Llevamos meses hablando de que las cosas en la Antártida se están poniendo feas. La aparición de lagos, el retroceso de hielo o la evacuación de bases de investigación son sólo síntomas de un problema que lleva mucho tiempo cocinándose a fuego cada vez más alto en el Polo Sur.
Ayer, por si fuera poco, la Organización Meteorológica Mundial anunció que se había batido el récord de altas temperaturas por primera vez desde 1974: unos maravillosos 17,5 ºC que han hecho, de nuevo, saltar todas las alarmas.
Un marzo muy cálido
Por las condiciones extremas de la Antártida y por los problemas tecnológicos que plantea medir allí, las temperaturas antárticas suelen tardar en certificarse. En concreto estos 17,5 ºC se registraron el 24 de marzo de 2015 en Esperanza. Esperanza es una base argentina costera situada al norte de la península antártica y tiene, además, el honor de ser el único asentamiento civil permanente que se encuentra en el continente (Villa Las Estrellas, el asentamiento chileno, está en la isla del Rey Jorge).
En anterior récord fue registrado en enero de 1974 en la (ya abandonada) estación neozelandesa de Vanda. El récord de temperatura de la meseta antártica (es decir, del anterior interior del continente) se sigue manteniendo en -7 grados centígrados desde el 28 de diciembre de 1989. Como se puede ver, las diferencias entre la costa y el interior son sustanciales.
Demasiadas incógnitas
Más allá de la preocupación de muchos expertos, lo cierto es que nuestro conocimiento de la Antártida es muy pobre. Sus 14 millones de kilómetros cuadrados (7 veces el tamaño de México y 28 el de España) están poco estudiados y los detalles de sus climas regionales siguen siendo, en buena parte, un misterio.
¿Son altas estas temperaturas? Sí, atendiendo al registro histórico y a la tendencia, eso parece. Pero no debemos olvidar que nuestro conocimiento de las particularidades climáticas regionales de la Antártida deja mucho que desear y estas temperaturas se registraron en un contexto de calentamiento general impulsado por un El Niño especialmente fuerte. Tendremos que estar pendientes para sacar conclusiones del futuro del continente más remoto del mundo.
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