A estas alturas, no tiene nada de desafiante agarrar las creaciones de Howard Phillips Lovecraft por los tentáculos y darles una visión personal. De hecho, en vida del autor norteamericano, su creaciones ya eran pasto de refritos y reformulaciones con el visto bueno del autor, ya que algunos ilustres contemporáneos como Robert Bloch, August Derleth o Clark Ashton Smith se encargaron de dar vueltas a los maleables monstruos cósmicos originales. De hecho, el concepto que tenemos actualmente de los Mitos, mediatizado por el éxito del juego de 'La llamada de Cthulhu', perfectamente organizados en un panteón de Primigenios, se produjo a manos de Derleth y tras la muerte de Lovecraft.
Por decirlo de otro modo: ya desde su origen, los Mitos eran pastos de fan-fictions consentidas por su creador original, que no tenía la menor intención de poner orden en su fauna, y que simplemente calzaba aquí y allá el Necronomicon y nombres recurrentes como Cthulhu, Yog-Sothoth o Nyarlathotep por pura diversión y sin ánimo de establecer un canon. Una obra como la novela 'Territorio Lovecraft' de Matt Ruff, de 2016, no habría disgustado a Lovecraft por su reinterpretación los Mitos. Quizás sí lo habría hecho algo más por su talante abiertamente politizado y antirracista.
El racismo de Lovecraft es una característica del autor que hoy nadie pone en duda y que cada lector debe afrontar como buenamente pueda. Hay quien aduce que era la época y las circunstancias vitales que le tocaron vivir: un caballero chapado a la antigua, con un carácter y una historia familiar muy particulares, y que además vivió los años veinte, un punto histórico en el que el viejo mundo se desmoronaba a su alrededor, con avances sociales cada vez más marcados y, a la vez, se aprobaban leyes que impedían la entrada al país a mexicanos, japoneses o inmigrantes europeos. Hay quien argumenta que en sus últimos años de vida Lovecraft se dio cuenta de las implicaciones de las ideas que defendió durante toda su vida y se retractó. Y por supuesto, tenemos la posición de que las obras artísticas hay que entenderlas y juzgarlas sin que influya lo que nos pueda parecer su autor.
El problema con Lovecraft es que el racismo es endémico a su literatura: empezando por cuentos muy específicos, como el nada disimuladamente xenófobo 'El horror de Red Hook', el poema 'Sobre la creación de los negros' -citado en este primer episodio de 'Territorio Lovecraft'- o el algo más metafórico pero también muy descarado 'La sombra sobre Innsmouth' hablen de razas ajenas a la pureza blanca que amenazan la Humanidad con su tendencia al mestizaje. Es decir, que Lovecraft fue muy amigo de escribir versiones con escamas de 'esos negros que vienen a robar a nuestras propiedades y a llevarse a nuestras mujeres'.

Y más allá de ejemplos tan específicos, si nos vamos a historias más cósmicas, hay cierto supremacismo y clasismo inherente en las historias de civilizaciones perdidas en el albor de los tiempos. Y, sobre todo, un tic racista muy definitorio cuando sus personajes, blancos y protestantes, expresaban un miedo teñido de repugnancia a lo desconocido, a lo que viene de fuera. Por mucho que en sus relatos estos miedos tomen ignominiosa forma de colosos de origen extraterrestre. Recordemos que la cita más insistentemente repetida del autor es "La emoción más fuerte y antigua de la humanidad es el miedo, y el más fuerte y antiguo tipo de miedo es el miedo a lo desconocido". O a lo diferente, podría haber añadido.
Aún así, desde aquí creemos que es sencillo defender a Lovecraft como esteta del miedo, como creador de un estilo novísimo de enfocar la literatura de terror -el horror cósmico- y como fabricante de un lienzo sugestivo y abierto a infinitas variaciones en el que autores posteriores pueden inspirarse para sus propias creaciones. Ese es el motivo por el que la novela de Ruff y la serie para HBO que se inspira en ella pueden a la vez funcionar como críticas del racismo consustancial a la narrativa de Lovecraft, y relatos orgullosamente lovecraftianos.
'Territorio Lovecraft': El libro verde de Abdul Alhazred

Este primer capítulo de la serie de HBO sigue escrupulosamente el arranque del libro, al que permanecerá fiel en sucesivos capítulos: la novela está compuesta de una serie de cuentos extensos que rozan casi la condición de novelas cortas, y que van narrando la historia desde distintos puntos de vista, y la serie adquirirá también cierto tono de antología unida por un hilo argumental. Nuestros protagonistas son el ex-soldado Atticus, su tío George y su amiga Leti, que emprenden un viaje por la zona racialmente más conflictiva de Nueva Inglaterra (escenario de tantas historias de Lovecraft) en busca del padre del primero y hermano del segundo. Tienen una sola pista: posiblemente esté en Ardham (que no Arkham), una zona que no aparece en los mapas.
La historia, pues, recuerda a aquella cosa olvidable y ganadora de algunos Oscars de hace unos años, 'Green Book'. De hecho, George es autor de una de esas guías de viajes para negros que iban detallando comercios, hoteles y restaurantes donde un viajero afroamericano podía comer y alojarse sin miedo a represalias en un país donde la segregación estaba a la orden del día. Se dirá constantemente con respecto a la serie: lo más terrorífico de esta historia no son los monstruos, y es cierto. Las 'sundown towns' aquí descritas, pueblos donde no podían permanecer los afroamericanos tras el anochecer, son historia muy reciente del racismo consentido por las leyes.

Sin duda, uno de los aspectos más interesantes de la serie, extraído directamente del libro original y sin necesidad de subrayados, es que ese miedo a lo desconocido de los héroes lovecraftianos es aplicable también desde el otro lado de la barrera. Aquí lo desconocido son monstruos que acechan en un bosque sumido en la oscuridad, pero también la posibilidad de que cualquier policía sea un racista dispuesto a disparar antes de preguntar. En 'Territorio Lovecraft' los peligros de la segregación a veces son explícitos pero también, muy a menudo, son sencillamente una sensación de amenaza latente que se respira en la precaución con la que hablan los personajes, en su confianza en otros afroamericanos para prestarse apoyo o en la mirada triste con la que contemplan los vestigios de un pasado esclavista.
La famosa locura que atenaza a los personajes de Lovecraft y que se desencadena cuando son testigos de una aparición más allá de los límites de la lógica se plasma aquí en la mirada temerosa de los protagonistas cuando son conscientes de que cualquier ley puede ser retorcida para perjudicarles, o un simple almuerzo en una cafetería puede transformarse en una huída desesperada para conservar la vida. Las lenguas guturales o los comportamientos excéntricos que en Lovecraft dejan entrever racismo indisimulado o miedo a la diferencia aquí adquieren tintes paradójicamente más universales, abstractos y sin fronteras: es el miedo a que alguien más poderoso o numeroso se aproveche de la inferioridad de los más débiles.
Espíritu pulp para días extraños
A diferencia de 'Watchmen', una serie con la que 'Territorio Lovecraft' tiene, obviamente, mucho en común (solo hay que recordar la reformulación de la masacre de Tulsa con la que empezaba el primer capítulo), esta producción, sin embargo, no pierde de vista en ningún momento que está tratando con seres colosales de otras dimensiones y -entre otras cosas- sectas de oscuras intenciones y casas encantadas por fantasmas racistas. Los guiños a la cultura popular son constantes y afectuosos, y es la mejor prueba de que la colleja a Lovecraft se propina sabiendo muy bien qué es lo que todavía pueden aportarnos sus relatos.
Y no solo Lovecraft: la cultura popular sirve para configurar sueños, temores y metáforas de los protagonistas. El capítulo arranca con un loquísimo homenaje a Jackie Robinson, primer jugador negro de béisbol en participar en las Ligas Mayores. Se menciona explícitamente 'Una princesa de Marte', el clásico pulp de Edgar Rice Burroughs que inspiró 'John Carter', junto a títulos de Ray Bradbury o nada menos que 'Drácula' de Bram Stoker. Y por supuesto, hay explícitas referencias a criaturas lovecraftianas.

'Territorio Lovecraft' no está dirigida al devoto de Lovecrat sin cintura suficiente como para tolerar que la historia ajuste cuentas con su héroe. Pero, al estilo de 'Déjame salir' o 'Nosotros', parábolas antirracistas del también productor de la serie Jordan Peele, la nueva serie de HBO rebosa devoción por las narrativas de baja estofa que al propio caballero de Providence le gustaban regular. Si mantiene el tono y la calidad de este primer episodio, sin duda estamos ante una de las series fantásticas del año. Una que derriba algún mito para, a partir de esas ruinas, construir otros muchos.
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33 comentarios
danterivasrios
Es un asco el nulo respeto que demuestran por la obra del genio de Providence, Lovecraft estará revolcándose en su tumba, yo estoy vomitando sobre HBO, por hacer este bodrio, es deber mostrar respeto por los autores clásicos.
lenkin
No tiendo.. como la serie esta en contra del racismo ya no quereis verla?? Spain is diferent pero en el mal sentido.
Mr.Floppy
Estreno bastante potente. Me daba algo de repelús Jordan Peele, pero de momento bastante satisfecho.
Es un cliché, pero sí, en esta ocasión da más miedo el ser humano.
A ver qué tal continúa, porque por el avance de la temporada entera me ha venido a la mente cierto aire a True Blood, que puede ser bueno... o malo.
gabriellandaulet
Criticar el punto de vista de una persona que vivió hace un siglo según los estándares actuales me parece muy cínico. Pero bueno, siendo Jordan Peele no me sorprende. Quizás dentro de otro siglo se le acuse a él de racismo por negarse a rodar con protagonistas caucásicos.
Por mi parte, no leo a Lovecraft por ser o no racista. Lo leo, como todos, por la genialidad que rezuma su obra, por cambiar para siempre el género del terror. Tanto HBO como el autor del libro han aprovechado el tirón del nombre para hacer lo que les ha dado la gana. Y están en su derecho, pero yo no caeré en su clickbait.
dark.tron
Jordan Peele? pasando.
Usuario desactivado
Me tragué la serie de "Watchmen" donde precísamente la parte más floja era la más "políticamente correcta". Aparte de que no pegaba ni con cola. Sabiéndolo de antemano, no voy a picar otra vez. Qué pesadilla, y no lovecraftiana precísamente.
InternetMouse
Puta mierda! hay dos personajes con género definido en lugar de ser fluído!!!!
LEs protagonistEs deberían ser lesbianas transexuales hermafroditas con sobrepeso, embarazadas, madres solteras y con sida.
Alcs
Pues a mi me gusto y estoy esperando al siguiente capitulo. La fotografía tiene un estilo antiguo y seguro es que se jodio mi tv que hasta el audio se el escucha medio análogo. La vi en la app.
sakurahime
Santouryu, la reinterpretación de las obras literarias, teatrales, cinematográficas, etc. para darles un enfoque revolucionario, feminista, antiracista, ecologista, antiamericano, etc. afecta sobre todo a las obras que tienen la capacidad de trascender a su lugar y a su tiempo, es decir, a las obras que merecen llamarse clásicos. Nuestro Howard Phillips ya ha alcanzado el status de clásico y eso debe alegrarnos.
pableras
Una cosa es la llamada de Cthulhu y otra los mitos de Cthulhu. La primera es obra de Lovecraft y la segunda del círculo Lovecraft. Pero era un grupo organizado, no era " pasto de".
Por otro lado, es un error juzgar a personajes de otra época bajo el prisma actual. Y además, suelen ser juicios sacados de contexto. No sé puede valorar la actitud o sentimiento de una única persona sin narrar la sociedad en la que se vivía.
Dicho esto, me he visto el primer capítulo y a ver qué tal está el segundo. La serie tiene potencial, pero yo veo las series para que me entretengan, las consumo en mi tiempo de ocio y, como tal, quiero que cumplan una función concreta. Acepto un primer capítulo un poco "machacón" si esto sirve como introducción a la historia que voy a ver. Si se convierte en el enésimo panfleto moralista y concienciador, y me repiten lo mismo capítulo tras capítulo, lo mandaré a paseo sin ningún problema.
damgfer
¿Es otra serie que solo tiene proselitismo machacón o merece la pena verla?
kesho99
El arranque ha sido excelente, manejando impecablemente la diferencia entre la mitología aún apasionante y el hombre bastante fallido que fue Lovecraft. Y de sus contemporáneos y sucesores, de los que he leído Derleth (qué fue el mayor difusor de la obra de Lovecraft) es el que menos me gusta porque encasilla los horrores cósmicos que para Lovecraft siempre fueron amorales e indiferentes a la humanidad, la cual en realidad es una mota de polvo cósmico en una lucha típica de buenos contra malos,haciéndole un pobre servicio al concepto original.
infusco
¿Series coreanas con actores coreanos de ambientación coreana?
Perfecto
¿Series japonesas con actores japoneses en ambientación japonesa?
Perfecto
¿Series occidentales con actores europeos en ambientación de Nueva Inglaterra para narrar la obra de Lovecraft?
Demasiado racista, hay que promover la diversidad con actores afro, es lo que Lovecraft querría.
¿A nadie más le da por hacerse preguntas? O quizá blanquitos sumisos debemos aplaudir la apropiación cultural y tragarnos esta bazofia.
chivato
Me quedé dormido viéndola ayer, le daré una segunda oportunidad. A priori parece que se enredan demasiado en el contexto y pierde fuelle.
LaRRinco
Con los nuevos movimientos sociales están consiguiendo justamente el objetivo opuesto.
Al final algunos giran tanto, tanto, que se pasan de esquina.
c0rsa1r
Otra serie que incluir a la lista de ignorados.
techbil
Para variar, podrian hacer una serie en la que BLM, se hace con el poder y USA es un gulag transversal feminista estilo Seattle-Chop
O mujeres que compiten con trans en pruebas atleticas de instituto para becas( esto ya pasa).
Una de como se va la gente de California y termina en Boise.
Ilyan Omar y otras senadoras que odian USA y se quieren cargar el sistema.
De como la inmigracion afecta a los trabajadores menos cualificados, tenemos a Biden manifestandose con Cesar Chavez, impidiendo la entrada de ilegales.
Hay temas, pero lo mismo ya aburre.