Hasta hace poco había 2.300 radares de velocidad (cinemómetros) en las carreteras suecas. Según The New York Times ahora hay hasta 160 menos, y todos ellos han sido robados. Uno podría pensar que esos robos son simplemente un acto vandálico, pero las autoridades suecas sospechan algo muy distinto.
23.000 euros por radar. Los robos suelen producirse entre medianoche y las tres de la madrugada. Los ladrones los roban por la fuerza bruta e incluso emplean sierras o directamente arrollan los radares para robar estos cinemómetros y así extraer sus cámaras de alta velocidad, que son lo único que se llevan. Reemplazarlos no es barato: cada uno cuesta unas 250.000 coronas suecas (casi 23.000 euros).
Drones rusos. Los radares de velocidad cuentan con un componentes muy interesante: la citada cámara de alta velocidad. Dichas cámras se usan en la construcción de drones caseros que luego Rusia puede utilizar en la Guerra de Ucrania. El Servicio de Seguridad Sueco (Säpo) está al tanto de estas teorías, pero no ha confirmado ni negado esas sospechas.
Háztelo tú mismo. Cámaras similares a las usadas en los cinemómetros han sido vistas en drones rusos de fabricación casera. En un vídeo publicado por el Ministro de Defensa de Ucrania, se analizó un dron ruso que había caído en suelo ucraniano.
En él encontraron una cámara Canon fijada al fuselaje con velcro y una pequeña placa de acero. El depósito de combustible era una botella de plástico reciclable. Aún así esos drones son muy útiles a la hora de analizar las posiciones defensivas de los ucranianos.
Si no puedes comprar tecnología, róbala. Lars Wilderang, analista militar consultado por el NYT, opina que las sanciones económicas están dejando a Rusia sin acceso a algunos componentes que necesitan para sus operaciones militares, aunque desde luego está intentando evitar dichas sanciones.
"Los ladrones vienen de algún lado, pero los compradores vienen de otro", comentaba. "No haces este tipo de grandes robos sistemáticos a no ser que tengas a alguien detrás que te esté pidiendo esos productos".
Retraso tecnológico. El país dirigido por Putin lleva meses surfiendo sanciones que según algunos hará que sufra "un retroceso tecnológico" que podría hacer que llevase un atraso de cinco años en el ámbito de la tecnología. Un estudio reciente indicaba cómo "Moscú tiene la opción de cambiar a componentes menos fiables pero más accesibles como los de China".
Más y más sanciones. Estados Unidos ha impuesto un veto a la exportación de semiconductores y procesadores usados por ejemplo en cazas, sistemas de misiles, radares o satélites. La Unión Europea también amplió este mes su paquete de sanciones con nuevas restricciones a las exportaciones de componentes electrónicos, componentes para el sector de la aviación y también ciertos componentes químicos.
Rusia se busca nuevos amigos. Ante esos problemas, Rusia está acudiendo por ejemplo a Irán para adquirir drones letales y misiles de superficie. Lo mismo está haciendo con Corea del Norte, a la que le está comprando "millones de cohetes y cartuchos" para poder mantener la campaña militar.
Bielorrusia es otro de los países que teóricamente está suministrando drones a Rusia, que trata así de evadir sanciones de gran parte del mundo. Y como complemento, por supuesto, están los drones y armas de fabricación casera. De esas Ucrania también sabe un poco.
Cámaras de enfoque fijo. Lo curioso es que las cámaras que se usan en esos radares de velocidad son una variante de cámaras Nikon que fotografía al conductor y la matrícula a 15 metros de distancia.
El enfoque es fijo, y los expertos aseguran que "no es posible ajustar ese enfoque, según nuestro proveedor. Al menos, no de forma sencilla". Usar por tanto esas cámaras en drones sería menos práctico salgo que lograran superar esa barrera técnica.
Los drones de la guerra. Las sospechas están ahí, y ciertamente los drones se han convertido en la herramienta militar más llamativa de los últimos tiempos. En España el ejército los usa también desde hace tiempo, y la innovación en este campo es continua.
En Europa tenemos un gran proyecto de dron militar —el EuroMALE— mientras que en la Guerra de Ucrania se ha hecho uso extensivo de los drones kamikazes, variantes de aquellos de los que hablábamos hace tiempo y que han sido utilizados para destruir tanques con una precisión asombrosa. Esos drones caseros se usan esencialmente para vigilancia, pero siguen siendo parte fundamental de estas operaciones militares.
Imagen | Svenska Dagbladet
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