Con las especificaciones PCI Express (PCIe) suele ocurrir siempre lo mismo: empezamos hablar de las nuevas versiones cuando aún ni siquiera se han asentado en el mercado las anteriores.
Ocurre desde luego con la nueva especificación PCIe 6.0, que acaba de completarse sin que los dispositivos PCIe 5.0 estén disponibles en el mercado masivo. Tardaremos al menos dos años en ver ese tipo de periféricos en el mercado de consumo, pero atentos porque esta nueva versión da un salto de calidad notable respecto a sus predecesoras.
Doblar el ancho de banda es fantástico, pero hacerlo así es mejor aún
Aún estamos de hecho comenzando a disfrutar de las ventajas del estándar PCIe 4.0 que por ejemplo ha hecho acto de aparición en las consolas de nueva generación y es en buena parte responsable del excelente rendimiento de sus SSDs.
Con PCIe 5.0 ocurrirá algo similar: se doblan los anchos de banda y ya hemos comenzado a ver unidades como la de Samsung que llegan a los 13.000 MB/s de transferencia cuando una unidad SSD con conexión SATA convencional como la que usamos en muchos PCs ronda los 500 MB/s (y eso ya es rápido).
El caso es que aún tenemos al estándar PCIe 4.0 asentándose y al PCIe 5.0 queriendo seguirle los pasos, pero el organismo que se encarga del desarrollo de este estándar lleva años trabajando en el nuevo PCIe 6.0 que ahora acaba de ser finalizado en cuanto a especificaciones.
Las mejoras afectan esencialmente al ancho de banda, que dobla el que se logra con PCIe 5.0 y llega a los 128 GB/s en el caso de usar las 16 pistas para transferir datos. Eso es toda una garantía de futuro que hará que las unidades SSD y las tarjetas gráficas que conectemos a estas ranuras en el futuro puedan aprovechar al máximo ese caudal de datos.
Eso es muy importante, pero lo es también la forma en la que se han realizado esas mejoras. Como indican en AnandTech, PCIe 6.0 podría considerarse como la tercera gran versión de esta especificación.
PCIe 4.0 y PCIe 5.0 eran más conservadoras y seguían usando la señalización de 128/130 bits con el sistema NRZ (Non-Return-to-Zero), en PCIe 6.0 se hace uso de un cambio importante y se aplica la técnica Pulse-Amplitude Modulation 4 (PAM4), que como indica Intel (PDF) "dobla el número de estados eléctricos de cada celda o, en este caso, de la transmisión".
A esa tecnología, que ya se aplicaba en estándares de comunicaciones de alto rendimiento como el 200G Ethernet, se le suman otras mejoras como el sistema FEC (Forward Error Correction) que como su nombre indica permite evitar que se produzcan errores durante la transmisión.
La última de las claves es FLow control unIT (FLIT), un método de codificación que no funciona sobre la capa física como PAM4, sino sobre la capa lógica.
Todo ello contribuye a que la nueva especificación dé un salto cualitativo importante que hace pensar que futuras versiones serán aún más relevantes. Aún así PCIe 6.0 sigue sendo compatible hacia atrás, y la pregunta que queda por hacer, claro, es cuándo podremos ver dispositivos que aprovechen dicha especificación.
Lo cierto es que tendremos que armarnos de paciencia para verlos. Se estima que tardaremos aún entre 12 y 18 meses en ver las primeras implementaciones en el ámbito de los servidores —que es donde primero se ven las nuevas capacidades— y a partir de ahí tendremos que esperar uno o dos años más para comenzar a ver dispositivos en el ámbito del usuario final.
Habría por tanto que apuntar 2024 o incluso 2025 como el año en el que quizás comencemos a ver cómo este tipo de especificación llega a nuestros PCs y portátiles, por ejemplo.
Vía | AnandTech
Más información | PCI-SIG
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