La crisis de los semiconductores está poniendo en jaque a prácticamente todas las industrias que dependen de los circuitos integrados para mantener su volumen de producción, como la automovilística, la de los electrodomésticos o la informática personal, entre muchas otras. Sin embargo, para los fabricantes de semiconductores representa una oportunidad. La oportunidad de crecer en este mercado a sabiendas de que cualquier inversión que hagan será amortizada con relativa rapidez.
Los movimientos de los mayores productores de circuitos integrados del planeta no han tardado en llegar. TSMC anunció a mediados del pasado mes de abril que invertirá nada menos que 100 000 millones de dólares durante los próximos tres años en nuevas instalaciones con el propósito de reforzar su capacidad de producción. Actualmente esta compañía taiwanesa es el mayor fabricante de semiconductores del mundo, por lo que es comprensible que esté dispuesta a invertir una cifra tan holgada como esta para mantener su competitividad.
Intel planea hacer un movimiento similar, aunque su inversión no intimida tanto como lo hace la de TSMC. Pat Gelsinger, el nuevo director general de esta compañía, dio a conocer a finales del pasado mes de marzo que se gastarán 20 000 millones de dólares para poner a punto dos nuevas fábricas de semiconductores en su campus de la localidad de Ocotillo, en Arizona (Estados Unidos). Además, han creado una nueva división conocida como IFS (Intel Foundry Services) que no solo se responsabilizará de la producción de chips con arquitectura x86-64, sino también ARM y RISC-V.
Samsung no quiere quedarse descolgada de Intel y TSMC
Esta coyuntura ha provocado que Samsung también mueva ficha. Y es comprensible si tenemos presente que TSMC e Intel son dos de sus mayores competidores en el mercado de los semiconductores. Esta compañía invertirá 17 000 millones de dólares en la construcción de una nueva fábrica de circuitos integrados que estará ubicada en Estados Unidos.
Samsung invertirá 17 000 millones de dólares en la construcción de una fábrica de semiconductores en Estados Unidos
El proceso judicial al que se está enfrentando Lee Jae-yong, el vicepresidente de Samsung, ha provocado que se demore la elección de la ubicación definitiva de estas instalaciones, pero, al parecer, los estados que compiten por acogerlas son Texas, Arizona y Nueva York.
No obstante, la elección de Estados Unidos como destino de su nueva fábrica de semiconductores no es casual. Una compañía con la envergadura que tiene Samsung no da puntada sin hilo, y este movimiento pone de manifiesto su intención de pelear con Intel en su propio mercado.
Una caja de 80 000 millones de dólares preparada para invertir
Una de las decisiones más disruptivas que Intel ha adoptado para reforzar su competitividad como fabricante de semiconductores consiste en comenzar a producir circuitos integrados para terceros. Esto es lo que hacen esencialmente TSMC y GlobalFoundries, y Samsung, aunque fabrica para sí misma en grandes cantidades, también trabaja para otras compañías. De hecho, actualmente está produciendo para NVIDIA en su nodo de 8 nm los procesadores gráficos de la familia GeForce RTX 30.
La razón por la que Samsung ha decidido construir su nueva fábrica de semiconductores en Estados Unidos, y no en Corea del Sur, o, quizá, en la Unión Europea, presumiblemente responde a la necesidad de afianzar su posición en el mercado estadounidense, especialmente después del movimiento que ha anunciado Intel. No obstante, según The Wall Street Journal esta compañía tiene una caja neta de al menos 80 000 millones de dólares, por lo que es probable que durante los próximos meses dé a conocer nuevas inversiones destinadas a fortalecer su posición en la industria de la fabricación de circuitos integrados.
Imagen de portada | TSMC
Vía | The Wall Street Journal
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