El 27 de agosto de 1883 en la isla de Mauricio los habitantes escucharon un extraño ruido "que venía del este, como el rugido lejano de pesados cañones". Al este de Mauricio sin embargo no hay más tierras durante miles de kilómetros vasto océano, tampoco se estaba librando ninguna batalla en alta mar. Lo que los mauricianos escucharon era la erupción del volcán Krakatoa, que se encuentra a casi 5.000 kilómetros en el Mar de Java.
Es el sonido más fuerte jamás registrado en el planeta Tierra, la erupción del volcán Krakatoa fue tan espectacular que retumbó en el planeta durante varios días, no es una exageración. Hasta 50 lugares del mundo diferentes escucharon el estruendo generado por el volcán, una bestialidad que (de momento) no ha vuelto a darse.
Qué ocurre cuando erupciona un volcán
Generalmente asociamos la erupción de un volcán con lava derramándose por todos lados y una inmensa nube de humo y cenizas. Esto es cierto, pero también tiene otros efectos colaterales, como por ejemplo los seísmos que se pueden dar o el sonido que provoca. Y no estamos hablando de los sonidos de la lava escurriéndose o los restos cayendo sobre la superficie, sino del sonido inicial que se genera justo cuando entra en erupción.
Al entrar en erupción el volcán se produce un aumento repentino en la presión del aire, provocado por la lava que sale a la superficie sin permitir que parte del aire entre en el volcán. Esta presión se transforma en una onda expansiva que, dependiendo de la fuerzan de la erupción, provoca un estruendo mayor o menor. Hay un vídeo de un volcán en Papua Nueva Guinea en el que se aprecia muy bien esto. En el minuto 0:24 se escucha el estruendo, pero el volcán sale en erupción unos 13 segundos antes y durante estos 13 segundos se puede ver cómo la onda expansiva llega poco a poco desde el volcán hasta el barco.
Los efectos de Krakatoa: desde las aldeas locales hasta Nueva York
Precisamente el vídeo anterior sirve como ejemplo para entender cómo de fuerte fue la erupción del Krakatoa. Teniendo en cuenta la velocidad del sonido y el hecho de que llega en unos 13 segundos, el barco posiblemente estaba a algo menos de 5 kilómetros del volcán. ¿Se escucha el estruendo incluso a cinco kilómetros de distancia? Imaginemos cómo tuvo que ser la erupción del Krakatoa para escucharse a 5.000 kilómetros.
Según documentación de la época, el volcán arrasó todo lo que pudo a su alrededor. Decenas de aldeas y poblaciones cercanas a la isla quedaron anegadas por el agua debido al tsunami que se generó con más de 30 metros de altura. Un tsunami lo suficientemente grande como para arrasar 165 aldeas, con 36.417 muertos según los datos holandeses (Indonesia era una colonia holandesa por aquél entonces) del momento.
A unos 65 kilómetros del volcán se encontraba el barco británico Normal Castle en el momento de la explosión. El capitán del barco relató lo sucedido diciendo que "las explosiones son tan violentas que los tímpanos de más de la mitad de mi tripulación han sido destrozados". Un sonido que destroce los tímpanos puede ser difícil de poner en contexto, pero por suerte en Batavia (la actual Yakarta en Indonesia) que se encuentra a unos 150 kilómetros de Krakatoa midieron el sonido. En una fábrica de gas el mercurio mostró un aumento de la presión de unas 2,5 pulgadas, que corresponden a unos 170 decibelios de presión en el sonido. A partir de 130 decibelios el oído humano comienza sentir dolor, estar junto a un motor de reacción corresponde a unos 150 decibelios. Ahora imagina que a 150 kilómetros del volcán el estruendo era de 170 decibelios.
Hay documentos que indican que en las Islas Andamán y Nicobar, en el golfo de Bengala a unos 2.000 kilómetros, escucharon "sonidos extraordinarios, como de disparos de armas". En la otra dirección también, en Australia Occidental informaron de "una serie de informes ruidosos, parecidos a los de la artillería en dirección noroeste". También se escuchó en el continente africano, en la Isla Mauricio a casi 5.000 kilómetros. Por ponerlo en perspectiva, la distancia entre Cadiz y Moscú, o entre Vancouver y Ciudad de México.
Más allá de estos 5.000 kilómetros la onda expansiva perdió la suficiente fuerza como para no escucharse más por el ser humano, pero sí percibirla. Las estaciones meteorológicas en decenas de ciudades de todo el mundo registraron un cambio de presión atmosférica durante las siguientes horas. Seis horas después de la explosión la onda llegó a Calcuta (India), dos horas más tarde también a Sydney (Australia). A las 12 horas cubrió varias ciudades de Europa y 18 horas tras la erupción los efectos se hicieron notar en Nueva York y varias ciudades de Canadá (los puntos más alejados de Krakatoa en el planeta).
Lo curioso es que la onda expansiva no finaliza una vez ha acaparado todo el globo terráqueo, sino que sigue retumbando. Durante los siguientes cinco días posteriores a la explosión en decenas de ciudades del mundo se registraron aumentos en la presión de la atmósfera aproximadamente cada 34 horas. 34 horas es aproximadamente lo que tarda el sonido en recorrer toda la distancia del planeta. La onda expansiva dio por lo tanto unas cuatro vueltas al planeta.
La erupción del Krakatoa es considerado el mayor desastre natural del siglo XIX, más que por el daño que pudo causar la lava, por la destrucción que generó su onda expansiva. Según The Independent, la fuerza de la explosión fue 10.000 veces mayor que la de una bomba de hidrógeno. Como para subestimar el poder de la naturaleza.
Más información | The Eruption of Krakatoa
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