Camuflado con muy, muy poca sutileza de documental sobre el último proyecto de conquista espacial de Elon Musk, este curioso programa de Netflix está levantando polémica desde su llegada la plataforma. Algunos de sus críticos afirman, como esta crítica de 'The Guardian', que no deberían permitirse ejercicios propagandísticos de este calibre en una plataforma de pago. Y no les falta razón.
Vivimos en tiempos en los que es muy complicado trazar la línea entre lo que es autobombo, lo que es publicidad pagada, y lo que es el genuino interés documental. En este caso, el motivo está muy claro: los experimentos para viajar al espacio de Elon Musk, más allá de sus intenciones y resultados, merecen ser observados y documentados. Mucho más si, pese a quien pese, el concepto del viaje parte de una intención pionera.
En este caso, la Inspiration4 es la primera misión tripulada íntegramente por civiles. De hecho, ya el documental plantea dudas que puede generar el viaje cuando Musk es entrevistado al principio del primer episodio: ¿son razonables las críticas a los millonarios emperrados en viajar al espacio (en busca de cierta objetividad, el documental enumera los casos de Jeff Bezos, Richard Branson y el propio Musk) cuando tenemos tantos problemas en nuestro planeta? Musk no duda al responder que todos nuestros recursos deben ir orientados a arreglar la situación en la Tierra, pero con el 1% de la riqueza restante... o dicho de otro modo, "yo con mi dinero hago lo que quiero".
Pero dejando aparte la obvia naturaleza propagandística del proyecto que tiene el documental, ¿es interesante lo que muestra? La mayor parte del tiempo sí, y Netflix ha aprovechado para plantearlo con un atractivo extra: se trata del primer documental en tiempo casi real, y que irá elaborándose, en teoría, según progrese la misión espacial.
Dos capítulos... de momento
De ese modo los dos primeros episodios, disponibles ya en Netflix, son una crónica de los preámbulos a la misión, con la elección de los tripulantes, cuatro civiles escogidos de forma peculiar (y, en cierto sentido, discutible, pero como recuerda Musk... es su dinero). Son el millonario adicto al riesgo Jared Isaacman, una joven que superó un cáncer infantil, el ganador de un sorteo entre todos los que hicieron una donación a un hospital y una artista que consiguió viralizar en Twitter un vídeo para optar al cuarto asiento.
Estos dos primeros capítulos oscilan entre la crónica lacrimógena, para que el espectador compruebe que estos cuatro tripulantes son muy, muy humanos, y la parte genuinamente interesante, no siempre por los motivos que pretende Musk. Hablan a cámara múltiples miembros de SpaceX contando los planes de futuro de la empresa, que busca una humanidad "multiplanetaria": los curiosos sueños de trascendencia se mezclan con la ambición galáctica de los dos multimillonarios retratados y los sueños casi de poesía a ras de suelo de los civiles implicados de rebote en el proyecto. El documental hace un curiosísimo y fascinante mosaico de personalidades que quizás sea una fidedigna instantánea del futuro de los viajes espaciales.
Todo ello lo va a emitir Netflix con una cadencia poco habitual: dos episodios ahora, otros dos dentro de una semana retratando la preparación física y psicológica que han tenido que seguir estos astronautas novatos. El 15 de septiembre tendrá lugar el despegue del Inspiration4, que se podrá seguir en directo desde el canal de Youtube de Netflix. Y el 30 de septiembre, un quinto y último capítulo analizando el resultado de la misión. Una estructura singular para un experimento que roza lo transmedia.
Aunque a veces el documental se zambulle en un mero catálogo de logros transhumanistas de SpaceX, 'Cuenta atrás: La misión espacial Inspiration4' tiene sin duda elementos de sobra para el espectador casual interesado en los viajes espaciales, analizados desde una perspectiva asequible y sencilla. Explica, por ejemplo, por qué el Inspiration4 va a orbitar la Tierra a más distancia de la habitual. Si somos capaces de pasar por alto que el documental blanquea cosas como que Jared ha comprado su asiento, es un efectivo primer vistazo a una misión que podría cambiar los viajes aerospaciales... aunque sea desde el punto de vista empresarial.
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