En las aguas que rodean las Islas Salomón, un grupo de exploradores, entre ellos varios españoles, ha hallado algo muy singular. Se trata de un inmenso coral, el más grande que hemos hallado hasta la fecha.
El mayor coral del mundo. Una expedición del equipo de la National Geographic Pristine Seas ha descubierto el mayor coral conocido hasta la fecha. Se trata de un coral de 34 metros de ancho, 32 metros de largo y 5,5 metros de alto, formado por casi mil millones de pequeños pólipos. Se estima que este coral tiene unos 300 años, pero podría tener incluso 500.
“Justo cuando pensamos que no quedaba nada por descubrir en el planeta, encontramos un coral gigantesco compuesto por casi mil millones de pequeños pólipos, lleno de vida y color”, señalaba en una nota de prensa Enric Sala, explorador residente de National Geographic y fundador de Pristine Seas.
Los corales. Aunque sea fácil de olvidar, los arrecifes de coral son colonias formadas por miles o millones de pequeños animales, los corales, que a su vez sirven de refugio a otras muchas especies acuáticas. Llamamos pólipos a los corales individuales que componen este ecosistema submarino.
Refugio para la vida marina. Los pólipos del coral utilizan el carbonato cálcico de su entorno para crear a su alrededor una suerte de exoesqueletos en los que se refugian. Crean así unas complejas estructuras que a su vez sirven de protección a otros animales como peces, crustáceos u otros pequeños invertebrados.
“Los arrecifes de coral son como animadas ciudades submarinas, que acogen una cuarta parte de toda la vida marina de nuestro planeta. (…) También actúan como primera línea de defensa de las comunidades costeras, protegiando contra poderosas olas y tormentas”, explicaba a National Geographic Ronnie Posala, del Ministerio de Pesca y Recursos Marinos de las Islas Salomón.
Tomando el relevo. El coral se ha convertido en el mayor coral del que tenemos constancia. Toma así el relevo de grandes corales como “Big Momma”, en su día considerado el mayor coral conocido. Molly Timmers, quien entonces trabajaba en la NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), fue quien dio con él. También pudo visitar el coral recién descubierto:
“Hace 20 años (…) encontré sin esperarlo en la parte oeste de T’au, en la Samoa Americana, lo que ahora es conocido como “Big Momma”, uno de los mayores corales registrados hasta la fecha. Hoy he tenido la increíble oportunidad de ver un coral aún mayor en las Islas Salomón. Si Big Momma parecía una gran bola de hielo puesta sobre el arrecife, el coral recién descubierto parece como si el helado hubiera comenzado a derretirse y esparcirse por el suelo marino.”
Noticia agridulce. El hallazgo es sin duda una gran noticia, pero también un recordatorio de la importancia y la delicadeza de estas curiosas formas de vida. Los corales no solo son valiosos en sí mismos, sino también por las complejas relaciones que entretejen con la vida que los rodea. De la subsistencia de estos animales dependen muchas otras formas de vida.
“Este es un descubrimiento significativo científicamente, como encontrar el árbol más alto del mundo. Pero hay motivo para la alarma. Pese a su localización, este coral no está a salvo del calentamiento global y otras amenazas humanas”, indicaba a este respecto Sala.
Imagen portada | Fotografía por Manu San Félix, National Geographic Pristine Seas
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