El viernes de la semana pasada el Departamento del Tesoro de EEUU dio un paso hacia delante importante en la cruzada que libra la Administración de Joe Biden para frenar el desarrollo tecnológico de China. Y es que esta institución reveló que planea establecer una nueva regulación con el propósito de controlar las inversiones que llevan a cabo en China los ciudadanos y las empresas estadounidenses en materia de semiconductores, inteligencia artificial (IA) y tecnologías cuánticas.
Lo que persigue en definitiva el Gobierno de EEUU es restringir la inversión en tecnologías de vanguardia en China procedente de ciudadanos y corporaciones estadounidenses. Como cabía esperar, al Gobierno liderado por Xi Jinping esta declaración de intenciones no le ha gustado ni un ápice. De hecho, el Ministerio de Comercio de China ha declarado que EEUU debería respetar las reglas de la economía de mercado y el principio de competencia justa, así como dejar de politizar y utilizar como arma arrojadiza los asuntos estrictamente comerciales.
EEUU abre un nuevo frente ante China
El momento decisivo se producirá el próximo 9 de agosto. Ese día la Administración estadounidense emitirá una orden ejecutiva que limitará, tal y como ha anticipado el Departamento del Tesoro, las inversiones estadounidenses "en algunas tecnologías y productos que pueden comprometer la seguridad nacional al ser llevadas a cabo en países preocupantes". China argumenta que esta medida socava el comercio internacional y perturba la seguridad y la estabilidad de las cadenas de suministro mundiales.
La orden ejecutiva prohibirá aquellas transacciones destinadas a tecnologías y productos que tienen la capacidad de amenazar la seguridad nacional de EEUU
En su declaración el Tesoro de EEUU menciona expresamente las inversiones realizadas en China continental, Hong Kong y Macao, y anticipa que la orden ejecutiva prohibirá aquellas transacciones destinadas a tecnologías y productos que tienen la capacidad de amenazar la seguridad nacional de EEUU. Como he mencionado unas líneas más arriba, los tres sectores que se verán afectados directamente por esta medida serán la industria de los semiconductores, las tecnologías cuánticas y la inteligencia artificial.
Lo que aún no está claro es cómo reaccionará el Gobierno chino. Ha anticipado que este movimiento de EEUU recibirá una respuesta contundente, pero no ha precisado nada más. Andy Xie, un economista independiente de Shanghái, sospecha que algunas de las medidas que posiblemente tomará China irán en contra de su intención de mantener el comercio global tan abierto como sea posible. Pero, según Xie, "el Gobierno chino no quiere adentrarse en una espiral viciosa". Ya veremos qué sucede el próximo 9 de agosto, pero parece muy improbable que la Administración de EEUU se eche atrás. Y en ese caso tendremos un nuevo frente abierto entre los Gobiernos liderados por Joe Biden y Xi Jinping.
Imagen | Casa Rosada | Palácio do Planalto
Más información | SCMP
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