La minería de criptodivisas es un negocio estupendo si la electricidad es barata (o gratis). Y si eres empleado de una central nuclear la cosa se pone interesante, porque el suministro allí es espectacular y parece buena idea minar desde esas instalaciones.
El problema es que esa idea es pésima, sobre todo porque expones las instalaciones críticas de una central nuclear a una conexión a internet no controlada por ti. El malware puede hacer estragos, y eso es justo lo que ha estado a punto de ocurrir en una central nuclear en Ucrania en la que algunos empleados quisieron hacer su particular agosto minando criptodivisas.
En busca de electricidad barata
Hace tiempo que las grandes concentraciones de mineros están en regiones y lugares en los que el acceso al a electricidad barata es un hecho. Minar criptodivisas consume mucha energía, así que si tenemos una fuente barata de suministro ganamos muchos enteros.
China tiene precios extremadamente bajos para la electricidad, lo que precisamente permite que los márgenes de beneficio al realizar tareas de minería de bitcoin y otras criptodivisas crezcan de forma considerable.
En otros países como Irán el consumo energético se ha disparado debido a esos procesos, y quien se propone minar criptodivisas busca siempre alternativas para hacerlo sin que la factura de la luz acabe con sus beneficios.
Islandia, otro de los destinos predilectos de los mineros, también permitía acceder a precios baratos gracias a sus centrales geotérmicas, pero a principios de año comenzaron a frenar este tipo de actividad ante el crecimiento de la demanda energética por la minería de criptodivisas.
Como vemos, el problema de consumo es importante, así que los mineros tratan siempre de buscar soluciones para maximizar ese margen de beneficio. Hay quien ha conectado sus máquinas de minado (popularmente conocidos como "rigs") en oficinas o centros universitarios para que sean esos organismos los que asuman esos costes, y ahora conocemos un nuevo y peligroso ejemplo: la de empleados de una central nuclear que aprovecharon ese suministro energético para minar criptodivisas.
Minar en una central nuclear es una idea pésima
Las autoridades ucranianas hicieron una redada en julio en la South Ukraine Nuclear Power Station, cerca de la ciudad de Yuzhnoukrainsk, a 350 km al sur de Kiev. La razón: detectaron una subida repentina en los precios de compraventa de criptodivisas tras un largo periodo en el que habían estado cayendo.
En esa redada los investigadores encontraron diveras máquinas de minería: una de ellas tenía seis tarjetas gráficas Radeon RX 470 trabajando en paralelo, y otra máquina cinco, una configuración relativamente modesta (sobre todo tras la aparición de gráficas mucho más potentes) para la minería de ciertas criptodivisas como Ethereum pero que aún así permite lograr unas tasas de minado decentes.
El problema es que estas máquinas, puestas en marcha por empleados de la central nuclear sin permiso, estaban conectadas a internet por canales no seguros, algo que podría haber planteado una brecha de seguridad enorme en una instalación crítica como lo es una central nuclear.
El Servicio Secreto Ucraniano (SBU) está investigando el incidente y tratando de averiguar si se ha producido un potencial robo de secretos de estado. Otros equipos de minado estaban situados en los barracones de la unidad militar encargada de la vigilancia de la central nuclear, aunque de momento parece que no ha habido detenciones entre el personal de la central.
El caso, como indican en ZDNet, no es el primero de este tipo que se produce. Rusia arrestó a ingenieros del Centro Nuclear Ruso en febrero de 2018 por usar la supercomputadora de la agencia para minar criptodivisas, y poco después surgió un caso similar con empleados del centro meteorológico de Australia, cuyos recursos informáticos también se usaron para estos propósitos.
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