Has comprado un NFT y te preguntas: ¿Para qué me sirve?, ¿a qué derechos tengo sobre la obra?, ¿tengo licencia para crear derivados?. La adquisición de estos 'Non-fungible tokens' genera muchas preguntas relacionadas con el copyright y es conveniente remarcar que hay que diferenciar los derechos del autor original y los del comprador. Aquí vamos a intentar aclarar qué ocurre con los NFTs y cómo quedan los derechos sobre la obra en la que se basan.
Qué estamos comprando realmente al pagar por un NFT
Comprar un NFT significa hacerse con un token criptográfico. Sin entrar en detalles sobre blockchain, puede entenderse como un código público y único ligado a la obra original, debido a que el propio creador así lo ha determinado. Uno de los símiles que se utilizan es que es como si tuviéramos una "edición limitada con autógrafo", un sello donde el autor dice al resto del mundo que nosotros tenemos la versión buena, la original o la copia con más valor.
Los NFTs no giran tanto en el valor de la obra como tal, sino en la exclusividad y confianza que genera el creador al darnos el NFT. La diferencia entre tener un JPG de una obra digital y tener un JPG junto al NFT es que en este último caso tenemos la confianza de que el autor dará el máximo valor a nuestro NFT, por encima de cualquier otra versión de su obra.
Técnicamente el autor podría crear nuevos NFT sobre la misma obra original, pero esto haría perder toda la credibilidad en el creador. La propia idea del NFT, que tecnológicamente sí es algo único, se basa en el fondo en la confianza que genera el autor.
Dicho esto, el autor de la obra sigue siendo el creador original. La autoría no cambia, únicamente al vender el NFT lo que se permite es que el comprador pueda hacer negocio con ello. Cuando hablamos de autor nos referimos al "creador de la expresión original en una obra". Esta persona es también la propietaria de los derechos de autor, salvo que exista un acuerdo mediante donde se cedan los derechos de autor a otra persona o entidad.
Las leyes del copyright no se crearon con los NFT en mente, pero sí establecen toda una serie de medidas que los contemplan. Según describe la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO), existen los derechos patrimoniales y los derechos morales. Entre los derechos patrimoniales se contempla que el autor puede prohibir o autorizar la reproducción de su obra, la interpretación, la grabación en varios formatos, la radiodifusión, la traducción y la adaptación. En el caso de los derechos morales, se reconoce el derecho a reivindicar la paternidad de la obra y el derecho a oponerse a toda modificación que pueda perjudicar la reputación del creador.
Tanto los derechos patrimoniales como los derechos morales siguen en manos del autor de la obra y la compra del NFT no transfiere ninguno de estos derechos. Aún así, diversos organismos gubernamentales y registros de PI, como la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) están estudiando intensamente las posibilidades de la cadena de bloques.
La compra de un NFT puede llegar a ir asociado a un contrato adicional, donde sí se establezcan cláusulas concretas, entre ellas la cesión de algunos derechos. Sin embargo, esto se trata de algo puntual y no está necesariamente ligado a la compra de un NFT.
El autor de una obra puede llegar a ceder derechos junto a la compra de un NFT, pero es un proceso independiente.
Como comentario, obviamente la creación de un NFT únicamente pertenece al autor original. Si alguien extraño crea un NFT de una obra ajena a él, está infringiendo derechos de autor. De manera equivalente, quienes comprasen este NFT ilegal tampoco obtendrían nada a cambio. Es el caso de MetaBirkins, quien ha vendido a través de OpenSea una colección "tributo a Hermes", alcanzando algunos tokens el equivalente de 24.000 dólares. Sin embargo, posteriormente Hermes acusó al vendedor de infringir sus derechos de autor.
La creación de NFTs de obras ajenas es uno de los problemas que está afectando en plataformas como OpenSea, donde autores digitales ven como sus obras están siendo minteadas (proceso de acuñar un NFT) por extraños y tienen problemas para conseguir que la plataforma los bloquee.
today I found out that searching my own name on @opensea brings up 132 instances where my art was minted as NFTs without my permission. apparently the only way to get them removed is by writing individual emails for each listing, which I literally don't have the time for.
— Loish (@loishh) December 13, 2021
Regalías, el único derecho que parece importar con los NFTs
Los NFTs no transfieren derechos a los compradores, pero sí hay un concepto que está estrechamente ligado con el éxito mediático que están teniendo estos tokens. Se trata del derecho a las regalías o 'royalties', esto es, un porcentaje que se pueden llegar a quedar sobre una venta posterior. Estas regalías quedan reflejadas en el smart contract que se realiza a la hora de vender el NFT y es una de las explicaciones de porqué hay inversores apostando por los NFTs.
Por la propia construcción de los NFTs, todas las reventas posteriores quedan reflejadas en la cadena de bloques y la asignación de regalías se puede hacer de forma automatizada. Es decir, el autor original de la obra puede llegar a cobrar un porcentaje de cada venta posterior, pero no solo él. También el poseedor del NFT previo puede obtener regalías con cada venta posterior.
Uno de los sectores que se está acercando a los NFTs es el de los videojuegos. La creación de estos tokens es un mecanismo para generar ingresos. Si hasta la fecha teníamos micropagos para adquirir bienes digitales, la implementación de NFTs asociados a cada objeto o personaje puede favorecer la trazabilidad y sobre todo impulsar la reventa. Sin embargo, la reacción de determinadas comunidades no ha sido muy positiva, como es el caso de 'S.T.A.L.K.E.R. 2: Heart of Chernobyl', que finalmente han paralizado su apuesta por los NFTs.
Una de las críticas a los NFTs es que muchos están construidos sobre un castillo de naipes. Hay diferentes maneras de obtener un NFT, pero en algunos casos se alojan en servidores web. En el momento en que la web tiene problemas, el NFT da error.
Las compras y transacciones con los NFT son anónimas, pero esto también sirve como crítica ya que puede llegar a ser aprovechado por el propio autor o por los propios compradores originales para hacer crecer artificialmente el valor del NFT, adquiriendo el NFT a precios cada vez mayores para hacer creer a otras personas que ese NFT tiene un valor creciente.
De nuevo con los NFTs, y en muchos otros campos de inversión, todo se basa en la confianza que se puede llegar a generar. Otras críticas que sirven para reflejar cómo funcionan los NFTs es cuando hubo compañías que permitían comprar una parcela en la Luna. No había ningún derecho asociado a aquella compra. ¿Cuál es la diferencia? La idea es que mientras la organización que vendía esas parcelas no tenía ningún derecho sobre los terrenos de la Luna, el autor original de la obra sí nos asegura que la compra del NFT tendrá validez a la hora de reclamar que nosotros somos los "dueños" legítimos. Eso sí, ser "dueño" de la obra solo nos servirá para obtener el beneplácito del autor original, además de la posibilidad de revender ese NFT y obtener regalías.
Algunos compradores de NFTs no quieren que otros usuarios se descarguen copias de la obra original. Si bien, otros compradores como Vignesh Sundaresan, quien adquirió el NFT de la obra de Beeple por el equivalente a 69,3 millones de dólares, no le importa que todo el mundo se descargue la obra de manera gratuita, entendiendo que el valor de su NFT no está sujeto al uso que el resto haga de la imagen.
Los NFTs no son sino una tecnología a través de la cual un autor puede garantizar exclusividad. Es toda una economía basada en la confianza que un creador pueda generar, sea un pintor, un grupo de música o la empresa de un videojuego. Estos NFTs permiten automatizar ciertas transacciones y abren la puerta a un futuro con muchas opciones basadas en ellos, pero actualmente su mayor valor está en que se impulsa la reventa. Unos movimientos que unos ven como una burbuja y otros ven como una manera de poner en valor las creaciones digitales. Independientemente de cómo evolucione el uso de los NFTs, es relevante señalar que no están ligados a la transmisión de propiedad intelectual.
Imagen | Jernej Furman
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