Mucho tiene que cambiar para que Elon Musk vuelva a ser la persona más rica del mundo. Desde la compra de Twitter, la fortuna del magnate estadounidense ha caído en más de 100.000 millones de dólares, según Forbes. Y es solo el principio, pues la situación financiera de Musk es cuanto menos delicada, viéndose atrapado entre unas acciones de Tesla que han caído más del 70% y la compra de Twitter, una empresa que sigue sin encontrar el camino de la rentabilidad.
La compra de Twitter arrastra a Tesla. Musk lleva administrando varias empresas simultáneamente desde hace años, pero con Twitter es diferente. Tuvo que vender miles de millones de acciones de Tesla para financiar la adquisición, lo que impactó directamente en el valor de Tesla.
La dirección de Twitter también ha colocado a Musk en una posición controvertida de cara a los poderes fácticos. Mientras SpaceX o Neuralink son proyectos con una clara vertiente técnica, con Twitter se entra en un terreno más cercano a la política que de manera indirecta puede afectar a la imagen de Tesla.
Las acciones de Tesla en enero de 2022 estaban a 383 dólares. Hoy, pese a que en este enero han empezado a remontar, las acciones están por debajo de los 144 dólares. En un año, la fortuna de Musk ha disminuido en más de 110.000 millones de dólares. Solo por la compra de Twitter, el magnate tuvo que desprenderse de acciones por valor de unos 40.000 millones de dólares.
Deudas e intereses. La compra de Twitter no fueron directamente 44.000 millones de dólares. Esa cantidad vino con una deuda de unos 13.000 millones en intereses. Hablamos de unos 1.500 millones de dólares que Musk debe pagar anualmente. Un dinero a su vez avalado por las acciones de Tesla.
Este primer pago de intereses se realizará a finales de este mes de enero. Es una cantidad pequeña como para suponer problemas financieros, pero sí suficiente importante como para tenerla presente a la hora de cuadrar cuentas. Hay algo que Musk no desea y es entrar ya en la lista de impagos.
La situación no es la más propicia, pues el aumento de los tipos de interés hace que el pago de esta deuda sea más caro. Twitter tiene aproximadamente unos 1.000 millones de dólares en efectivo, lo que le daría para pagar la deuda de manera muy justa. Otra opción es que Musk lo ponga directamente de su bolsillo. ¿Cuán grande es este bolsillo? Se calcula que Musk tendría unos 6.000 millones de dólares de margen para hacer pagos inmediatos.
Un negativo de 3.000 millones de dólares en Twitter. La red social ya está completando sus despidos, pero pasar de 7.500 a poco más de 2.000 empleados no le servirá para ser rentable. Según ha explicado el propio Musk, los ingresos de Twitter serán de unos 5.000 millones de dólares, pero la compañía tiene esa misma cantidad de gastos.
Con la deuda, los intereses y el pago de servidores, Twitter espera estar en 2023 con un negativo de unos 3.000 millones de dólares. Un negativo que intentará reducir a base de recortes y búsqueda de potenciales nuevos ingresos. El problema es que los ingresos diarios de Twitter han caído un 40% debido a la fuga de anunciantes.
Ya no le quedan muchas acciones de Tesla que poner sobre la mesa. Elon Musk sigue teniendo una inmensa riqueza, de al menos unos 50.000 millones de dólares según los últimos cálculos. Este dinero viene principalmente de las acciones que tiene Musk sobre Tesla. El problema es que la gran mayoría de estas acciones ya han sido utilizadas por Musk como garantías de préstamos. Es decir, si ahora todo fuera mal, los bancos y prestamistas se quedarían con esas acciones.
Según describe el Financial Times, el 63% de las acciones de Tesla de Musk han sido utilizados como garantías. Esto implica que a medida que las acciones de Tesla bajan, el dinero que Musk puede reclamar también disminuye. El caso es que Musk había prometido no vender más acciones de Tesla en 18-24 meses. Una promesa que si las cosas en Twitter no van bien, quizás tenga que romper.
Presión para una Tesla de futuro incierto. Musk ha ligado el futuro de las dos compañías. O bien Twitter empieza a ir mejor para no necesitar más dinero o bien las acciones de Tesla servirán. Pero para esto último la empresa de coches eléctricos debe seguir creciendo. Y no es algo que esté tan asegurado.
El ritmo de entregas se ha disparado, pero están habiendo cambios en la estrategia de Tesla. Empezando por una importante rebaja en el precio de sus coches, lo que implica menos márgenes. También hay dudas entre los analistas por ver cómo reaccionará Tesla ante la caída de la demanda y los vientos de recesión. Tesla se encuentra en una situación que nunca ha vivido y modelos como el Cybertruck o su eléctrico de 25.000 dólares están siendo retrasados una y otra vez.
La competencia de Tesla ya ha empezado a ponerse las pilas con el coche eléctrico. En 2023 veremos si Elon Musk consigue equilibrar sus cuentas entre dos empresas tan distintas como son Tesla y Twitter. Dos empresas con una situación financiera casi antagónica pero con un futuro económico inevitablemente ligado.
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