'Juego de Tronos' y el festín de Daenerys: analizamos el momento más polémico de la última temporada de la serie

Estamos ante la que probablemente sea la temporada más polémica de 'Juego de Tronos'. Pocos episodios ha habido en los que no hayamos tenido alguna controversia por algún aspecto... y 'Las campanas', el último emitido hasta el momento, no podía ser menos.

El episodio dedicado al asalto a Desembarco del Rey era uno de los más esperados de la temporada. Tras verlo, las redes, espectadores y expertos no han tardado a poner el grito en el cielo con posiciones muy encontradas. En un solo momento, Daenerys ha pasado de ser el personaje más alabado de 'Juego de Tronos' al más odiado pero, ¿con razón?

Por supuesto, a partir de aquí, hablamos con SPOILERS.

Un episodio con sangre y batallas en el que todo parecía ir bien hasta que nuetra querida Daenerys Targaryen ha decidido ir más allá. La gran controversia en torno a 'Las Campanas' viene de la mano de Daenerys y cómo repentinamente decide ir en modo fuego y sangre total destruyendo toda Desembarco del Rey a lomos de su dragón.

Y todos nos hemos quedado con cara de "¿¡Pero qué hace, señora!?"

El momento temido por muchos como el peor escenario posible cada vez que se hablaba en la serie de la toma de la capital de los Siete Reinos se ha hecho realidad y esto ha supuesto un problema. Pero ¿qué problema exactamente?, ¿nos encontramos con una traición al personaje o un guion chapucero?, ¿era el final que nos negábamos a reconocer que pasaría o ha salido de la nada?

Así lo justifican los guionistas de 'Juego de Tronos'

En el "Dentro del episodio" correspondiente al quinto episodio de la octava temporada de 'Juego de Tronos', David Benioff y D.B. Weiss intentan justificar este arco de personaje de Daenerys apelando a dos factores: su frialdad hacia los enemigos y la gente que la traiciona y el proceso de aislamiento y pérdida de seres queridos de los últimos episodios, según Benioff:

"Dany es un persona increíblemente fuerte que también ha tenido amistades y asesores muy cercanas durante toda la serie. Ves a esa gente que han sido los más cercanos a ella durante tanto tiempo y casi todos o la han traicionado o muerto, y ella está muy sola. Y sentirse así de aislada es una cosa peligrosa para alguien con tanto poder. Al final, cuando ella más necesita guía y ese tipo de consejos y amistades, no están. [...]

Si las circunstancias hubieran sido diferentes, no creo que viéramos este lado de Dany. Si Cersei no la hubiera traicionado, si no hubiera ejecutado a Missandei, si Jon no le hubiera contado la verdad, si todo esto hubiera pasado de forma diferente, entonces no hubiéramos visto este lado de Daenerys Targaryen."

Por otro lado, Weiss explica lo que hizo click en la mente de Daenerys:

"No creo que planificara que iba a hacer lo que hizo... y entonces ella ve la Fortaleza Roja, que es para ella el hogar que su familia construyó la primera vez que vinieron al país hace 300 años. Es en ese momento, en las murallas de Desembarco del Rey, cuando mira ese símbolo de todo lo que se le ha arrebatado, cuando toma la decisión de hacerlo personal"

Personalmente creo que, si bien la explicación es visible en la serie, no sé yo hasta qué punto está bien ejecutado este proceso mental. Entiendo perfectamente el modo genocida de la beligerante reina dragón pero no me esperaba esta matanza tan repentina y desigual.

Qué opinan los expertos

En Xataka hemos hablado con diferentes críticos y expertos para analizar este paso al "lado oscuro" de Dany. Ángela Blanco, responsable de vídeo de Webedia y una de las presentadoras del podcast Oh My GOT! (cada lunes en Youtube y plataformas de podcasts) está de acuerdo con esta visión del arco de Daenerys planteada por los guionistas, lo que no está tanto es en lo repentino del asunto:

"A mi me encaja totalmente lo que ha pasado con Daenerys, creo que durante toda la temporada se ha entrevisto que se estaba quedando aislada, ya que todas sus relaciones sentimentales y amistades se iban rompiendo o desapareciendo. Que, después de eso, opte por pasar a todos a la parrilla es lo normal en su personalidad, primero porque no deja de ser hija del rey loco, y segundo porque ella cree que su destino es gobernar y si no lo puede hacer como una reina amada cree que DEBE hacerlo como una líder temida.

Eso sí, creo que esto, al igual que el resto de las tramas de esta temporada, ha sucedido de una manera muy prematura y me parece que los espectadores habríamos necesitado más tiempo para que esta transformación del personaje nos resultara más natural."

Esto es algo en lo que más o menos está de acuerdo Raquel Rodríguez, su compañera de podcast y directora de Vitónica, que también ve apresurado el giro a la locura de Daenerys a pesar de haber precedentes de sobra:

"Por un lado los guionistas nos llevan avisando desde hace tiempo de que Daenerys podría tener ese giro: lo único que le ayudaba a tomar decisiones acertadas era el consejo que tenía alrededor y el hecho de fiarse de ellos. Ahora que ya no tiene ese consejo, toma decisiones por ella misma, sin atender a lo que los demás le dicen, y estas decisiones están siendo poco menos que catastróficas (de momento para el pueblo; pero supongo que también lo serán para ella).

Por otro lado, creo que han apresurado el “giro a la locura” de Daenerys. Es cierto que desde que chamuscó a los Tarley ya hubo gente que dijo “quizás esto ha sido un poco precipitado”, pero ha sido en los últimos capítulos cuando ese giro se ha hecho patente. Al final, ha perdido a todos los que tenía a su alrededor. Y no hay nada más peligroso que alguien que no tiene ya nada que perder."

Todo lo contrario opina Fernando Siles, aka Kalimero, el analista de 'Juego de Tronos' en esta santa casa. Para él, lo de Dany va en la sangre y nos hemos encontrado con un gran caso de choque entre lo que esperamos como amantes de la serie y lo que responde mejor al personaje:

"Ni apresurado, ni improvisado, ni traición al personaje. Creo que la polémica tiene que ver más con un expectativas vs. realidad. Lo de Daenerys va en la sangre y desde la primera temporada hemos visto destellos de ese dragón adormilado. Sólo había que llevarla al límite para que el dragón se despertara definitivamente y ella abrazara su autentica naturaleza como tantos Targaryen hicieron antes que ella. Y creo sinceramente que D&Ds la han llevado al límite con inteligencia desde el mismo inicio de esta temporada e incluso un poco antes.

Claro que no nos gusta ver a Daenerys masacrar Desembarco del Rey y segar decenas de miles de vidas más o menos inocentes (¿Cómo podría?) y creo que a los creadores tampoco, por eso desde que suenan las campanas y vuelve a alzar el vuelo para realizar el genocidio no volvemos a tener un plano cercano de ella, pero parafraseando a Ramsay Bolton, "si pensabas que esto tiene un final feliz, es que no has estado prestando atención". Y así debe ser. Cualquier otra cosa si que sería una traición. Ahora bien, como os digo una cosa os digo la otra: como le toque un pelo a Arya, la rajo".

Por otro lado, Pere Solà Gimferrer, crítico de La Vanguardia, se pregunta a qué es debida la traición al espíritu de la serie de cocer tramas y personajes a fuego lento:

"Cualquier persona familiarizada con la narrativa de Daenerys comenzada por G.R.R. Martin podía esperar que en algún momento se convirtiera en el arma incendiaria del último episodio. Otra cosa es que, después de crear un personaje icónico, cercano y rico en matices, esta transición definitiva de la Daenerys cuerda a la Daenerys desatada sea precipitada. Tanto dibujar el personaje con esmero durante las primeras temporadas para acabar escribiendo una rápida elipsis de su estado mental: una mirada al vacío con maquillaje pálido y debemos intuir que ha perdido el equilibrio y el juicio.

No, David Benioff y D.B. Weiss, no. ¿Qué pasa con lo de cocer los personajes a fuego lento? ¿Desaparecen las novelas de G.R.R. Martin y de repente sólo os movéis a trompicones? De repente colocarnos a Varys diciendo que Daenerys podría estar loca y no ser una buena reina (con una defensa muy machista de Jon Snow como candidato al Trono de Hierro) no es lo mismo que desarrollar el personaje."

Por último Víctor López, editor y crítico de la serie en Espinof, tilda de efectista el giro de este episodio, aunque se encuentra entre los que si bien no cree que es una "traición al personaje" en la práctica ha resultado una chapuza:

"David Benioff, Dan Weiss y George R.R. Martin —al César lo que es del César— llevan dándonos pistas sobre la conversión de heroína a villana de la Targaryen y sobre su particular gusto por la sangre desde la primera temporada. La hemos visto ejecutar a decenas de personajes sin despeinarse, fuego mediante, en numerosos episodios, siendo sus consejeros —desde Jorah a Tyrion, pasando por Barristan Selmy— quienes lograron calmar su sed de venganza... hasta que sucedió lo inevitable.

Dany ya avisó de que su intención no era “parar la rueda”, sino romperla, y en ‘Las campanas’ lo ha hecho por todo lo alto, dando una puñalada en el pecho a todos los espectadores tras abrirles los ojos con un —¿último?— gran giro que revela que la serie estrella de HBO nos ha hecho seguir las aventuras y desventuras de una joven idealista en su camino hacia la tiranía.

Después de todo, esta es la esencia de ‘Juego de tronos’: jugar con las expectativas del respetable para después romperle los esquemas y dejarle lo más destrozado posible. Lo vimos con la muerte de Ned Stark, lo sufrimos con la terrorífica Boda Roja —yo aún sigo sin haberlo digerido del todo—, y lo hemos experimentado por última vez con la destrucción de Desembarco del Rey a manos de Daenerys."

Sobre qué es lo que falla exactamente, Víctor va al grano: el pisar a tope el acelerador puede que no haya sido tan buena idea para cerrar la serie.

"¿Por qué en esta ocasión no ha funcionado tan bien como cabría esperar a juzgar por ejemplos anteriores? En primera instancia porque el impacto de ‘Las campanas’ no está concentrado en la revelación misma, sino que queda sepultado por el espectáculo audiovisual y por la sensación de estar ante uno de esos plot twists de tercer acto que buscan sorprender a cualquier precio.

Esto, lejos de ser un problema de la trama —a la que no pueden ponerse demasiadas pegas—, alude la aceleradísima narrativa que se ha impuesto en esta octava temporada. El arco de Daenerys ha dado un giro muy brusco en cosa de una hora de metraje, sin esa progresión a fuego lento a la que nos tenía acostumbrados ‘Juego de tronos’, y esto, en última instancia, se ha traducido en una supresión de la credibilidad que ha preferido optar por el shock facilón en detrimento de la verosimilitud.

Cien por cien efectista, pero mucho menos efectivo de lo que me hubiese gustado."

Finalmente, si le preguntan a un servidor, yo creo que está bastante mejor ejecutado de lo que parece. Es chocante, sí, pero también lo son tantos momentos de la serie... y este creo que llevaba tiempo pululando que no he echado en falta una mayor anticipación del momento.

Siempre ha habido un temor de que Daenerys terminase gobernando sobre un campo de ceniza, y durante años hemos visto su lado más sádico (encierros de por vida, crucifixiones masivas, quemas públicas...) por lo que esto es otra más. Espectacular, espantosa, terrible y algo inesperada... pero otra.

Ahora hay qué ver el día después, el qué pasará en un sexto episodio en el que cualquier cosa puede pasar. Y, sin duda, volveremos a la polémica. ¿Todo este viaje habrá valido la pena o la serie se ha estropeado? El tiempo lo dirá.

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