NVIDIA ha dado un paso hacia delante. Cualquier movimiento que contribuya a frenar la especulación que está degradando de una forma tan notable el mercado de las tarjetas gráficas es bienvenido. Y esto es, precisamente, lo que asegura perseguir esta compañía a través del comunicado que ha publicado Matt Wuebbling, uno de los máximos responsables del marketing global de esta marca.
«Queremos poner las tarjetas gráficas GeForce en las manos de los jugadores. Queremos que sean menos atractivas para los mineros», ha declarado este ejecutivo en el blog de NVIDIA. Y para lograrlo lo que han hecho, como os contamos ayer, ha sido reducir la tasa de hash de las tarjetas gráficas GeForce RTX 3080, 3070 y 3060 Ti que están siendo fabricadas actualmente, y que comenzarán a llegar a las tiendas a finales de mayo.
Objetivo: limitar la tasa de 'hash'
La tasa de hash, o la velocidad hash, que es como también se conoce este parámetro, mide la potencia de procesamiento de un determinado circuito integrado cuando lleva a cabo las operaciones matemáticas requeridas por los algoritmos que utilizan las criptodivisas para implementar el registro público de las transacciones. Y, obviamente, reducir la habilidad con la que sus GPU llevan a cabo estos cálculos las hace menos deseables para los mineros.
Esta es la estrategia de NVIDIA: reducir la tasa de 'hash' de las tarjetas gráficas GeForce RTX 3080, 3070 y 3060 Ti que están siendo fabricadas actualmente
A las personas que utilizan para minar hardware dedicado, como los chips ASIC, que son circuitos integrados diseñados específicamente para minar, y que, por tanto, son más eficientes en este escenario que las GPU, esta medida no les va a afectar. Sin embargo, a los usuarios que emplean tarjetas gráficas para afrontar este proceso sí les va a condicionar, especialmente si tenían la intención de comprar más tarjetas durante los próximos meses.
Lo que aún no está del todo claro es qué procedimiento ha utilizado NVIDIA para habilitar la reducción de la tasa de hash. Podría tratarse únicamente de una limitación establecida a través del firmware, o bien involucrar alguna modificación del hardware. La estrategia elegida condicionará la robustez de esta medida, por lo que posiblemente no tendremos que esperar mucho para tener nuevas pistas acerca de la forma en que NVIDIA ha implementado esta restricción.
Para los jugadores este movimiento es positivo en la medida en que debería tener un impacto perceptible en el mercado de las tarjetas gráficas a partir del próximo mes de junio, que será cuando presumiblemente empezaremos a ver las tarjetas modificadas en las tiendas. Todos sabemos que, desafortunadamente, por culpa de la especulación conseguir una tarjeta gráfica de última generación al precio oficial durante los últimos meses está siendo una auténtica proeza.
La medida de NVIDIA debería ayudar a combatir la especulación y ponérselo un poco más fácil a los jugadores que llevan varios meses intentando comprar una nueva tarjeta gráfica, pero no cabe duda de que no será la solución definitiva a este problema por una razón: actualmente hay un enorme cuello de botella en las fundiciones, que son las fábricas de semiconductores que producen los procesadores gráficos, los microprocesadores y cualquier otro chip de alta integración.
El auténtico reto pasa por resolver el desequilibrio entre la oferta y la demanda
La producción de circuitos integrados con tecnología de alta integración está esencialmente en las manos de cuatro empresas. Tan solo cuatro. Los recursos de los que es necesario disponer para producir chips tan avanzados como los microprocesadores de nuestros ordenadores o smartphones, o los procesadores gráficos de nuestras tarjetas gráficas, solo están al alcance de TSMC, Intel, GlobalFoundries y Samsung.
Esta última compañía, precisamente, está utilizando actualmente su fotolitografía FinFET de 8 nm para fabricar las GPU de la familia GeForce RTX 30 de NVIDIA. El problema es que la demanda de chips ha crecido de una forma muy notable durante la pandemia como consecuencia, por un lado, del teletrabajo y el estudio desde casa, y también de la creciente dependencia que muchos de nosotros tenemos de los dispositivos electrónicos ocasionada por el mayor tiempo que pasamos en casa durante la crisis sanitaria.
El déficit de chips, además, se ha visto acrecentado por la tensión que existe actualmente entre los gobiernos chino y estadounidense, y los aranceles millonarios que ambos países han puesto en marcha como respuesta, así como por el recorte en la fabricación de semiconductores que se produjo durante los peores meses de pandemia, entre otros factores. Las fundiciones aseguran que durante los últimos meses están intentando llevar al límite su capacidad de producción para satisfacer la demanda, pero su margen de maniobra es limitado.
Como explican Eun-Young Jeong y Dan Strumpf en su artículo del The Wall Street Journal, para las fundiciones es muy difícil incrementar su capacidad de fabricación de semiconductores. Este proceso es extremadamente complejo, por lo que solo han podido introducir optimizaciones marginales en el modelo de producción, como, por ejemplo, minimizar las tareas de mantenimiento para conseguir que las obleas de silicio se desplacen con más rapidez a través de las líneas de fabricación.
Además, los fabricantes de semiconductores se ven obligados a dividir su capacidad de producción entre sus clientes para intentar no dejar colgado a ninguno de ellos. Samsung en particular tiene el reto de satisfacer su propia demanda interna para producir, entre otros chips, los procesadores Exynos de sus teléfonos móviles, y, al mismo tiempo, atender a clientes como NVIDIA. Y, como las fundiciones han confesado, no les está resultando nada fácil hacerlo ante el gran incremento que ha experimentado la demanda.
El crecimiento que está reflejando el mercado del PC durante los últimos meses ilustra muy bien el incremento de la demanda. Según la consultora IDC durante el primer trimestre de 2021 este mercado ha crecido un 55%. Es una auténtica bestialidad. Y nada parece indicar que esta tendencia vaya a cambiar, lo que ha llevado a algunos expertos a vaticinar, y dadas las circunstancias lo que dicen es razonable, que el déficit de chips continuará durante 2022.
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