La Ley Europea de Chips es, en esencia, un gran cheque. Uno que los países miembros están tratando de usar para impulsar la fabricación "local" de chips, evitando así la dependencia de Asia y Estados Unidos. Ahora acaba de anunciarse el último gran fruto de esta iniciativa, que tiene como protagonista a Alemania.
10.000 millones de euros. Según Bloomberg, Taiwan Semiconductor Manufacturing Co., más conocida como TSMC, ha llegado a un acuerdo para construir una planta de fabricación de chips con un presupuesto de 10.000 millones de euros. Dicha planta estará situada en Dresden, Alemania.
No estará sola. TSMC acabará teniendo el 70% de la propiedad de la planta, pero hay otras empresas de semiconductores que participarán en el proyecto. Infineon, NXP y Bosch tendrán cada una una participación del 10% sujeto a la aprobación de los reguladores.
Chips para coches e industria. Se espera que la fábrica comience a operar en 2027 y el objetivo de la misma será la producción de chips para la industria de la automoción y también para otros sectores industriales, pero no parece que haya planes de crear chips para dispositivos móviles u ordenadores. Según el anuncio oficial de TSMC, las litografías que se utilizarán serán 22/28 nm y 12/16 nm.
Quién paga qué. Según los datos de Bloomberg el gobierno alemán proporcionará 5.000 millones de euros en subsidios, mientras que TSMC ha indicado en un comunicado que contribuirá con 3.500 millones de euros al proyecto, conocido como European Semiconductor Manufacturing Company GmbH.
La Unión Europea pagará otra parte. Se espera que la inversión total sea superior a los 10.000 millones de euros, y que a esas inversiones de TSMC y el gobierno alemán se les sumen las de la Unión Europea. Según las empresas implicadas, el proyecto generará 2.000 puestos de trabajo directos en el ámbito de la alta tecnología.
Esquivando a Asia. El objetivo de esta gran inversión de la Ley Europea de Chips —43.000 millones de euros en total— es la de reducir la dependencia de Asia a la hora de producir chips tecnológicos. Grupos de automoción como Volkswagen AG y Porsche AG han mostrado su gran interés en contar con una planta de TSMC en suelo alemán. El objetivo es tener una cuota del 20% del mercado mundial de semiconductores en 2030.
Alemania gana protagonismo. El país germano se está convirtiendo en epicentro de la producción de chips en la Unión Europea: ya hace más de un año que Intel anunció que crearía una enorme planta por valor de 17.000 millones de dólares en Magdeburgo.
TSMC se desperdiga. El gigante de la fabricación de semiconductores está aprovechando bien el enorme interés del mundo occidental por tener plantas de producción de chips fuera de Asia. La empresa taiwanesa ya se ha comprometido a crear dos plantas avanzadas en Arizona por 40.000 millones de dólares, y está construyendo otra planta de 8.600 millones de dólares en Japón que tiene el apoyo del gobierno, de Sony y de otra empresa japonesa, Denso Corp. La estrategia de esta empresa es singular y responde, entre otras cosas, a la amenaza de un potencial conflicto entre China y Taiwán.
Imagen | TSMC
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