Desde mediados de 2022, muchas empresas comenzaron a aplicar políticas de vuelta a las oficinas para sus empleados. Esas políticas no han dejado de crear conflictos y malestar entre las empresas y sus empleados.
Gartner, una de las mayores consultoras del mundo, ha elaborado un informe en el que pone en una balanza los pros y los contras de esas políticas de retorno a las oficinas: su conclusión: las empresas han pagado un precio demasiado elevado por aplicar estas políticas.
Las incendiarias políticas de vuelta a la oficina. Según datos de la consultora Gartner, el 66% de los directivos consultados informan de un aumento en la expectativas de las empresas de que los empleados vuelvan a las oficinas. Por su parte, el 74% de los responsables de recursos humanos de esas empresas, consideran que los mandatos de vuelta a la oficina desplegados por las empresas son una fuente constante de conflictos entre las empresas y sus plantillas.
Basta observar ejemplos como el de Dell, empresa que ya tenía una política de teletrabajo flexible incluso antes de la pandemia, que ha generado un conflicto abierto con sus empleados por obligarlos a asistir a las oficinas tres días por semana, independientemente de su rol.
Volver a la oficina crea una brecha entre empresa y empleados. Caitlin Duffy, Directora de Investigación de Recursos Humanos en Gartner, opina que los beneficios de volver a la oficina han resultado ser modestos en el mejor de los casos, y un punto de fricción que ha disminuido la confianza entre empleados y empleadores.
Duffy pone especial énfasis en las empresas de alto rendimiento, en los que los mandatos de retorno a la oficina se han interpretado por los empleados como un signo de desconfianza hacia su capacidad.
Fuga de talento tras volver a la oficina. Las empresas pecaron de entusiasmo durante su paso al modelo de teletrabajo (obligadas por las limitaciones de movilidad de la COVID-19), anunciando que el teletrabajo se iba a quedar para siempre. Esa expectativa hizo que muchos empleados se mudaran lejos de las grandes ciudades. Ahora, la vuelta a la oficina deja a los empleados en una encrucijada que les obliga a volver, o a renunciar a sus empleos. Los empleados de más valor y mejor cualificación están optando por lo segundo.
Según los datos de Gartner, el equilibrio entre el trabajo y la vida personal se encuentran entre las cinco principales razones que dan los empleados para renunciar a su empleo. De media, los empleados mejor cualificados registran un descenso del 16% en su intención de permanecer frente a los requisitos de trabajo en el lugar de trabajo tras la aplicación de una política de retorno a las oficinas. Le siguen los colectivos de mujeres con un 11% y millennials con un incremento de opciones de cambiar de empresa del 10%.
Estos datos de Gartner, coinciden con los que la consultora Gallup recoge en su informe State of the Global Workplace 2024, señalando el enorme coste en forma de pérdida de personal cualificado que han pagado las empresas que han desplegado políticas de vuelta a la oficina agresivas.
Vuelta a las oficinas con un propósito. Los datos de Gartner apuntan a que las políticas de vuelta a la oficina obligatoria apenas han supuesto una mejora en la productividad o la rentabilidad de las empresas que lo han aplicado. Un estudio de la Universidad de Pittsburgh, también llegó a esa conclusión al comprobar que el retorno a las oficinas, en realidad, no aportó mejoría en los resultados de productividad de las empresas. Sus resultados financieros no mejoraron con la vuelta a las oficinas, pero sí generaron malestar entre los empleados y una caída en los niveles de compromiso de las plantillas.
En cambio, en aquellos casos que la política de vuelta a la oficina se fundamentó en datos y en una comunicación transparente con sus empleados sí tuvieron un impacto positivo, manteniendo los niveles de compromiso de sus empleados y la retención de talento.
Una máquina de fabricar “renuncias silenciosas”. A medio plazo, caída en los niveles de compromiso entre los empleados tiene un efecto todavía peor que la pérdida de talento. Los empleados no comprometidos y activamente desvinculados de la empresa, en conjunto, representan una pérdida de 8,9 billones de dólares al año en pérdida de productividad en todo el mundo.
Según el informe de Gallup de 2024, el 62% de los empleados no están comprometidos y presentan síntomas de renuncia silenciosa haciendo lo mínimo para cumplir sus objetivos, pero no presentan iniciativas innovadoras. El 15% de los empleados estarían activamente desconectados de la empresa y estarían buscando otro por una gerencia tóxica.
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Imagen | Unsplash (Crew)
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