Parecía ciertamente difícil terminar el año con alguna historia "de criaturas marinas" más fascinante que la de la ballena beluga espía “rusa”, pero aquí está la realidad para mostrarnos una vez más que la naturaleza es maravillosamente imprevisible. Resulta que hace cinco años se supo de una criatura vagando extrañamente en las costas de Dinamarca. Los investigadores entonces le colocaron un micro, y ahora necesitamos muchas respuestas.
Un delfín “distinto”. Como decíamos, la historia arranca hace cinco años, cuando un delfín nariz de botella apodado "Delle" fue avistado en el canal Svendborgsund, frente a Dinamarca, un área inusual para su especie. A sus 17 años, Delle viajaba solo, algo totalmente excepcional para una especie altamente social que típicamente vive en manadas.
El delfín “parlanchín”. Así, durante tres meses, entre diciembre de 2022 y febrero de 2023, los investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca aprovecharon la oportunidad para estudiar a un delfín aislado en su entorno natural. ¿Qué hicieron? Le colocaron un micro para saber más de él. Lo que encontraron fue algo inédito en la especie: grabaron nada menos que 10.833 sonidos emitidos por la criatura. Estos incluían 2.239 silbidos, 5.487 tonos de baja frecuencia, 767 sonidos percusivos y 2.288 pulsos rápidos, estos últimos comúnmente asociados con agresión de delfines en manada.
Sin embargo, en el caso de Delle y como aseguran los investigadores, estas vocalizaciones parecían ser mucho más. La investigación reveló que podía ser una forma de "autoconversación", una conducta, de ser así, insólita que podría reflejar su imperiosa necesidad de interacción social, más si cabe después de años de soledad bajo el agua.
La complejidad de los sonidos. Tal y como detallan, el equipo cree que estas emisiones podrían ser señales emocionales involuntarias, intentos de comunicación interna o simplemente un subproducto del instinto social del delfín. Aunque no está claro el significado exacto de los sonidos, su persistencia y diversidad sí que subrayan esa importancia de la interacción social para los delfines.
Delle incluso creó tres "silbidos distintivos", que los delfines normalmente usan como una especie de "nombre" para identificarse entre sí. Esto es insólito, ya que generalmente solo tienen uno. A pesar de su aislamiento, el animal sigue emitiendo sonidos complejos, incluso en ausencia de humanos o animales cercanos.
¿Por qué? Es la gran pregunta tras el hallazgo. Los expertos consideran varias hipótesis para explicar su comportamiento. Inicialmente, pensaron que Delle podría estar intentando comunicarse con humanos cercanos o atraer a otros delfines, pero ambas teorías fueron descartadas tras observar esa persistente soledad y vocalizaciones incluso en ausencia de estímulos externos.
El delfín que habla consigo mismo. El trabajo de la universidad indica que la teoría más plausible es que la criatura está vocalizando de manera involuntaria, posiblemente como respuesta emocional, algo similar a cómo los humanos reímos solos al recordar algo gracioso y que nunca se había visto en delfines. La otra posibilidad más plausible que apuntan, quizás más intrigante todavía, es que Delle esté participando en una forma de "autoconversación", una conducta que en humanos se asocia con largos periodos de aislamiento.
Dicho esto, los investigadores advierten que este fenómeno no está completamente comprendido, ni en humanos ni en animales, y al ser la primera vez que lo detectan en un delfín, no hay historia pasada a la que agarrarse.
El misterio de la soledad animal. La investigación desemboca aquí. La pregunta sin respuesta es por qué Delle se encuentra solo en el gélido Mar Báltico. ¿Quizás fue rechazado por su manada? ¿Se perdió y terminó desviado de su curso? Las razones detrás de su aislamiento siguen siendo un enigma, dejando espacio para especulaciones.
A pesar de ser extremadamente inteligentes y sociales, los delfines pueden adaptarse a la soledad de maneras ciertamente únicas. En el caso de Delle, una criatura que ha vivido aislada durante años, los investigadores descartan que sus vocalizaciones sean intentos de atraer a otros delfines, ya que, después de tanto tiempo, es evidente que no hay otros miembros de su especie en el área.
Sí se sabe en cambio que la soledad en delfines puede llevar a comportamientos más disruptivos. Por ejemplo, en Japón, un delfín solitario llegó a morder a bañistas en un aparente intento de llamar la atención. En el caso de Delle parece utilizar sus vocalizaciones como una forma de entretenerse y/o enfrentar su aislamiento.
La complejidad animal. Aunque el caso del delfín solitario puede ofrecer una ventana única para entender cómo los delfines manejan la soledad, los investigadores advierten sobre la cautela al comparar estos comportamientos con los humanos. Si bien algunos patrones, como hablar solo, podrían parecer similares, es importante reconocer las diferencias en los sistemas de comunicación y las emociones entre especies.
Mientras tanto, el enigma en torno a esta fascinante criatura permanece: ¿Está riendo, gritando, o simplemente lidiando con la tristeza de su aislamiento? Es posible que nunca sepamos con exactitud el significado exacto de sus sonidos, pero su historia destaca las complejidades de la vida social en los animales y la resiliencia en condiciones de soledad extrema. De paso también, subraya lo poco que aún entendemos sobre el comportamiento y las emociones de los animales altamente sociales.
¿Y si solo quiere estar solo?
Imagen | sheilapic76
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