Los resultados financieros que Netflix presentó hace unas horas nos han permitido conocer el estado de salud de un servicio que sigue creciendo como la espuma y que ya cuenta con 139 millones de suscriptores en todo el mundo.
En ese informe, no obstante, hubo una observación especialmente relevante de los responsables de Netflix, que confesaron que "competimos (y perdemos) más con Fortnite que con HBO". La guerra no es la de conseguir superar a sus rivales en el streaming de vídeo. La guerra es la de conseguir nuestra atención.
Netflix quiere que pases todo tu tiempo libre en Netflix
Hubo un tiempo en el que la televisión dominaba el entretenimiento casero. Para quienes vivimos el monopolio de RTVE y una oferta en la que los dos canales (¿os acordáis de aquello del UHF?) la llegada de nuevos canales y posteriormente de ofertas como Canal+ supuso un punto de inflexión que hizo que la oferta fuera mayor (¿y mejor?) que nunca.
Nuestra atención se repartía entre esos canales, que trataban de ofrecer sus propias propuestas con contenidos orientados a distintos nichos de mercados. No tenían demasiada competencia en otros sectores, pero entonces llegaron los ordenadores de 8 bits, luego las consolas y, por último el móvil y la tableta.
Estos dispositivos se convirtieron no obstante en los mejores aliados de los nuevos protagonistas de los contenidos audiovisuales: ya no tenías que estar frente a un televisor para disfrutar de la última serie o película: servicios como Netflix supieron ver que el móvil lo iba a cambiar todo, y se han subido a ese carro con una propuesta que sigue creciendo pero que ahora ya no está ni mucho menos sola.
De hecho los propios responsables de Netflix lo reconocían en ese informe de resultados financieros destacando cómo para ellos la competencia no estaba tanto en HBO y otros competidores de su sector específico: la competencia está en Fortnite y esa otra actividad que reclama la atención de millones de usuarios cada día: los videojuegos.
Los videojuegos son el rival a batir
Cada vez jugamos más. Es algo que todas las encuestas revelan desde hace años. Un estudio de julio de 2017 mencionado en The Washington Post muestra cómo por ejemplo en Estados Unidos el tiempo que los usuarios pasan jugando ha aumentado de los 10 minutos al día de media en 2003 a los 15 minutos de media en 2016.
Un 50% más, y la tendencia no cesa. En aquel estudio había otro dato interesante: al descartar a los que no juegan a videojuegos o a juegos de mesa (la encuesta no diferenciaba a unos u otros), quien dedica su tiempo a esta actividad pasaba en 2016 una media de más de dos horas al día jugando. Esas dos horas son las que Netflix querría que le dedicasen a ella.
Sería interesante saber cuáles son los datos actualizados, pero todo apunta a que esas cifras han subido con fenómenos como Pokemon Go o sobre todo Fortnite, el fenómeno global que nos conquistó a 2018 y que desde luego marcó un antes y después en un segmento que hace tiempo que le lleva ganando la partida a los contenidos televisivos.
Lo dejaban también claro en un estudio conjunto de SuperData Research y Unity Technologies ya en 2016. Lo contaban en VentureBeat, donde recogían las declaraciones de John Cheng, presidente de Unity Technologises y que comentaba que "los jugadores están instalando más aplicaciones que nunca y están más enganchados a los juegos móviles que a la televisión y el vídeo online. Juegan seis días a la semana y ven contenidos solo cinco".
En Netflix parecen reconocer esa realidad, y tienen claro que en esa batalla por nuestra atención el rival a batir probablemente no es HBO, Amazon o los futuros servicios de Disney o Apple: el rival a batir es el mundo de los videojuegos, que les está robando a muchos potenciales clientes.
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