Foxconn es una de las mayores empresas del planeta. Esta compañía taiwanesa fabrica actualmente alrededor del 40% de los dispositivos electrónicos del mercado y da empleo a más de 1,2 millones de personas. Fue fundada en 1974 por el empresario taiwanés Terry Gou y en apenas cinco décadas ha pasado de sostenerse sobre el trabajo de unas pocas personas a consolidarse como el titán que es hoy.
Su cartera de clientes es interminable. Fabrica dispositivos electrónicos para Apple y Huawei, pero también para Sony, Amazon, Dell, HP, Nintendo, Microsoft o IBM, entre muchas otras compañías. Su éxito se ha cimentado sobre su capacidad de fabricación a gran escala gracias a una infraestructura de plantas de ensamblaje muy especializadas diseminadas por Asia, América y Europa.
Las fábricas que tiene Foxconn en China interpretan un papel fundamental en su negocio por su tamaño y capacidad de producción. La mayor de las trece plantas que tiene en este país reside en Shenzhen y da empleo a más de 400.000 trabajadores. Sin embargo, estas instalaciones están siendo un auténtico quebradero de cabeza para Gou y sus acólitos, y el panorama pinta cada vez peor.
Del déficit de empleados a las sospechas y la investigación del Gobierno chino
En la recta final del año pasado los ingresos de Foxconn cayeron un 29% debido a que fue incapaz de dar una respuesta eficaz a las necesidades de sus mayores clientes. Y lo fue debido a que la estrategia de atrincheramiento total impuesta por el Gobierno chino para combatir la expansión de la enfermedad COVID-19 desencadenó un éxodo de empleados del que todavía no se ha recuperado.
En esta investigación están involucrados los organismos chinos responsables de la fiscalidad y la gestión de los recursos naturales
Ahora acaba de dar un nuevo traspié. Y es que varios medios chinos muy fiables, entre los que se encuentran Global Times o South China Morning Post, han confirmado que el Gobierno chino ha puesto en marcha una investigación muy ambiciosa que le ha llevado a inspeccionar las fábricas que tiene Foxconn en las provincias chinas de Guangdong, Jiangsu, Henan y Hubei.
Por el momento no ha trascendido qué está buscando exactamente el Gobierno chino ni cuáles son sus sospechas, aunque sabemos que en esta investigación están involucrados los organismos responsables de la fiscalidad y la gestión de los recursos naturales, lo que nos permite formarnos una idea certera acerca del alcance de este procedimiento.
Varios expertos asiáticos defienden que este movimiento de la Administración china es legítimo y completamente normal, pero en la actual coyuntura de tensión entre China y Taiwán es inevitable sospechar que la envergadura de esta investigación esconde algo más. Terry Gou, el director general de Foxconn, anunció a finales de agosto que se presentará como candidato a las elecciones que se celebrarán en Taiwán en 2024.
En un claro intento de normalizar lo que está sucediendo los portavoces de Foxconn han declarado hace apenas unas horas que colaborarán con las autoridades chinas debido a que para ellos el cumplimiento de la ley es un principio básico. Mientras tanto en Taiwán se ha originado una corriente que defiende que la razón de fondo que ha desencadenado esta investigación es, precisamente, la candidatura de Gou. De algo podemos estar seguros: este procedimiento impactará en las elecciones, aunque aún es pronto para precisar de qué manera.
Imagen de portada: Apple
Más información: Global Times | SCMP
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