Un dato: el 31 de diciembre de 2022 el aceite de oliva valía un 35,2% más que el mismo día del año anterior. Llevamos meses avisando de que el olivar español se encaminaba a una situación terriblemente complicada y, con las cifras en la mano, solo podemos confirmar que así está siendo. Sobre todo, porque este es solo el principio: el kilo de aceituna durante la primera semana de enero ya se pagaba un 60% más caro que 12 meses antes.
Y, sin embargo, ahora mismo, los precios del aceite de oliva español en EEUU o Australia son más bajos que en España. ¿Qué está pasando?
"Más oro (líquido) que nunca". La historia del aceite durante los últimos meses puede considerarse muchas cosas, pero desde luego no es una sorpresa: la sequía, una serie de olas de calor que afectaron al olivar justo durante la "floración y el cuaje del fruto" y una inflación galopante que ha encarecido durante meses todo el proceso de recolección, procesamiento y envasado del aceite... Lo llevamos contando desde hace tiempo: no sólo es que la cosecha iba a ser escasísima (un 50% menos de producción), es que recogerla iba a ser más cara de lo normal.
Pero sólo en España. Si miramos en mercados exteriores como EEUU o Australia, curiosamente, vemos que los precios no han subido tanto como aquí. Y, claro, eso ha levantado suspicacias. ¿Qué hace que las subidas no sean generalizadas en todo el mundo?
La maldición del granel. Lo interesante de todo esto es que la discrepancia de precios se debe a la forma en la que vendemos aceite en esos países. Como explicaban desde la Asociación Española de la Industria y Comercio Exportador de Aceites de Oliva (Asoliva), en muchos de esos mercados el aceite español se sigue vendiendo a granel. Es decir, no hay imagen de marca que retenga a los consumidores y es muy fácil que estos opten por aceites más baratos como los griegos o los turcos.
Para evitar esa pérdida de cuota de mercado, en cuanto se vio que la cosecha era mala, los exportadores empezaron a mandar aceite al extranjero con la idea de poder cubrir la demanda (evitando la escalada de precios que se preveía). Ese fue uno de los factores que hizo que empezara a subir el precio en España antes de que se notaran los efectos de la cosecha actual.
¿Cómo nos afecta todo esto? España es el mayor productor y exportador mundial de aceite de oliva. De hecho, la bajada del consumo nacional (los litros de aceite que consume cada español al año no han dejado de bajar desde hace décadas) se ha ido compensando con las ventas a nivel internacional.
El problema, como vemos, es que ha sido un crecimiento basado en el precio y eso expone especialmente a la industria a situaciones como la actual. Si esto se extiende en el tiempo, nadie sabe muy bien qué puede pasar. El fin de la cultura del aceite de oliva en España cada vez parece más cercana, lo que nadie se imaginaba era que muriera de esta manera.
Imagen | Carlos Zurita
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