"Solo hay una cosa que falla más que las escopetillas de feria, los científicos climáticos", ¿no es cierto? Llevamos años (¡décadas!) escuchando hablar de un Apocalipsis global que nunca acaba de llegar. ¿Dónde está ese nivel del mar desbocado? ¿Dónde está esa desertificación que nos iba a dejar sin agua? ¿Dónde está la contaminación que yo la vea?
Sin caer en los excesos que acabo de escribir, es cierto que la idea de que "los climatólogos no son capaces de acertar nada" es extrañamente popular. El problema es que, lamentablemente, es mentira. Según los datos de Dana Nuccitelli, en los últimos 30 años, los modelos climáticos han sido tremendamente precisos. Sobre todo, si miramos más allá de los titulares.
Los modelos climáticos hace 30 años
Por ejemplo, se cumplen 30 años de la audiencia de James Hansen ante el Congreso de Estados Unidos. Hansen era director del Instituto Goddard, uno de los centros de investigación de la NASA y, aunque nadie se acuerde de ese testimonio, fue un hito fundamental a nivel internacional: Hansen dijo (frente al gobierno más negacionista del mundo) que el calentamiento global era real y que iba a ir a peor.
Y lo hizo con datos. Utilizó un modelo climático que dibujaba tres escenarios: el “a” (en el que se mantenían las emisiones), el “b” (en el que el crecimiento era moderado) y el “c” (en el que hubiera draconianos recortes de emisiones). Pues bien, si nos fijamos en la evolución de estas tres décadas se parece mucho al escenario “b”.
No es exacto porque si somos sinceros, nadie se esperaba el éxito del Protocolo de Montreal. Por eso, Hansen predijo un crecimiento de la 0,84º C. Pero si ajustamos su modelo a las emisiones reales, la estimación hubiera sido de 0,6-0,7º. Un poco por encima del crecimiento de la temperatura real. Es decir, en general, Hansen dio en el clavo.
Y no solo acertó en eso. El artículo de Hansen predijo con mucha precisión el patrón geográfico del calentamiento global: que los polos se iban a calentar más rápido y que los océanos iban a ser la parte que más se resistiera al cambio. ¿Sorprendente? Pues no es el único caso.
Un problema de comunicación que nos va a salir caro
Hay un libro de Dana Nuccitelli en el que se examinan con detalle las predicciones de muchos modelos (como el del IPCC) y lo que ocurrió después en realidad. El resultado es el mismo: con los datos de la evolución real, las conclusiones del modelo son muy parecidas a la realidad.
Entonces, ¿Por qué tienen tan mala prensa los modelos climatológicos? Pues por eso mismo, por la prensa. O mejor dicho, por problemas de la comunicación que pueblan el camino que existe entre el modelo y el titular del periódico. Los que hacen que, de todos los escenarios posibles, solo transciendan los que nos hablan de muerte, Apocalipsis y destrucción.
Es algo comprensible. Por un lado, esos escenarios "venden" más y, por el otro, la urgencia real del cambio climático nos pide mover a la opinión pública. Sin embargo, como vemos, eso ha sido nuestro gran error. La credibilidad de la climatología se ha visto comprometida. Y sin embargo, según parece, conocemos el futuro mejor que nunca.
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