La guerra entre Intel y AMD se ha puesto de lo más interesante en los últimos meses. El lanzamiento de los Ryzen de 3ª generación ha planteado una amenaza muy clara a los chips de Intel que hasta ahora habían dominado el mercado, y los esfuerzos de ambas están planteando un escenario muy interesante para los consumidores.
De hecho Intel acaba de poner a la venta el nuevo Intel Core i9-9900KS, su gran lanzamiento para 2019 en el terreno de los procesadores para PCs de sobremesa. Estamos ante una CPU bestial con ocho núcleos a 4 GHz de serie que, atención, puede alcanzar 5 GHz en esos ocho núcleos cuando es necesario. El objetivo de Intel es claro: ser el procesador más rápido y potente para gamers.
Geniales en gaming, pero los Ryzen y los Threadripper plantan cara
Algunos análisis ya demuestran que el rendimiento del Core i9-9900KS es excepcional precisamente en ese terreno, pero también advierten: aunque este Core i9-9900KS supera al Ryzen 7 3700X o al Ryzen 9 3900X en ciertas áreas como el rendimiento en aplicaciones de un solo hilo, la ventaja se trunca al hablar de escenarios multihilo en los que el número de núcleos y el paralelismo importan.
De hecho los nuevos Core i9-9900KS han salido a la venta a 513 dólares (y se trata de una edición limitada), lo que supone casi 185 dólares más que el precio de los Ryzen 7 3700X y algo más también que los 499 dólares a los que se lanzaron los Ryzen 9 3900X (aunque ahora es difícil encontrarlos a ese precio).
Lo cierto es que el avance de Intel es llamativo: hasta ahora esa promesa de procesadores a 5 GHz se hacía "con la boca pequeña": esa frecuencia no se alcanzaba en todos los núcleos, pero Intel ha logrado hacer realidad al fin un procesador que es capaz de ofrecer esa frecuencia de reloj en todos los núcleos cuando se activa el modo Turbo en ellos.
Este nuevo contraataque de Intel vuelve a poner las cosas muy interesantes en un terreno en el que la firma siempre ha destacado: sus micros siempre han logrado un IPC (instructions per cycle) fantástico para el ámbito del gaming, pero en AMD han dado un salto cualitativo notable con la arquitectura Zen2 y sus micros de 7 nm.
Intel ya ha presentado sus Core de 10ª generación, pero de momento estos chips están limitados al mercado de los ordenadores portátiles, y los 10 nm tardarán aún algún tiempo a micros de sobremesa.
Los juegos y otras tareas intensivas podrán sacar mucho partido de esa capacidad, pero esos ocho núcleos y 16 hilos de ejecución quizás se le queden cortos a quien busque el máximo rendimiento en ámbitos de amplio paralelismo.
Es ahí donde tanto los Ryzen de alta gama como los Threadripper están poniéndole las cosas muy difíciles a Intel. Y eso, por cierto, nos encanta: que siga la carrera, porque al final quienes salimos ganando somos los consumidores.
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