Podría parecer una escena cómica o un ocurrente gag, pero no. Pocas horas después de que Elon Musk sorprendiese de nuevo a la opinión pública fumando marihuana y bebiendo whisky en un programa emitido en directo por YouTube, dos directivos de Tesla renunciaban y la compañía comenzaba este viernes cayendo en bolsa.
El hundimiento de en torno a un 9 % sufrido durante las primeras horas de cotización se ha atribuido a la dimisión del responsable de contabilidad de la empresa, Dave Morton. El exdirectivo, fichado por el propio Musk, deja su cargo por la presión a la que está sometida Tesla.
A este primer anuncio se ha sumado hoy también otra renuncia, la del responsable de recursos humano, Gaby Toledano. Este ya antiguo cargo estaba de baja temporal desde el pasado mes de agosto, apenas un año y tres meses después de ponerse al frente de su departamento. Y también se ha anunciado en las últimas horas una demanda contra Tesla por parte del activista y vendedor a corto Andrew Left.
El continuo cuestionamiento de Elon Musk y los farolillos rojos de Tesla
Estamos acostumbrados a que Elon Musk nos sorprenda recurrentemente y en las últimas horas lo ha vuelto a hacer como hemos explicado. Esta vez, fumando marihuana y bebiendo whisky en un programa de un cómico estadounidense, Joe Rogan, retransmitido en directo por YouTube.
Fue solamente durante unos instantes, pero el empresario y multimillonario aceptó beber y fumar pese a sus reticencias iniciales. "Es legal, ¿no?", se preguntó antes de dar una calada de un cigarrillo que, según Rogan, contenía marihuana y tabaco. Una práctica efectivamente legal en California, desde donde se emitía el programa.
La sorprendente instantánea, sin embargo, ha vuelto a poner el foco sobre Elon Musk y su idoneidad para comandar Tesla. La empresa acumula pérdidas importantes en los últimos tiempos, en solo un mes su valor ha caído un 30 %, y el descontento se ha hecho habitual.
Porque a la situación meramente bursátil, a veces difícil de diagnosticar, se une ese cuestionamiento que algunos inversores hacen con cierta asiduidad de la conducta de Musk. La empresa atraviesa momentos inciertos, necesita demostrar su rentabilidad, ganar terreno con el Model 3, con el cual ha alcanzado algunos objetivos, y acabar con la fuerte incertidumbre que la rodea.
Sirva como ejemplo de todo esto lo sucedido en torno a las intenciones de Musk de sacar a Tesla del parqué, un propósito que ha reconsiderado tras comprobar que la mayoría del consejo de administración no lo quiere así; y salidas de tono como la protagonizada contra un rescatista de los niños atrapados en una cueva de Tailandia. Musk, que había intentado ayudar en la misión de rescate, aunque su idea fue descartada, finalmente se disculpó con el submarinista británico tras acusarlo de pedófilo.
Tesla parece que deberá cambiar, de alguna manera, para que presagios como el del informe de Goldman Sachs publicado ayer, en el que se asegura que la compañía caerá en bolsa hasta un 30 % en los próximos seis meses, no se hagan realidad. Mantener la confianza es prioritario.
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