'Project Natick' nació en 2013. Hace once años los centros de datos ya proliferaban, aunque en ese momento estaban lejos de experimentar un ritmo de crecimiento como el que tienen actualmente gracias al auge de la inteligencia artificial (IA). Aun así, a varios ingenieros de Microsoft se les ocurrió hacer un experimento un tanto exótico: instalarían un centro de datos en el interior de un gigantesco cilindro sellado herméticamente y lo sumergirían a 36 metros de profundidad junto a las Islas Orcadas, en Escocia.
Su propósito era determinar si era viable sostener a lo largo del tiempo un centro de datos submarino constituido por nada menos que 864 servidores alimentados con energías renovables. No obstante, esto no era todo. También querían comparar la tasa de fallos de los servidores alojados en el centro de datos submarino con la tasa habitual de un centro de datos terrestre. El gigantesco cilindro que podéis ver en la fotografía de portada de este artículo estuvo sumergido durante dos años, aunque Microsoft acaba de poner fin ahora a esta iniciativa tan original e interesante.
'Project Natick' ha sido un éxito, aunque no continuará (de momento)
En 2020, cuando un equipo de expertos recuperó el centro de datos submarino que había sido sumergido durante la primavera de 2018, Microsoft consideró este experimento un éxito. Y tenía dos buenos motivos para hacerlo. El primero de ellos consistía en que esta iniciativa había demostrado fehacientemente que era posible alimentar de forma ininterrumpida un centro de datos de estas características con fuentes de energía renovables. Y el segundo motivo era igualmente importante.
Solo seis de los 864 servidores instalados en el interior del cilindro sellado que contenía el centro de datos se habían estropeado
Y es que solo seis de los 864 servidores instalados en el interior del cilindro sellado que contenía el centro de datos se habían estropeado. Los demás aún funcionaban perfectamente. Para analizar la tasa de fallos Microsoft instaló un centro de datos terrestre de las mismas características, y durante ese mismo periodo de tiempo en esta última instalación se averiaron ocho servidores.
Según Noelle Walsh, que es la Jefa de Operaciones en la Nube e Innovación de Microsoft, la longevidad de los servidores instalados en el centro de datos submarino se debe a que la temperatura del agua del mar es muy estable. Además, el nitrógeno inerte utilizado para proteger las máquinas también había contribuido a prolongar su vida útil.
Noelle Walsh ha confirmado que Microsoft ha dado por finalizado este proyecto después de haber analizado meticulosamente todos los datos que ha obtenido durante la realización de este experimento. También ha anticipado que por el momento la compañía de Redmond no planea instalar otro centro de datos submarino, aunque todo lo que han aprendido sus ingenieros gracias a 'Project Natick' les resultará útil durante la puesta a punto de sus próximos centros de datos.
De hecho, Walsh ha asegurado que han aprendido mucho acerca de la optimización de los sistemas de refrigeración, así como del diseño de soluciones concebidas para conseguir que ni las vibraciones ni los impactos reduzcan la vida útil de los servidores. Curiosamente, hace apenas unos meses China puso en marcha un experimento muy similar a este proyecto de Microsoft en la costa sur de Hainan. Todavía no sabemos gran cosa acerca de esta iniciativa del país liderado por Xi Jinping, pero no cabe duda de que todas las innovaciones que contribuyan a reducir el impacto medioambiental de los centros de datos son bienvenidas.
Imagen | Microsoft
Más información | Data Centre Dynamics
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