Las sanciones a China que EEUU y sus aliados han desplegado con especial intensidad a partir del 7 de octubre de 2022 persiguen socavar la capacidad del país liderado por Xi Jinping de desarrollar semiconductores de alta integración. En estas circunstancias parece razonable intuir que la capacidad de producción global de la industria china se ha resentido, pero no. Nada más lejos de la realidad. SMIC, Hua Hong Semiconductor y los demás productores chinos de circuitos integrados han encontrado la forma de capear el temporal.
De hecho, 2023 ha sido un año razonablemente bueno para los fabricantes chinos de chips. Hay un indicador que avala esta conclusión: su capacidad global de producción de circuitos integrados se incrementó durante el año que acabamos de dejar atrás un 6,9% frente a 2022 según la Oficina Nacional de Estadística de China. Este resultado en una coyuntura en la que el mercado de los semiconductores se ha contraído y en presencia de unas sanciones muy restrictivas merece ser considerado un éxito. Aun así, para entender con precisión de dónde sale es necesario hilar fino.
En la coyuntura actual los fabricantes chinos de chips han optado por volcarse en la producción de los circuitos integrados maduros que requieren muchas industrias, como la del automóvil, la electrónica de consumo o los electrodomésticos, y el indicador en el que hemos reparado avala su estrategia. Eso sí, a medio y largo plazo esta no es la solución. A China no le queda más remedio que reforzar los cimientos de su industria de los semiconductores desarrollando las tecnologías que necesita para dejar de depender de EEUU y los países de su órbita.
El exceso de oferta se ha transformado en un problema para el mercado chino
Los fabricantes chinos de chips se han aplicado a fondo con la producción de semiconductores maduros. Tanto, de hecho, que la caída de la demanda de circuitos integrados que se ha impuesto en el mercado global durante buena parte de 2023 ha provocado que el mercado chino esté sometido actualmente a un exceso de oferta de chips maduros. Y esta saturación tiene inevitablemente un impacto perceptible a la baja en el precio de estos circuitos integrados, que están perdiendo valor.
El panorama que se les ha presentado a los fabricantes chinos de circuitos integrados es similar al que se vieron obligados a afrontar Samsung y SK Hynix el año pasado
El panorama que se les ha presentado a los fabricantes chinos de circuitos integrados es similar al que se vieron obligados a afrontar Samsung y SK Hynix el año pasado para evitar que el precio de sus chips de memoria DRAM se desplomase. En aquella ocasión la demanda cayó y estas dos compañías tuvieron que frenar en seco la producción para controlar los precios y evitar que cayesen más allá de lo asumible. Con toda probabilidad los fabricantes chinos de chips van a optar por esta misma estrategia debido a que ha demostrado su eficacia en innumerables ocasiones.
No obstante, las compañías de semiconductores chinas tienen por delante otros desafíos más allá del impacto que están teniendo las sanciones de EEUU y sus aliados y el exceso de circuitos integrados maduros. DigiTimes Asia es un medio fiable, y asegura que algunos fabricantes chinos de chips se están viendo obligados a prescindir de una parte de sus trabajadores hasta el punto de que unos pocos se han declarado en bancarrota.
Además, se están reduciendo tanto la inversión como la salida a Bolsa de las empresas privadas a las que presumiblemente podría interesarles plantearse una oferta pública de acciones. Y, para más inri, es probable que EEUU apruebe durante los próximos meses nuevas sanciones comerciales a China. Los desafíos a los que se enfrenta el país liderado por Xi Jinping están encima de la mesa, e intimidan, pero China ha demostrado en muchas ocasiones que tiene la fuerza y los recursos necesarios para sobreponerse a la adversidad. Darla por perdida sería un error muy grave.
Imagen | TSMC
Más información | DigiTimes Asia
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