La semana pasada fue la presentación de resultados trimestrales de Apple. Sirvieron para constatar que la división Servicios sigue creciendo frente a otras divisiones a las que les está costando mucho más mantener el crecimiento, pero también para conocer algunas curiosidades y datos inéditos en la posterior llamada con inversores.
En esa llamada, en la que el CEO, Tim Cook; y el director financiero, Luca Maestri, responden a las preguntas de analistas e inversores, revelaron por ejemplo algo quizás poco sorprendente, como que Cook usa el Vision Pro todos los días, pero también algo menos esperable que habla sobre la forma en que Apple vende el iPhone... y el recorrido que podemos esperar.
Más del 50% de iPhone vendidos en muchos mercados no son a tocateja
Wamsi Mohan, de Bank of America, preguntó por el Programa de Actualización del iPhone, un plan para que los clientes de Estados Unidos lo renueven de forma anual pagando una cuota mensual, y otras ofertas habituales que hacen los operadores.
La respuesta de Maestri quizás nos pilló a muchos a pie cambiado, porque dijo que la mayoría de los iPhone en Estados Unidos y otros países se están vendiendo con ese tipo de programas. Esta fue su respuesta exacta:
La mayoría de los iPhone, en este momento, se venden utilizando algún tipo de programa, intercambios, cuotas o algún tipo de financiación. Y ese porcentaje, que de nuevo es muy por encima del 50 %, es muy similar en todos los mercados desarrollados y emergentes. Queremos enfocarnos más en eso porque creemos que realmente ayuda a reducir el umbral de asequibilidad de nuestros productos. Y creemos que también es una de las razones por las que nuestro catálogo ha sido muy fuerte durante los últimos dos ciclos.
Resumen: más de la mitad de iPhone en muchos países se venden con financiación, descuento por reemplazo, programa de suscripción... y no solo con la venta directa en la que se paga el terminal de golpe.
No sorprende demasiado que estas fórmulas hayan ganado relevancia. En la web de Apple o en sus Apple Store son muy habituales desde hace un lustro hacia aquí los precios fraccionados. Ya no solo anuncian "desde 1.151,6 euros", por ejemplo, sino que acostumbran a que ese precio comparta espacio con un "desde 48,4 euros al mes", que es la cuota mensual durante dos años en la financiación sin intereses.
También ha sido Apple algo agresiva últimamente en promocionar el programa de reemplazo: una rebaja en el precio del iPhone a cambio de entregar el modelo anterior. Algo que suele dar bastante menos dinero que su valor en el mercado de segunda mano, pero aporta comodidad e inmediatez. En este caso, se han llegado a ver precios en los que se asume la entrega de un modelo anterior.
Por ejemplo, esta era la web del iPhone Xs en noviembre de 2018. Indicaba el precio normal.
Unos meses después, quizás fruto de aquella generación no fue un éxito en ventas, Apple cambió la portada para indicar un precio mucho más bajo asumiendo esa entrega de un iPhone anterior.
Esta combinación de programas de renovación, financiaciones sin intereses, acuerdos con operadoras y planes de actualización anual bajo suscripción han logrado que Apple se plante a las puertas de los iPhone 15 con más de la mitad de sus ventas en muchos países para este tipo de ventas.
Y esto implica que Apple lo va a tener más fácil para aumentar sus precios, ya que psicológicamente es mucho más fácil de digerir pasar de 48 a 54 euros al mes —apenas 6 euros de subida— que de 1.161 a 1.300 euros —140 euros de subida—. Por supuesto que da lo mismo, que al final se pagará la misma cantidad (siempre que hablemos de una financiación sin intereses, si los tiene, la subida será superior), pero el impacto de la subida para el comprador no es igual en apariencia.
Quizás por eso hemos visto tantos esfuerzos por parte de Apple en convertir al iPhone en un servicio más, que funcione bajo una suscripción y ayude a consolidar una base de ingresos recurrentes, donde se pacte de antemano un ciclo concreto (anual, bienal) que estabilice los ingresos por el iPhone.
No es una cuestión menor: sabemos que en los últimos años ese ciclo se ha estirado. El usuario promedio tarda cada vez más en renovar su iPhone, de entre uno y dos años hemos pasado a entre tres y cuatro.
En parte porque es un producto maduro con novedades menores de un año para otro, en parte porque hay más productos con los que complementarlo que antes —Apple Watch, AirPods— y el presupuesto no es ilimitado.
De hecho, Tim Cook se negó a responder a otra pregunta en esa misma llamada.
En términos del ciclo de actualización, etc, es muy difícil estimar en tiempo real lo que está pasando con el ciclo de actualización.
Cuesta creer que el CEO de Apple no sepa lo que está pasando con este ciclo, una métrica que se lleva analizando desde las primeras generaciones, así que podemos leer entre líneas que la respuesta no supondría palabras amables para sus inversores.
Quizás la consecuencia tampoco suponga palabras amables para los compradores. Sobre todo para los que prefieren ir con el dinero por delante, pagar el iPhone a tocateja y olvidarse de suscripciones, renovaciones ni cuotas. Veremos.
Imagen destacada | Jimmy Jin en Unsplash.
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