Las sanciones económicas son una poderosa herramienta para lidiar con todo tipo de conflictos. Estados Unidos y Europa lo saben bien: ya las aplicaron cuando Rusia invadió Crimea en 2014. El coste para este último fue enorme —se estima que unos 50.000 millones de dólares al año—, pero en Rusia quizás aprendieran aquella lección.
La potencial escapatoria de Rusia está en las criptomonedas, afirman diversos expertos en The New York Times. El mercado de divisas virtuales ya ha sido utilizado por Irán y Corea del Norte para mitigar el impacto de las sanciones occidentales, y esos analistas opinan que en Rusia han tenido tiempo para preparase ante esas potenciales sanciones. Algunos de hecho afirman que "sería inocente pensar que no han imaginado exactamente ese escenario".
Criptodivisas como vía para dejar ciego al sistema financiero global
Las sanciones han servido para castigar acciones como las de Rusia, y su funcionamiento está totalmente basado en el sistema financiero global. Son los bancos los que analizan procedencias y destinos de los movimientos económicos.
Se convierten así "en los ojos y oídos" de los gobiernos que imponen esas sanciones, pero como indicaban en el diario, las criptomonedas pueden dejarlos a ciegas. A diferencia de lo que pasa con el dinero fiat y las transferencias de moneda de curso legal, las criptodivisas complican mucho ese tipo de sanciones.
En Rusia llevan tiempo preparando su propia criptodivisa oficial. Completaron el prototipo de esta moneda en diciembre de 2021, y dos de los 12 bancos que operan en el país completaron ya transacciones en rublos digitales entre diversos clientes.
La regulación de las criptomonedas parece estar en camino en este país, aunque hay disensiones entre el Banco de Rusia —que preferiría prohibir la minería y las criptomonedas— y el banco central ruso, que está detrás del impulso del rublo digital.
Ese movimiento es similar al realizado por China, que también lleva meses preparando su propio yuan digital. El gigante asiático plantea ese desarrollo como el futuro de su economía, y lo ha demostrado con el soporte de esa criptomoneda incluso en parte de la red de cajeros de Pekín. Xi JinPing, presidente chino, ya indicó el buen estado de las relaciones con Rusia, cuya amistad "no tiene límites".
En Corea del Norte llevan tiempo aprovechando las ventajas de las criptomonedas, y de hecho a principios de febrero se indicó que el país estaba usando estas divisas virtuales para financiar su programa nuclear.
Los ataques de ransomware cuyos rescates se pagan en criptomonedas podrían ser una fuente de ingresos notable para Rusia, que de hecho es supuestamente responsable de varios ciberataques a instituciones de Ucrania en los días previos al ataque militar que comenzó esta madrugada.
Esos ataques han provocado, eso sí, una caída notable del valor de las criptodivisas. Prácticamente todas están en números rojos en estos momentos, y tanto bitcoin como ETH han perdido entre un 10 y un 14% de su valor en las últimas 24 horas. Esa tendencia se ha contagiado al resto de los tokens, cuyo valor ha caído de forma similar.
Rusia es de hecho uno de los principales apoyos de la minería de criptodivisas. Los últimos datos apuntan a que controla el 12% de todas las criptodivisas, lo que ha parecido ser razón de peso —junto quizás a las circunstancias actuales— para evitar prohibirla esta actividad, algo que por ejemplo sí hicieron en China.
El apoyo oficial a las criptomonedas se ha ido extendiendo a otros países en los últimos meses, y de hecho Mykhailo Fedorov, viceprimer ministro de Ucrania, indicaba hace una semana que el país legalizaba las criptodivisas de modo que sus ciudadanos "puedan proteger sus activos ante posibles abusos o fraude".
Imagen | Sue Ogrocki/AP
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