Intel se nos ha vuelto perezosa. Al menos eso es lo que parece desprenderse de la ralentización en su ritmo de lanzamientos en el terreno de los microprocesadores. Ese legendario ciclo tick-tock (los ticks eran reducciones en escala de fabricación, los tocks introducían nuevas microarquitecturas) que intercalaba mejoras cada año se ha visto interrumpido -han tenido sus problemas- con Broadwell.
De hecho, los procesadores con esta nueva microarquitectura se han hecho esperar más de lo que querríamos, pero por fin tenemos a esos primeros integrantes de esa ilustre familia. Los Intel Core M son especialmente interesantes por su concepción, pero ¿cumplen con la promesa de la que Intel nos hablaba hace meses?
A las pruebas nos remitimos
Lo cierto es que hemos podido comprobarlo de primera mano hace bien poquito: los Intel Core M han sido absolutos protagonistas en el análisis del Lenovo Yoga Pro 3 que integra un Intel Core M-5Y70 . Esta nueva iteración de los Ultrabooks convertibles de Lenovo es una de las que nos descubren las posibilidades de estos procesadores de Intel, y las cartas han dejado clara la apuesta de este fabricante de semiconductores.
Os recomendamos leeros el análisis, pero las conclusiones son claras: Intel entiende que estos procesadores son perfectos para escenarios y dispositivos muy concretos: Los Core M tienen sentido en Ultrabooks convertibles e incluso en tablets, pero no en portátiles con más ambición en el terreno de la potencia o, desde luego, en equipos de sobremesa. La movilidad extrema es la baza con la que nos quieren conquistar. A continuación, la tabla con todos los modelos conocidos hasta ahora -ampliada desde nuestro anterior contenido al respecto-:
Core M-5Y10/5Y10a | Core M-5Y70 | Core M-5Y10c | Core M-5Y31 | Core M-5Y51 | Core M-5Y71 | |
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Proc. fabricación | 14 nm.(Broadwell) | 14 nm.(Broadwell) | 14 nm.(Broadwell) | 14 nm.(Broadwell) | 14 nm.(Broadwell) | 14 nm.(Broadwell) |
Núcleos | 2 | 2 | 2 | 2 | 2 | 2 |
Hilos | 4 | 4 | 4 | 4 | 4 | 4 |
Frec. base CPU | 800 MHz | 1,1 GHz | 800 MHz | 900 MHz. | 1,1 GHz. | 1,2 GHz. |
Frec. Turbo CPU | 2,0 GHz. | 2,6 GHz. | 2,0 GHz. | 2,4 GHz. | 2,6 GHz. | 2,9 GHz. |
GPU | Intel HD Graphics 5300 | Intel HD Graphics 5300 | Intel HD Graphics 5300 | Intel HD Graphics 5300 | Intel HD Graphics 5300 | Intel HD Graphics 5300 |
Frec. base GPU | 100 MHz. | 100 MHz. | 300 MHz. | 300 MHz. | 300 MHz. | 300 MHz. |
Frec. Turbo GPU | 800 MHz. | 850 MHz. | 800 MHz. | 850 MHz. | 900 MHz. | 900 MHz. |
Intel vPro | No | Sí | No | No | No | Sí |
TDP | 4,5 W. | 4,5 W. | 4,5 W. | 4,5 W. | 4,5 W. | 4,5 W. |
Los Core M son una apuesta muy particular de Intel, una en la que parece claro la relevancia de los dispositivos móviles. Los PCs y portátiles siguen teniendo interés, pero son los nuevos formatos aún más móviles los que cada vez captan el interés del gran público. Perdida -al menos, de momento- la batalla de los smartphones, la estrategia de Intel es la de conquistar a los Ultraportátiles y tablets de nueva generación. Nada de Intel Core i3, i5 o i7. Si buscas movilidad extrema, Intel quiere convencerte con Core M.
La obsesión por la delgadez
Una de las principales ventajas de los Core M es la ofrecer la capacidad de diseños de equipos sin refrigeración activa. Esta es una de las grandes claves en el terreno de la movilidad, donde este tipo de refrigeración condena aspectos como el ruido o el grosor.
Esos problemas se atajan con micros que permiten diseños ultradelgados (son un 30% menos gruesos que los Haswell-Y) como Intel ya demostró con Llama Mountain, un diseño de referencia de un tablet con tan solo 7,2 mm de grosor.
En esa promesa inicial de Intel se afirmaba que tendríamos equipos con hasta 32 horas de autonomía, pero de momento la realidad es muy distinta: en los Lenovo Yoga Pro 3 contamos con unas 4,5 o 5 horas de media en un uso medianamente intensivo, y esa cifra es realmente decepcionante para los usuarios móviles que no pueden estar tan pendientes de tener cerca un enchufe. Esa delgadez obliga a una batería de 44 Wh, cuando por ejemplo la de los últimos MacBook Air es de 54 Wh. La autonomía de estos últimos es ejemplar y supera de largo las 10 horas, así que es evidente que el tamaño y capacidad de la batería no es el único factor condicionante en esa autonomía.
En esa autonomía del Yoga Pro 3 inciden apartados importantes como su pantalla -3.200x1.800 son muchos píxeles que mostrar- pero la reflexión a la que llegamos es la misma que sosteníamos hace poco en el terreno de los móviles. ¿Por qué esa obsesión por la delgadez? La amplia mayoría de los usuarios prefieren productos algo más gordos -y pesados, lógicamente- pero con autonomías de batería más amplias, y esa realidad se cumple también en el terreno de los Ultraportátiles, por muy delgados que éstos quieran ser.
El rendimiento, el otro problema
El otro compromiso que tenemos que tener en cuenta a la hora de hablar de los Core M es el del rendimiento, que es claramente inferior al de los Ultrabooks convencionales que estaban basados en procesadores de la familia Haswell. Recuerdo perfectamente que durante la presentación del ASUS ZenBook UX305 me sorprendió abrir las propiedades del equipo y comprobar que el procesador corría a 800 MHz. ¿¡800 MHz!?
Efectivamente, esa es la frecuencia de trabajo base de aquel modelo, y la del Lenovo Yoga 3 Pro, aunque algo más alta (1,1 GHz) no es especialmente destacable. Lo mismo ocurre con las GPUs integradas: las Intel HD 5300 están preconfiguradas a frecuencias muy bajas. Tanto en la máquina de ASUS como la de Lenovo esa frecuencia es de 100 MHz, pero como veis en la tabla los modelos Core M más modernos triplican esa velocidad, lo cual sin duda influirá de forma importante en el rendimiento base de esos equipos.
Con todo y con eso, no podemos esperar maravillas de unos equipos que de nuevo tratan de priorizar la eficiencia sobre la potencia, aunque sean perfectamente solventes en escenarios "habituales". Ofrecer diseños fanless y TDPs de tan solo 4,5 W tiene sus consecuencias, y hay que comparar esa circunstancia con los por ejemplo -de nuevo- MacBook Air de principios de 2014, que hacen uso de micros Intel Core i5 e i7 con TDPs de 15 W. Es curioso (o preocupante, según se mire) cómo a pesar de eso la autonomía de esos equipos es el doble o más de la que ofrece el Yoga 3 Pro de Lenovo.
Aquí parece que Intel ha sacrificado demasiadas cosas para ofrecer esa posibilidad de diseños fanless en los que la delgadez y el peso priman sobre el resto de apartados. Si la bajada de rendimiento no está acompañada por una autonomía netamente superior, ¿qué sentido tiene?
Me temo que tendremos que ser algo pacientes y esperar a ver cómo se comportan otros equipos con Intel Core M en los próximos meses, pero lo cierto es que las primeras impresiones con Lenovo me parecen muy decepcionantes en este apartado. Por ahora solo hemos ganado en tres apartados, refrigeración, delgadez y peso. Todos ellos (sobre todo el último) son importantes, pero a priori -de nuevo, solo tenemos la referencia del Yoga Pro 3- no compensan si el rendimiento y la autonomía se ven tan perjudicados.
Mueves tú, Intel.
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