no: los aviones lo tuvieron antes (y así podemos citar tantos otros ejemplos, como los HUD (Head-Up Display), los pilotos automáticos, etc).
En los aviones las palancas de control de piloto y copiloto incorporan un sistema de vibración como alerta roja cuando hay un problema muy grave en el vuelo del avión, normalmente que este entra en pérdida, en otras palabras: por falta de potencia, fallo de motores, falta de sustentación aerodinámica, etc, el avión se cae.
La vibración violenta de la palanca es una advertencia que no puede pasar desapercibida, aunque los pilotos estuvieran distraídos y confiados por estar funcionando el sistema de piloto automático.
Y esto, aplicado y adaptado a los coches, es lo que se pretende: utilizar la vibración para advertir cosas.
Asiento, acelerador, cinturón y volante
Entre los primeros sistemas de vibración que recuerdo se implementaron en coches, está la vibración en el asiento del conductor, en automóviles de Citroën y Peugeot. Este sistema estaba asociado al sistema de alerta de cambio involuntario de carril.
Si el coche pisaba una línea de carril, se avisaba discretamente al conductor con una vibración en la banqueta del asiento, sin alarmas sonoras que alertaran a los pasajeros. Una iteración de este sistema hacía vibrar el lado del asiento correspondiente al lado por el que pisábamos la línea.
Algunos coches han optado también por un pedal del acelerador con vibración, de nuevo para advertir al conductor de ciertas cosas. Se puede utilizar para alertar ante un riesgo de colisión, y que el conductor deje de acelerar, por ejemplo.
Ahora se está extiendo un poco más, en detrimento de los sistemas de asiento, el cinturón háptico, o cinturón con vibración. Por ejemplo Citroën lo ha incorporado al nuevo monovolumen Citroën C4 Picasso, y de hecho tuve ocasión de probar el coche y ver cómo funcionaba.
El módulo de vibración está oculto en el anclaje y sistema de recogido del cinturón, de modo que uno nota la vibración, y a la vez pequeños tirones, a la altura del hombro, donde se apoya la parte alta del cinturón. La vibración se nota claramente, pero no resulta molesta.
De nuevo se usa para advertir de algo, puede estar asociada al sistema anteriormente descrito de cambio de carril, pero también se podría asociar a un sistema de control de distancia de seguridad, por ejemplo, de modo que cuando el conductor no mantiene la distancia y se acerca demasiado al coche que le precede, el sistema le advierte. Además puede combinarse con un sistema de pretensión, que tensa aún más el cinturón, algo así como anticipando el mayor riesgo de colisión por alcance.
Uno de los sistemas de vibración que más se está generalizando es el del volante. Normalmente está asociado al sistema de alerta de cambio involuntario de carril, o al sistema de asistencia de mantenimiento en carril. En el fondo hace lo mismo, si pisamos la línea y nos salimos del carril (sin poner el intermitente, ojo), vibra el volante para llamar nuestra atención.
Normalmente estos sistemas pueden permitir activar o desactivar la alerta por vibración, para esos conductores a los que nos les guste nada, y regular la intensidad de la vibración, a gusto de cada cual.
De hecho se están estudiando iteraciones del sistema de vibración del volante que de más información. Por ejemplo la vibración se puede producir por el lado del volante por el que nos salimos del carril, y hasta se podría utilizar para guiarnos en momentos de muy baja visibilidad o cuando el conductor se queda deslumbrado por el sol, etc. Ya se está experimentando con ello.
La vibración en el volante no solo advierte, también puede despertar a ese conductor que padece somnolencia y que se está durmiendo al volante, asociado también a algún sonido de alarma. Incluso se puede utilizar la vibración para evitar que los conductores se distraigan. Y esto sin duda, es muy útil para evitar accidentes.
Ya se está trabajando con sistemas de reconocimiento facial del conductor, por ejemplo PSA Peugeot Citroën, y también Continental, para monitorizar el grado de concentración del conductor, y en caso de que se distraiga y deje de mirar a la carretera, se puede hacer vibrar el volante para llamarle la atención.
Hay que tener presente, y lo he comentado ya, que en cualquier momento se pueden combinar estos sistemas hápticos, con pequeñas alarmas sonoras, o con pequeñas advertencias visuales, ya sea en la pantalla de información del cuadro de instrumentos, ya sea con LEDs de colores que iluminen el frente del salpicadero o del parabrisas, para reforzar el mensaje o advertencia que se le transmite al conductor (por ejemplo un LED rojo parpadeante para advertir del riesgo de alcance).
Y por supuesto las pantallas táctiles también lo pueden aprovechar
Por supuesto lo que se está investigando en cuanto a háptica en pantallas táctiles, de reproducción de relieves, en smartphones o en tablets, también se puede aplicar a las cada vez más habituales pantallas táctiles que empiezan a incorporarse en los coches, por ejemplo en las consolas centrales.
Una de estas pantallas, como por ejemplo la del Tesla Model S, coche eléctrico que probamos y de cuya consola táctil os hablamos en Xataka, sustituye los botones físicos del equipo de sonido, del navegador GPS, o incluso del climatizador, así como otras funciones.
Pues bien, algunos conductores critican a estas pantallas el hecho de que no aportan ninguna sensación o referencia táctil, y que obligan a desviar la vista, pero con las pantallas táctiles hápticas que podrían llegar dentro de no mucho, sí se podrían tener sensaciones de relieve útiles para detectar y reconocer tal o cual botón sin tener que mirar, solo con el tacto.
Como véis, la tecnología de los gadgets electrónicos no está tan lejos de los coches.
Vídeo | Bosch - YouTube En Xataka | Tesla Model S, a prueba
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