Drones y la noche, otra vez. La historia comenzó semanas atrás en Nueva Jersey y estados vecinos. Uno, dos, diez…. se acumulaban el número de avistamientos de misteriosos drones surcando los cielos de Estados Unidos. La oleada de quejas y preocupación ciudadana elevó el caso a las altas instancias, involucrando a agencias como el FBI y el Pentágono, además de generar teorías que van desde espionaje hasta extraterrestres. Muchos recuerdan algo evidente: la navaja de Ockham, para todo lo demás, existe el precedente de Colorado.
Histeria y desinformación. Como decíamos, estas semanas ha habido de todo, desde reportes iniciales esporádicos hasta un flujo diario y constante de testimonios que llevaron el fenómeno a todo tipo de teorías. En Nueva Jersey, la alarma ha llevado a 21 alcaldes locales a enviar una carta al gobernador Phil Murphy exigiendo claridad sobre los avistamientos, mientras los medios locales amplificaban el desconcierto. Las declaraciones de algunos políticos, como la asambleísta Dawn Fantasia, quien calificó los drones como figuras de "de hasta dos metros de diámetro" y pidió "intervención militar", han alimentado el miedo colectivo. Paralelamente, las teorías conspirativas proliferan en redes, especulando sobre el propósito y origen de los drones.
A pesar de la incertidumbre, los antecedentes sugieren que estos episodios suelen tener explicaciones más mundanas. Entre 2019 y 2020 en Colorado, por ejemplo, los "drones" resultaron ser una mezcla de satélites Starlink, aviones comerciales, drones recreativos y efectos atmosféricos que provocaron percepciones erróneas. Incluso hubo casos en los que la propia investigación con drones por parte de las autoridades generó nuevos avistamientos, perpetuando el ciclo de pánico.
El patrón de los avistamientos masivos. A este respecto, recordaba Faine Greenwood al medio 404, especialista en actividad de drones civiles, que estos eventos no son ni mucho menos nuevos. Desde la antigüedad, avistamientos de objetos voladores desconocidos han desatado histeria colectiva, y en tiempos recientes, los drones han reemplazado a los ovnis como el objeto de especulación.
Greenwood señalaba que la confusión y la falta de coordinación entre agencias contribuyen al caos, ya que muchas veces la tecnología utilizada no es identificada correctamente, ni siquiera por pilotos comerciales o personal capacitado. Dicho de otra forma, la mayoría de los reportes iniciales tienden a ser erróneos. En 2014, por ejemplo, un informe de la FAA sobre avistamientos de "drones" incluyó descripciones de globos, aves grandes y planetas, demostrando lo difícil que es para los observadores identificar correctamente objetos en el cielo. Probablemente, pasa lo mismo en Nueva Jersey, donde algunos avistamientos parecen ser vuelos normales mal interpretados.
Respuesta oficial y controversia. ¿Y qué dicen las autoridades? Se han tomado medidas para controlar la situación. La FAA ha implementado zonas de exclusión aérea en las áreas afectadas, sincronizándolas con sistemas de geovallas para restringir el vuelo de drones legales. Sin embargo, los críticos señalan que estas restricciones pueden perjudicar a los operadores legales sin abordar el verdadero problema.
El Pentágono, por su parte, ha negado que los drones sean de origen militar estadounidense, aunque su historial de secretismo en pruebas clasificadas, qué duda cabe, alimenta un poco más cualquier sospecha. Algunos expertos, como Loretta Alkalay, exfuncionaria de la FAA, sugieren que podrían ser pruebas confidenciales, dado que muchos avistamientos se producen sobre cuerpos de agua, minimizando el riesgo en caso de caída.
Recordemos Colorado. En estos casos los expertos subrayan que es importante recuperar situaciones similares en el pasado. Por eso estos días se recuerda tanto el caso de Colorado. Allí, tras meses de especulación y pánico, las investigaciones concluyeron que no hubo actividad ilegal ni sospechosa.
Además de satélites y aviones, se detectaron fenómenos inusuales, como agricultores utilizando drones para distribuir geles de irrigación, los mismos que fueron malinterpretados como "ataques de drones". El interés público se desvaneció cuando la pandemia de COVID-19 desvió la atención mediática, y los avistamientos disminuyeron.
Los drones son los padres. El evento y otros similares no solo evidencian la falta de educación general sobre tecnología aérea, sino también cómo las noticias y la desinformación pueden inflamar el miedo colectivo. Los drones, como los ovnis en décadas pasadas, representan un lienzo en blanco para proyecciones culturales, miedos políticos y desconfianza institucional. A este respecto, Greenwood subraya que este ciclo seguirá repitiéndose mientras persista la desconexión entre tecnología y percepción pública.
La otra pata a tratar es numérica. El uso de drones en Estados Unidos ha crecido exponencialmente. En 2024, la FAA estimó la existencia de 1.8 millones de drones recreativos y casi un millón de drones comerciales en operación. Si bien las normativas requieren el registro de drones que pesen más de o,240 kilos y la certificación de pilotos para usos comerciales, las inconsistencias en los registros de aeronaves recreativas complican el seguimiento exacto de estas flotas.
Sea lo que sea al final, el caso de Nueva Jersey no solo subraya la complejidad de regular una tecnología en rápida expansión, sino también la creciente necesidad de mejorar la supervisión y coordinación interinstitucional. A medida que los drones se vuelven más numerosos y sofisticados en todo el mundo, los desafíos regulatorios y las preocupaciones públicas sobre su uso continuarán en aumento, destacando la importancia de una infraestructura robusta para gestionar su impacto en el espacio aéreo y la seguridad nacional.
Imagen | Decaseconds
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