Vaya por delante una obviedad que en principio no haría falta especificar, pero nunca se sabe: no es un problema que exista la ciencia-ficción familiar o para todos los públicos. Las películas de Marvel o 'Star Wars' pertenecen a una tradición que nos ha brindado grandes clásicos del género: dentro de esas dos mismas franquicias, de hecho, hay unos cuantos ejemplos de grandes películas, y está bien que así sea.
Tampoco es un problema que, sistemáticamente, el cine de ciencia-ficción familiar encadene un éxito detrás de otro. Está diseñado para eso. Y aunque a veces a las grandes franquicias se les notan los resortes de productos generados en despachos, por sí mismas no deberían suponer una amenaza para el género. 'Doctor Who' es ciencia-ficción familiar, como lo son las películas de LEGO, 'Cariño, he encogido a los niños', 'ET el extraterrestre', 'El gigante de hierro' y un montón de películas de Pixar como 'Wall-E' o 'Los Increíbles'. Clásicos y más clásicos.
El problema es que hay una línea muy fina entre el bruto que te pega un empujón de broma y te deja turulato en el patio de colegio y el genuino abusón que va a hacer sangre. El drama viene cuando esa ciencia-ficción familiar es tan abrumadoramente exitosa que devora al resto del género. Porque nadie quiere ver ni producir otra cosa.
Al fin y al cabo tiene sentido desde el punto de vista de las productoras: ¿por qué Disney va a querer hacer películas R -solo para mayores de edad- si moderando la violencia, los contenidos controvertidos y limando las asperezas de guiones para que gusten a todo el mundo, mayores y pequeños, obtiene mucho más éxito? Desde un punto de vista industrial, es lógico. Desde un punto de vista creativo, tiene sus problemas.
Gran ciencia-ficción pequeña
Siempre va a haber producciones independientes que tomen riesgos. No nos van a faltar películas como 'Ex Machina', 'Coherence', 'El infinito', la española 'El hoyo', 'Melanie. The Girl with All the Gifts', 'Vivarium' o 'The Vast of Night'. Películas de tamaño entre mediano y minúsculo que se atreven a ir más allá en lo atrevido de sus propuestas. La televisión es un estupendo campo de pruebas para la ciencia-ficción más arriesgada, a veces incluso con presupuestos muy generosos, como hemos visto en 'Westworld', 'See', 'Counterpart' o la próxima 'Fundación', por mencionar solo una pequeña muestra.
Pero el cine mainstream está algo más estancado en el apartado creativo de la ciencia-ficción, abrumado por la concatenación de fases sucesivas de Marvel y DC, secuelas -fallidas o no- de 'Star Wars' y franquicias como el Monsterverso de Kong y Godzilla apuntalando narrativas de espectáculo mastodóntico y para todos los públicos. Es una pena, porque de este modo solo encuentra acomodo la ciencia-ficción más adulta y menos orientada al espectáculo puro cuando viene respaldada por nombres de eficacia comprobada en taquilla, como Christopher Nolan o Denis Villeneuve.
En estas circunstancias llega 'Reminiscencia', una película que también tiene un nombre relativamente conocido detrás, el de Lisa Joy. Es su debut como directora y guionista en el cine, pero su fama viene de su papel como productora, showrunner (y directora y guionista ocasional) de la serie 'Westworld', uno de los productos más ambiciosos y prestigiosos de ola HBO post-'Juego de tronos'.
Warner confió en ella para esta producción de género que, como 'Westworld', tiene más reflexión que acción, pero no ha tenido suerte en taquilla. De hecho, su debacle ha sido espectacular: se ha convertido en el peor estreno de todos los tiempos para una cinta lanzada en más de 3000 cines. Dicho de otra forma, en su primer fin de semana recaudó 2 millones de dólares en 3265 salas, unos escasos 612 dólares por cine. Con 68 millones de dólares de presupuesto, las cuentas están lejos de salir.
Encontrar culpables es una tarea tremendamente compleja: la situación es aún complicada en Estados Unidos, la fecha de estreno en pleno agosto no es la más atractiva y, por supuesto, está la política de Warner de que todos sus estrenos pasen a la vez por salas y HBO Max. Una política que cada vez está encontrando más detractores, tanto fuera de Warner (Sony y la MPA fueron las últimas compañías que se posicionaron de forma crítica) como dentro (así lo han manifestado recientemente tanto Denis Villeneuve como Patty Jenkins). Es una estrategia que aún no está claro que resulte positivo para la taquilla.
Un fracaso inmerecido para una ciencia-ficción distinta
La película de Lisa Joy no es perfecta, y ni siquiera es especialmente original, pero no se merecía la debacle en taquilla. Plantea una aproximación a la ciencia-ficción que en los ochenta y noventa era más habitual, pero que debido al dominio de la ciencia-ficción espectáculo que relatábamos más arriba, se coloca más cerca del cine independiente que de la producción de gran estudio que es en realidad.
En ella conoceremos a Nick Bannister (Hugh Jackman), que lleva un negocio de recuperación de recuerdos. Con su socia Watts (Thandiwe Newton) indaga en la memoria de sus clientes y reviven los momentos del pasado que estos desean. Hasta que una nueva cliente (Rebecca Ferguson) se presenta para recuperar unas llaves extraviadas e inicia una complicada relación con Bannister.
'Reminiscencia' pulsa muchas teclas del género noir, y lo hace jugueteando con los tópicos pasados de moda y reformulándolos en ese excelente escenario que es la Miami del futuro, medio inundada a causa del cambio climático: la femme fatale de Rebecca Ferguson, el punto de partida del objeto perdido, las interacciones tanto con la policía como con los bajos fondos, las dobles y triples traiciones, la propia ciudad como escenario con personalidad y que suscita un interesante trasfondo de comentario social...
Es obvio que 'Reminiscencia' bebe de películas como 'Blade Runner', que ya impusieron el tópico de mezclar el cine de detectives hard-boiled, gabardina y despacho costroso incluido, con conceptos de ciencia-ficción y basándose en clásicos de culto como 'Lemmy contra Alphaville' o 'Soylent Green'. En la literatura de género el cyberpunk reforzó esa idea con obras clásicas como 'Neuromante', y a lo largo de un par de décadas, películas como 'Brazil', 'Dark City', 'Gattaca' o 'Nivel 13' incidieron en ello.
Esa ambientación por sí sola justifica el viaje al mundo de 'Reminiscencia'. Pese a excesos que rozan la caricatura involuntaria (hacer que Ferguson trabaje como cantante de jazz en un night club es forzar un poco la maquinaria), la mencionada ciudad de Miami y el estilo apacible de investigación que se desenvuelve ante el espectador tiene un tono anti-espectacular muy estimable. Un reparto perfecto (especialmente ellas) hace el resto.
'Reminiscencia' está lejos de la perfección. Además de que el neo-noir es un ambiente estimulante pero que lleva al guión demasiado a menudo a tontear con los tópicos, la escritura de Lisa Joy no siempre es todo lo afilada que debería. La película tarda en arrancar y absolutamente toda la acción está subrayada por una plomiza y sobreexplicativa voz en off de Hugh Jackman, que no deja ni uno solo de los temas de la película sin tratar.
Pese a todo, es una película que presenta una atmósfera y un desarrollo alternativos a la fábrica de salchichas de Hollywood, y habría merecido mejor suerte. Por desgracia, la reivindicación tardía no va a salvar su taquilla, pero sería una pena que sus virtudes se perdieran difuminados entre mastodónticas adaptaciones de clásicos, space operas familiares y sagas superheroicas clónicas entre sí.
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