Tick. Tock. Tick. Tock. Tick. Tock. ¿Tock? El inexorable ciclo de actualizaciones de los microprocesadores de Intel se basa en dos tipos de cambios: los que logran mejorar la escala de integración -ticks- y los que introducen cambios a nivel de microarquitectura -tocks-. Los actuales Broadwell son los primeros en hacer uso de la litografía de 14 nm, todo un "tickazo" que no obstante parece que tardará más de la cuenta en verse repetido.
Y es que el siguiente paso en ese plan de reducción de escala litográfica era el salto a los 10 nm. El fabricante ya tiene preparados sus Skylake, los procesadores que representarán un nuevo "tock" en ese ciclo, pero la familia que iba a suceder a Skylake, llamada Cannonlake, se retrasará un año y llegará en 2017 y no en 2016 como estaba previsto. Pobre Ley de Moore.
Tick-tock
El CEO de Intel, Brian Krzanich, confirmó durante la presentación de resultados fiscales del día de ayer que aunque Skylake aparecerá efectivamente en la segunda mitad del año, la próxima iteración de procesadores, en la que se dará el salto a los 10 nanos (aquí ya hablamos de la importancia de los manómetros en los procesadores), se verá aplazada porque la migración será más compleja de lo que se había anticipado.
Para no dejarnos con la miel en los labios, no obstante, habrá una tercera familia "lake" en ese tiempo. En la familia llamada Kaby Lake se seguirá utilizando la escala de integración de 14 nm, pero habrá mejoras a nivel de microarquitectura, así que en cierta medida tendremos dos "tocks" consecutivos que demuestran lo complejo de mantenerse alineados con una ley de Moore que se ha cumplido durante las últimas cuatro décadas.
No todo está perdido, desde luego, y hace poco IBM ya mostraba sus sorprendentes diseños en 7 nm: seguro que seguiremos viendo sorprendentes avances por parte de Intel y el resto de fabricantes de semiconductores del mercado.
Vía | Ars Technica
En Xataka | 40 años de Tick-Tock
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