Su nombre podría llevar a engaño, puesto que el nombre de este cetáceo es un portmanteau entre las palabras “ballena” y “delfín”. Sin embargo el balfín tiene poco que ver con las ballenas y mucho con los delfines. Este animal es en realidad un híbrido resultante del cruce entre una orca negra o falsa orca con un delfín de hocico de botella.
Para entender este embrollo quizás sea conveniente echar un vistazo a las familias taxonóminas a las que pertenecen estas dos especies emparentadas. Tanto ballenas como orcas y delfines son cetáceos (Cetacea), un infraorden de mamíferos cuyos antepasados regresaron a la vida acuática hace unos 50 millones de años.
Si bien las ballenas no se agrupan en un taxón concreto, existe uno, el de los delfines (Delphinidae) que aúna a los animales que comúnmente denominamos delfines. Pero también a las orcas y orcas negras. Orcas (Orcinus orca) y orcas negras (Pseudorca crassidens), dos especies únicas en sus respectivos géneros pero que comparten características.
Entre ellas su gran tamaño. Las orcas son el delfín de mayor tamaño, con ejemplares adultos que van de los 5,2 a los 9,8 metros. El ejemplar más grande alcanzaba las 10 toneladas.
Las falsas orcas son de menor tamaño, entre 4,9 y 6 metros, con pesos de hasta 1.400 kg. Estas falsas orcas tienen pieles oscuras y grisáceas, lo que también las distingue del clásico patrón blanco y negro de las orcas propiamente dichas.
El balfín surge de un cruce entre una orca negra y un delfín de hocico de botella (Tursiops truncatus). Esta especie de delfines es la más común y su apariencia la que más frecuentemente se asocia con la idea de un delfín. Los ejemplares de esta especie miden entre dos y cuatro metros y su peso oscila entre los 120 y los 635 kg.
Balfín es como se denomina a la descendencia originada por el cruce entre estas dos especies. La palabra es un calco lingüístico de la palabra anglosajona wholphin,resultante de la unión entre las palabras “whale” y “dolphin”. ¿Y dónde está la dichosa ballena? La mención de estos cetáceos viene del sobrenombre que reciben en inglés tanto orcas como falsas orcas: ballenas asesinas “(false) killer whales”.
Se tiene constancia de al menos dos ocasiones en las que la unión de estos mamíferos dio sus frutos. Se trata de dos ocasiones en las que ejemplares en cautividad sorprendieron a los responsables del zoolígico con crías cuyos rasgos no encajaban. Ambos casos se dieron en el SeaWorld de Tokio en la década de 1980.
El primer ejemplar, nacido en 1981 tuvo una vida corta, murió a los 200 días. El segundo ejemplar nació en 1985 y recibió el nombre de Kekaimalu. Kekaimalu resultó de la unión entre una hembra de delfín cuello de botella y un ejemplar macho de orca negra según reportaron los medios de la época.
Aunque los dos casos conocidos se dieron en cautividad, existen motivos para pensar que este extraño cruce pueda darse entre ejemplares en libertad. El primero es que, según explicaban en su momento los responsables del zoo, estos cruces no fueron planificadas sino que resultaron de forma fortuita entre los ejemplares.
El segundo motivo es que estas dos especies comparten espacios en libertad. Al menos así lo observó un grupo de investigadores que se encontraba analizando las poblaciones de este mamífero en la costa de Nueva Zelanda. Durante el 91,5% de los avistamientos que realizaron las orcas negras aparecían “asociadas” a grupos de delfines.
Híbridos, pero no estériles
Quizá la característica más singular de los balfines es que no se trataría de híbridos estériles. A menudo se asocia la hibridación entre dos especies a una descendencia estéril, como es el caso de las mulas, híbridos entre burros (machos) y yeguas. Pero este no es en teoría el caso del balfín.
La clave está en el número de cromosomas en cada una de las especies, o, más bien, de si estos números coinciden o no. Un ejemplo de esto son perros y lobos. Si bien algunas clasificaciones no distinguen estos dos animales como especies distintas sino como subespecies, sabemos que perros y lobos tienen facilidad para generar descendencia. Esto se debe en parte a que ambas especies (o subespecies) cuentan con 39 pares de coromosomas.
Se da la circunstancia de que casi todas las especies de cetáceos conocidas presentan 44 cromosomas. Esto facilita en principio la aparición de híbridos entre distintas especies de cetáceos. Existen casos documentados de estos cruces, como el de belugas (Delphinapterus leucas) y narvales (Monodon monoceros), dos cetáceos pertenecientes a la familia de los monodóntidos (Monodontidae).
Los cruces entre especies no son nada nuevo. Algunos, como las mulas llevan acompañando a los humanos desde tiempos inmemoriales. Muchos de estos cruces ocurren de forma natural, lo que hace que los biólogos se topen de cuando en cuando con nuevos cruces entre especies emparentadas en al menos cierto grado.
Los humanos modernos somos también en cierta medida, fruto de una hibridación. En nuestro mismo ADN llevamos genes legados de antepasados neandertales. Esta especie humana es distinta de la nuestra, H. sapiens, pero todo indica que durante la prehistoria ambas especies se cruzaron, dando pie a esta herencia neandertal que aún perdura.
En Xataka | Hay orcas atacando a barcos en las costas de España y Portugal. Y hay una explicación científica
Imagen | Southwest Fisheries Science Center / NASA
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2 comentarios
buruburu
Un buen ejemplo de la diferencia entre "la realidad" y "nuestra visión de la realidad".
La realidad es la riqueza de la vida, con su gran variedad de matices...
Que muestra lo limitado de conceptos rígidos como el de "especie". Está bien que aparezcan este tipo de híbridos (o los ligres), pues muestran las debilidades de algunas clasificaciones.
Que un híbrido concreto sea fértil o no muestra la mayor o menor distancia genética entre ambas "poblaciones" (se llamen variedades, razas, especies, o lo que sea).
No me parece nada extraño que perros y lobos se puedan mezclar, si los perros apenas llevan 30.000 años domesticados. Pocas variaciones genéticas se han podido dar para impedirlo.
En la relación entre genética y formas evolutivas me gusta considerar que todas las razas de perro doméstico vienen de los mismos lobos domesticados, en unos pocos miles de años. A base de seleccionar características que nos interesaban, los humanos hemos sacados desde el dogo al caniche, pasando por el galgo. Creo que se puede deducir que toda esa gran variabilidad está incluida en el genoma del lobo.
Y tras haberlo experimentado en las diversas especies domesticadas, me parece lógico que las demás especies también tengan esa capacidad intrínseca.
¡Una impresionante maravilla!
aveiga
¿Qué tipo de noticia con tan poco rigor es esta? ¿Qué es una orca negra? No existe ningún animal que se llame orca negra ¿Y delfín? Eso es muy genérico ¿A qué especie de delfín se refiere? ¿Está demostrada, con análisis de ADN, la existencia en libertad de esta nueva especie de cetáceos, fruto de un cruce? En cuanto a las imágenes, la de la izquierda corresponde a una orca bastarda, o falsa orca (Pseudorca crassidens), y la de la derecha a un delfín mular (Tursiops truncatus) En fin, el texto del artículo da una idea del desconocimoento supino que sobre cetáceos tiene el autor. Es singular su dependencia de nomenclarura anglosajona, por ejemplo utiliza el término delfín de hocico de botella, que es un calco de la desafortunada expresión inglesa bottlenose dolphin, cuando se refiere al delfín mular. Tambien es curiosa su rareza en clasificación taxonómica cuando habla de infraorden en lugar de suborden.