La App Store se enfrenta al cambio más importante de toda su historia. Uno que puede acabar arruinando a los desarrolladores

  • Apple abre la puerta a las tiendas de aplicaciones alternativas en iOS para cumplir con la DMA de la UE

  • Pero sus condiciones para poner en marcha una tienda de apps y que sea rentable complican las cosas

  • La empresa teme que esta medida forzada provoque la aparición de malware y empeore la experiencia de usuario

Estamos ante el cambio más importante de la historia para la App Store. Uno que por primera vez hará que haya competencia para la tienda de aplicaciones de iOS en los países de la Unión Europea. Desde 2008, año en el que se anunció la tienda de aplicaciones de Apple, no habíamos asistido a nada igual.

La Unión Europea ha forzado a ese cambio a través de la Ley de Mercados Digitales (DMA), y con ello se ofrecen nuevas opciones a los usuarios de dispositivos iOS en los países miembros de la Unión.

Esas opciones, no obstante, no saldrán gratis.

Lo ha dejado claro Apple con un largo documento para desarrolladores en el que se explica cómo funcionan esas opciones a partir de ahora en la Unión Europea. En él explica el funcionamiento de esta nueva etapa, que habilita los llamados "mercados alternativos de aplicaciones". Esos mercados —preferimos llamarlos tiendas— funcionarán en esencia como una app más de iOS.

¿Bienvenidos? a las tiendas alternativas de apps en iOS

Los usuarios de la Unión Europea que cuenten con iOS 17.4 o superior podrán descargar esas aplicaciones de tiendas alternativas a partir del sitio web de esa tienda. El ejemplo perfecto es la Epic Games Store, que estará disponible como app en la App Store, y que dará acceso a las apps y juegos que Epic vaya incluyendo en su catálogo —con Fortnite, lógicamente, liderando dicha oferta—.

Este es el tipo de notificación que aparecerá cuando intentemos instalar una nueva tienda (o "mercado") alternativa de aplicaciones en iOS 17.4 y posteriores.

Una vez que esa tienda alternativa esté aprobada en nuestro dispositivo, podremos usarla normalmente para instalar aplicaciones y juegos desde ella. Y eso incluye aplicaciones y juegos que por lo que sea violan las directrices de la App Store pero quizás no la de esa tienda alternativa, sea la que sea. Incluso será posible establecer una tienda alternativa como la tienda por defecto en nuestro dispositivo iOS.

Las aplicaciones que se distribuyan en tiendas de aplicaciones alternativas en la Unión Europea tendrán que informar a los usuarios del proceso de instalación de forma similar a como lo hace la propia App Store.

Ese proceso se denomina "certificación notarial" (en inglés, "notarization"), y permite según Apple que se mantenga la integridad del dispositivo, además de proteger la privacidad y la seguridad. Eso sí: en Apple dejan claro que el proceso, aunque ofrece "protecciones básicas", y reducirá "algunos de los nuevos riesgos" creados por las tiendas alternativas, no establecerá "el mismo listón para la privacidad y la seguridad".

En comparación con los procesos de revisión y filtrado de aplicaciones en la App Store, la notarización no comprobará la calidad o el contenido de las aplicaciones. Mientras que en la App Store se prohíbe el contenido "ofensivo, desconsiderado, desagradable, creado con la intención de indignar o que sea simplemente inquietante", esta condición no se aplica en apps instaladas a través de tiendas alternativas. Es de esperar que sean esas tiendas las que precisamente controlen esa parte de su operativa.

Es importante destacar además que esta estrategia de la App Store en iOS es muy distinta a la App Store de macOS. En los Mac es posible descargar aplicaciones —a menudo a través de archivos DMG— fuera de la App Store para instalarlas, pero aquí no habrá archivos de instalación que uno pueda descargar en un sitio web —como los APK de Android— y luego instalarlos. Si quieres salirte de la App Store puedes, pero solo acudiendo a alguna de las tiendas alternativas. Esto no es un sideloading como tal.

La Core Technology Fee de la discordia

Teóricamente cualquier desarrollador puede crear una tienda de aplicaciones, pero para hacerlo tendrá que superar los requisitos de Apple en relación a la experiencia de cliente, la prevención de fraudes, o el soporte a los usuarios.

Apple no cobrará ninguna comisión por instalar aplicaciones a través de tiendas de aplicaciones alternativas, y tampoco cobrará comisión por usar sistemas de pago alternativos.

Y aun así, Apple ha puesto en marcha una "Comisión de Tecnología Base" (Core Technology Fee o CTF) que implica un coste de 0,50 euros anuales por instalación por cuenta. El primer millón de instalaciones es gratuito para todos los desarrolladores, pero tras esa cifra, la comisión comenzará a cobrarse.

Según Apple, esta comisión refleja el valor que los desarrolladores obtienen de las herramientas y plataforma de la compañía. Las aplicaciones que provengan de agencias del gobierno, ONGs o instituciones educativas estarán exentas de pagar la CTF.

No solo eso: para poder ofrecer una tienda de aplicaciones en la Unión Europea, el responsable de la cuenta del Apple Developer Program —teóricamente, el desarrollador— tendrá que aceptar el Alternative Terms Addendum for Apps in the EU, un anexo en el que se explica algo que como apuntaba David Heinemeier-Hansson, creador de Hey y de BaseCamp, es especialmente delicado. En concreto, el responsable de la cuenta tendrá que:

"Proporcionar a Apple una carta de crédito stand-by de una institución financiera con calificación A de 1.000.000 de euros para establecer los medios financieros adecuados con el fin de garantizar el apoyo a sus desarrolladores y usuarios".

Heinemeier-Hansson, que en el pasado ha tenido fuertes encontronazos con Apple —les llamó "mafiosos"—, explicaba también en su blog cómo aunque lo que ha hecho Apple parezca en primer término una buena forma de cumplir con la DMA, la cosa tieen más miga y "una vez que empiezas a pelar la cebolla, te das cuenta de que está rellena de píldoras venenosas tan tóxicas que apenas puedes creer el descaro de Apple".

Los desarrolladores de aplicaciones tienen otra opción: seguir trabajando con la App Store. Si lo hacen pagarán a Apple una comisión reducida bajo estos nuevos términos. Del tradicional 30% de comisión se pasará al 17%, y el 15% que pagan las suscripciones  con más de un año de existencia  o que parten de pequeños desarrolladores también se verán reducidas al 10%.

Según Apple, la inmensa mayoría de aplicaciones podrán aprovechar la reducción. ¿Cuáles no podrán? Por supuesto, las que más usuarios tienen, las verdaderamente protagonistas, y las que precisamente le aportan más ingresos a la empresa de Cupertino. Hay además una comisión adicional si los desarrolladores quieren seguir usando el sistema de pagos integrado de Apple: un 3%.

¿Qué sale más a cuenta para los desarrolladores? Para averiguarlo Apple ha creado una calculadora o simulador de comisiones que permite saber a estos emprendedores el coste que tiene para su negocio distribuir sus apps a través de la App Store y de tiendas alternativas.

La Core Technology Fee puede acabar saliendo muy cara. Quizás demasiado

Como veníamos diciendo, los desarrolladores que quieran seguir trabajando con la App Store en los países de la Unión Europea tendrán que asumir la nueva CTF o Core Technology Fee. Esto es: un pago anual de 0,50 euros por instalación por usuario a partir del millón de instalaciones.

Las estimaciones de Apple respecto a su nueva CTF parecen aceptables. Pero solo para los casos contemplados por la compañía, claro: en otros casos la cosa es muy distinta.

No parece mucho hasta que uno empieza a hacer cuentas, y la cosa puede acabar siendo un desastre. Varios desarrolladores y analistas están dando ejemplos realmente preocupantes.

Lo hizo por ejemplo Steve Troughton-Smith, que comentaba cómo si distribuyes una aplicación gratuita en la App Store pero por alguna razón se hace viral y se instala en 2 millones de dispositivos, le deberás a Apple 45.290 dólares al mes, o lo que es lo mismo, medio millón de dólares al año. Si se hace aún más viral y llegas a 10 millones de instalaciones, atento: le deberás 400.000 dólares al mes a Apple en comisiones.

El propio Throughton-Smith recordaba que esa realidad se extiende a aplicaciones que aprovechen el modelo freemium: si una de estas aplicaciones tiene miles de instalaciones en dispositivos de usuarios que solo usan la app gratuita y no pagan por los extras que ofrece, el desarrollador de esa app podría deber más dinero a Apple del que gana con los usuarios que sí pagan.

Puedes morir de éxito, básicamente.

Las cosas tampoco parecen salir especialmente bien para aplicaciones de pago. Un desarrollador llamado Nikita Bier explicaba cómo bajo la nueva estructura de comisiones con el CTF, si tu app de un dólar tiene unos ingresos anuales de 10 millones de dólares con tu aplicación, Apple se llevaría 6,2 millones al año. Incluso sin tener costes operativos o sueldo, los impuestos harían que de esos 10 millones te quedes con unos dos millones de dólares, un 20% de los ingresos originales. "Nunca lanzaré una app en Europa", concluía Bier.

Algunos apuntaban algo interesante: el truco (para ganar más) consiste en algo obvio: subir el precio de las aplicaciones. Si en lugar de cobrar un dólar por esa app cobras 10 dólares, la cosa cambia y de una comisión mensual de 515.942 dólares el desarrollador pagaría 108.333 dólares. ¿Qué plantea eso?

Que los desarrolladores subirán los precios de las apps.

Al menos parece previsible que lo hagan si quieren venderlas en otras tiendas de aplicaciones. De otro modo, las cuentas no parecen salir.

Apple cumple, pero los desarrolladores no querrán usar tiendas alternativas

El propio Heinemeier-Hansson apuntaba un ejemplo destacable: ¿qué pasaría si Meta quisiera distribuir Instagram en su propia tienda alternativa para iOS?

Pues que le saldría muy caro. 300 millones de personas usan Instagram en la Unión Europa, aunque para simplificar deja la cifra en 250 millones. Si quisieran distribuir su app en una teórica tienda de aplicaciones creada por Microsoft, Meta tendría que pagarle a Apple más de 11 millones de dólares al mes, o 135 millones de dólares al año. "Pero se ahorran las comisiones si la distribuyen exclusivamente en la App Store de Apple", concluía.

"Incluso para una gran empresa como Meta, ofrecer todas sus aplicaciones en estas nuevas tiendas de aplicaciones alternativas supondría un gasto demencial. Que, por supuesto, es el punto clave. Apple no quiere que Meta, ni nadie, utilice realmente estas tiendas de aplicaciones alternativas. Quieren que todo siga exactamente como está, para poder continuar con el rastrillo sin ser molestados".

El CEO de Epic, Tim Sweeney, ha sido uno de los más críticos con el cambio a pesar de que esta novedad al fin permitirá que la Epic Games Store esté próximamente disponible como tienda alternativa para iOS.

En una publicación en Twitter (X), Sweeney explica que la forma de Apple de cumplir con la DMA es "maliciosa", y destaca cómo Apple fuerza a los desarrolladores a elegir entre sus comisiones tradicionales o "un plan anticompetitivo también ilegal plagado de nuevas tasas basura y nuevos impuestos sobre los pagos que no tramitan". Las tasas basura, por supuesto, se refieren a la CTF.

Sweeney añadía más tarde que la Core Technology Fee "desincentiva a los desarrolladores a actualizar sus aplicaciones, que va explícitamente en contra del declarado objetivo de Apple de poner a sus usuarios en primer lugar".

A Apple le obligan a abrir la caja de Pandora. Y según ellos de ahí saldrá sobre todo, malware

En 2021 Tim Cook hablaba del sideloading y comparaba esta práctica con ir en un coche sin airbag ni cinturón de seguridad. El máximo responsable de Apple ejemplifica la obsesión por el control de Apple, y siempre se ha mostrado totalmente contrario a esa opción.

Ahora le ha sido impuesta por la Unión Europea, y los comunicados de la empresa dejan claro su postura:

"Las nuevas opciones para procesar pagos y descargar aplicaciones en iOS abren nuevas vías para el malware, el fraude y las estafas, los contenidos ilícitos y nocivos, y otras amenazas a la privacidad y la seguridad".

No son los únicos que piensan así. Steven Sinofsky, exdirectivo de Microsoft y responsable del desarrollo de Windows 8, criticaba la decisión de la Unión Europea y afirmaba que tenía "el corazón roto" por los ingenieros y otros en Apple que "se ven forzados a hacer su producto malo". Para él a partir de ahora "estamos todos menos seguros" y "tenemos menos fiabilidad y privacidad online".

Además explicaba, "no permitir tiempos de ejecución adicionales en el iPhone y el iPad se conoce desde hace tiempo como un riesgo importante. La gente puede ver esto como una restricción todo lo que quiera".

Aquí recordaba aquellas célebres "Reflexiones sobre Flash" que Steve Jobs realizó en 2010 y en las que argumentaba por qué la tecnología Flash de Macromedia no estaría jamás soportada en los iPhone. Entre las razones estaba la seguridad, y con razón: Flash era un absoluto desastre en ese apartado, y la aparición de vulnerabilidades era constante.

Para Sinofsky hay un ejemplo claro de cómo estas nuevas tiendas podrían introducir desventajas para los usuarios. En su argumento destaca cómo Apple trabajó mucho para evitar que por defecto nadie nos pudiera seguir en nuestros movimientos [el famoso tracking] por la web. "Este último movimiento deshace todo ese trabajo y ahora será fácil distribuir apps que rastreen/teléfono a casa/etc. La plataforma hizo su trabajo y mejoró la situación de los consumidores. Ahora todo eso queda deshecho".

Otros analistas son de la misma opinión y creen que esto convierte el iPhone en un dispositivo menos seguro. Benedict Evans, muy conocido y respetado en la industria, explicaba en Threads que "

"No hay mucho que se pueda decir sobre las normas de la App Store de Apple que no hayamos dicho en 2011. Apple cree que los desarrolladores deben pagarle y que las aplicaciones de terceros deben gestionarse activamente para garantizar la privacidad, la seguridad y el rendimiento. Lo primero es cuestión de opinión, pero en lo segundo tiene toda la razón".

Había quien respondía a su comentario indicando que "los ordenadores Windows funcionan bien" con esta filosofía, pero para Evans, de eso nada. "Llevamos 25 años teniendo problemas de seguridad y malware que no ocurren en el iPhone", y destacaba que eso mismo ha ocurrido en Android.

Lo cierto es que es imposible prever el impacto que este histórico cambio tendrá en la industria. No solo en la parte económica y cómo afectará a desarrolladores y empresas (Apple incluida), sino también en la funcional: ¿empeorará el iPhone en términos generales y se llenará de malware? ¿Mejorará y esta apertura habilitará futuros cambios que refuercen su ecosistema? Quién sabe.

De momento, eso sí, estamos ante un cambio histórico. Uno que eso sí, se limitará a la Unión Europea: Apple ya ha dejado claro que estas nuevas políticas no se aplicarán en ninguna otra región geográfica.

Imagen | Martín Sánchez

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